La prueba
Es eléctrico, pero lo disimula muy bien
Nissan Leaf 2019
El Leaf es el coche 100 por 100 eléctrico más vendido del mundo. Y yo sé por qué. Podría llenar todo este artículo explicando porqué es un vehículo que recomendaría, especialmente a los conductores urbanos. Os daré tres razones: la etiqueta ecológica, la economía de consumo y la facilidad de conducción. Para los conductores clásicos diré que es un vehículo donde probablemente te detendrás en una gasolinera, porque olvidarás que llevas un coche eléctrico. Y en nuestro país, reconozcamos que el «parque» de conductores son reticentes a hacer grandes cambios. Lo podemos ver en el extraño amor por el cambio manual.
Ya, ya sé que los lectores están pensando que hace rato que leen y no ven lo que más les preocupa a la hora de adquirir un vehículo completamente eléctrico: la autonomía. Pues bien, esta generación del Leaf permite, con un poco de concienciación y concentración, llegar a sobrepasar los 300 kilómetros con una carga, siempre que se den las condiciones adecuadas. El fabricante habla de 285 kilómetros de autonomía, pero esta cifra es muy relativa porque depende de factores que van desde la temperatura ambiente, la manera de conducir o como es el recorrido que se tiene que hacer. Una curiosidad: a diferencia del coche de gasolina, el Leaf gana autonomía por ciudad y pierde en largos recorridos por carretera.
Se trata de un vehículo con unas líneas modernas y una combinación de colores en la carrocería que le dan un cierto aspecto futurista. Y es un coche del futuro. Lo podemos ver en la tecnología de l'«e-pedal». Consiste en conducir utilizando sólo el acelerador. Funciona de forma muy sencilla: cuando «levantas el pie» no sólo dejas de avanzar , sino que frenas. Acelerar y frenar con sólo un pedal facilita mucho la conducción y, después de unos kilómetros de adaptación, os enamoraréis. Una ventaja añadida a esta nueva tecnología: la retención del «frenazo» sin pedal de freno comporta un nivel elevado de recarga de la batería. Así que en conducción urbana de semáforos, paso de peatones o atascos la autonomía irá aumentando para alegría y tranquilidad del conductor.
El nuevo Leaf del 2019 es un vehículo de 110 KW de potencia, unos 150 caballos, que dan bastante potencia para llegar a los 144 km/h. El cambio es automático, con una palanca de pequeñas dimensiones que se puede maniobrar con un dedo y que sólo tiene una velocidad. Aquí si que recordarán que es un vehículo eléctrico.
Lo eléctrico de Nissan está equipado con el sistema ProPilot de ayuda a la conducción, que funciona en combinación con el control de crucero. ¿Qué significa eso? Explicado de forma coloquial: el Leaf facilita tanto la conducción que llega a dejar la «parte humana» como una mera presencia detrás del volante. Por ejemplo, un recorrido por autopista entre Tarragona y Barcelona es perfecto para probarlo. El vehículo «lee» las líneas de la vía y te mantiene en el interior. No es un aviso de cambio de carril, sino que el volante «se mueve solo» para no salir de la vía. Eso sí, no te permite sacar las manos del volante, así que no confundimos ayuda con autonomía. También mantiene la distancia con el vehículo de delante y ajusta la velocidad a quien nos precede. En atascos en la ciudad, el sistema te permite avanzar y frenar sin intervención humana tomando como referencia el vehículo de delante. Si el paro sobrepasa los tres segundos el motor se desconectará automáticamente. Ah, también tiene un sorprendente sistema de aparcamiento autónomo denominado ProPilot Park.
En España no es el líder en ventas, lo es el Renault Zoe, un vehículo de unas características más modestas. El de Nissan es un vehículo que se comercializa en cuatro versiones que van desde el Visia al Acenta y con precios que van desde los 31.200 euros hasta los 36.000 euros.
A estos precios se les tiene que aplicar la ayuda estatal que puede llegar hasta los 9.000 euros de descuento. No olvidéis que 100 kilómetros cuestan aproximadamente 1 euro en «combustible». Haced números.
El comportamiento en ciudad es alegre y vital. Se tiene que tener en cuenta que la entrega del par en el motor eléctrico es inmediata y no depende de las revoluciones (aquella famosa subida de vueltas). Así que los adelantamientos son fáciles y dinámicos. En carretera es fiel y con un comportamiento noble, alegre y sin sorpresas.