El Reus Deportiu empieza la liga con un punto disputado contra el Igualada(1-1)

El Reus Deportiu Virginias empezó la pista con un punto disputado en la pista del Igualada (1-1). El conjunto de Jordi Garcia tuvo que igualar el encuentro en la segunda mitad con el trabajo de Maxi Oruste, mientras que Càndid Ballart aguantaba el resultado bajo los palos para llevarse un punto en un campo difícil.

El conjunto rojinegro empezó el duelo con ganas de dominar y ganar al Igualada. Había cuentas pendientes para saldar, porque los reusenses fueron eliminados de la Liga Catalana después de que el Igualada asaltara el Palau d'Esports 2-6. Sin embargo, la tensión y la igualdad llenaron el ambiente y ninguno de los dos equipos pudieron dar un paso adelante y encarar la portería.

A los diez minutos de partido, fue el conjunto local quien apostó por reestructurar su juego. El técnico del Igualada pidió un tiempo muerto para establecer una nueva estrategia. Y fue efectiva. Los locales empezaron a coger velocidad en el juego, pero al final fue una acción individual la que tuvo premio.

Marc Rouzé encaró la defensa del Reus por la banda derecha y consiguió driblar a un Ferran Giménez demasiado blando. Ante Càndid Ballart, levantó la bola para perforar la escuadra y poner el 1-0 en el marcador. El gol vino acompañado por una momentánea superioridad local. Los reusenses resistieron y cambiaron la tendencia, sin poder igualar el electrónico antes del descanso, a pesar de de tener oportunidades destacadas para poder conseguirlo.

En la reanudación , el Reus tuvo que dar un paso adelante para buscar el empate. Los reusenses cogían velocidad, pero no conseguían perforar la defensa perimetral del Igualada. Las posesiones rojinegras se alargaban y sólo se resolvían con tiros lejanos que no encontraban la portería.

Si en el orden los de Jordi Garcia no podían perforar la portería rival, tendría que ser en el caos. Y lo consiguieron. Maxi Oruste ganó un servicio neutral para empezar la jugada del gol. En esta actuaron actores como Ferran Giménez y Arnau Canal, que buscaron la portería, pero se encontraron un muro de sticks rosados. En este contexto, Maxi Oruste brilló. El argentino sabía dónde tenía que estar para recoger la jugada. Olió la sangre y coló el stick para rematar una bola perdida y enviarla al fondo de la red. Era el empate deseado, ahora tocaba completar la remontada.

Con el paso de los minutos, el ritmo del partido enloqueció. El Reus y el Igualada se intercambiaban transiciones, pero Càndid Ballart sostuvo a los rojinegros bajo los palos. Ninguno de los dos equipos arriesgó menos de la cuenta porque no querían llegar a la décima falta, que otorgaba una acción de bola parada que podría ser clave.

Entonces, la calma se estableció sobre la pista y, casi por mutuo acuerdo, como si los dos equipos estuvieran satisfechos con el empate, el partido llegó al final con el 1-1.