Deportes
El Reus Deportiu reina en el derbi y rompe la imbatibilidad del Calafell
Los roig-i-negres tuvieron que remontar a los verdes con una gran segunda mitad
El Reus Deportiu sigue mandando en los derbis. El conjunto roig-i-negre se hizo en la Bombonera con el empuje de su afición para remontar y demostrar que el CP Calafell no es invencible. El duelo tuvo una mitad para cada equipo, pero los reusenses crecieron en la segunda parte para acabar dominando y cambiando el marcador.
El ambiente vibrante y hostil para el Calafell no disuadió al conjunto de Guillem Cabestany. Los verdes llegaban después de sumar tres victorias consecutivas y empezaron el duelo con la idea de establecer su juego. De hecho, el empuje inicial fue tan contundente que Càndid Ballart tuvo que trabajar de lo lindo para detener tres tiros peligrosos.
El Reus, sin embargo, supo aguantar el impacto y responder con Martí Casas. La estrella roig-i-negra exhibió su talento ganando un duelo contra un defensor y enviando la bola contra el travesaño. Esta vez despertó en el Reus, que empezó a avanzar con más protagonismo y en una transición de Maxi Oruste, Sergi Folguera cometió penal. Era la oportunidad ideal, pero Ferran Giménez erró la bola parada. El ambiente del partido cambió, de hecho, el duelo se aceleró y los dos equipos se intercambiaron transiciones y ocasiones. En una portería, Ballart paró uno mano a mano a Marimón y Diego Rojas estrelló una pelota en el travesaño.
Con el partido movido, Jordi Garcia pidió un tiempo muerto para recolocar la defensaroig-i-negre. El parón fue poco efectivo, porque en la posterior jugada Sergio Miras se inventó una jugada que Jero Garcia sólo tuvo que empujar hacia el fondo de la red. El gol en contra no hundió el juego local, que respondió con Arnau Canal y un Martí Casas que se volvió a encontrar con el travesaño. El dominio reusense forzó un tiempo muerto de Guillem Cabestany que pidió a su equipo que no perdiera el norte en defensa. Con todo, con el paso de los minutos, el Reus no hizo más que crecer hasta que Martí Casas encontró premio marcado el 1-1. Eso sí, la polémica no faltó, porque un asistente tardó al decidir que el gol era legal.
El gol antes del descanso hizo daño al Calafell y dio alas en el Reus Deportiu. Esta inercia se mantuvo al inicio de la segunda y fue acompañada de la magia. Marc Julià inventó un golazo con un golpe de stick potente que rompió la igualdad al electrónico y en la pista. El mismo Julià tuvo la oportunidad de sentenciar en una falta directa, pero no fue el día de la bola parada roig-i-negre.
Aunque el Calafell no se encontraba del todo cómodo sobre la pista, también tuvo oportunidades de igualar el encuentro a través de Marimón y Jan Escala, pero si no se encontraban con el palo, chocaban con un Càndid Ballart acertado. Incluso, pudieron disfrutar de una falta directa, pero Marimón la erró.
Quien no falló fue Martí Casas, que fue el protagonista absoluto del derbi. El jugador roig-i-negre estuvo en el lugar y momento necesario para desviar la trayectoria de una gran jugada de Maxi Oruste. El Reus ponía distancia en el electrónico que se convirtió en un abismo para el Calafell. Con el paso de los minutos, los verdes se desesperaron, y la frustración fue acompañada de faltas y tarjetas azules. Los reusenses desperdiciaron la falta directa, pero sólo necesitaban aguantar las posesiones y dejar morir el partido para mantener la imbatibilidad y romper la del Calafell.