De cabeza hacia la victoria (2-0)
El Nàstic sumar la quinta victoria consecutiva superando un fuerte Lugo con la especialidad de la casa: la pelota parada
El Nàstic rompió el techo de las cuatro victorias consecutivas con dos coscorrones. Los grana superaron un Lugo mejor con la pelota a base de su especialidad: las jugadas en pelota parada. Marc Fernández y Pablo Trigueros marcaron el camino de un partido complicado contra un rival poderoso que empezó estrellándose con Alberto Varo, quien paró un penalti.
El partido empezó con una fría y una caliente. Los grana tuvieron la primera ocasión con el juego directo. Un servicio en pelota parada en el primer minuto de partido se convirtió en una pasada filtrada a Jaume Jardí que se comió el lateral del Lugo para rematar en portería directamente en el cuerpo de Tabuaço. Con todo, el partido no sería fácil, y se mostró muy pronto. A pesar de la dinámica, el Lugo mostró que tiene una plantilla con potencial de estar arriba y, pronto, tuvo la réplica con una mano del árbitro. En un córner, Ledesma probó el pase hacia atrás y la pelota casa tocar en el brazo de Nacho. El defensor grana los tenía pegados al cuerpo, pero el colegiado silbó penalti. En el instante, el Nou Estadi Costa Daurada arrancó con los gritos de ánimo a Alberto Varo. Con él y Manolo Oliva, las penas máximas son más seguras y así fue. El Águila de la Canonja adivinó el tiro de Morgado y se lo paró con las piernas. Fue una actuación crucial para evitar empezar el partido por detrás en el marcador.
A pesar de la euforia grana, el Lugo siguió dominando el partido. Los gallegos dominaban el medio del campo ejerciendo una presión que dificultaba la tarea de la posesión de los de Vidal. Poco a poco, el Lugo empezó a enviar pelotas al área y el Nàstic no le quedó otra que defenderse y esperar a sorprender al contragolpe.
El Lugo no retrocedió. El medio del campo gallego seguía siendo superior y los de Paulo Alves colapsaron por la banda de Pol Domingo. El lateral grana, con la tímida ayuda de Jaume Jardí, estaba exigido por Aranda y, poco a poco, el búfalo de la Pobla de Montornés no pudo evitar que se filtraran las pelotas. Una de estas centradas llegó a Ledesma al punto de penalti que, con un remate cruzado con la cabeza, tuvo la acción más clara del Lugo. Por suerte, Varo sostenía el equipo.
El Nàstic jugaba a rachas, en ciertos momentos de partido conseguía hacer daño a base de contragolpes, pero se encontraba cómodo con la pelota contra un Lugo que tenía controlada la zona, así que los de Vidal no conseguían finalizar las acciones dentro del área. De hecho, la última acción de los grana de la primera mitad fue un remate lejano de Jaume Jardí que salió por encima de la portería de Tabuaço.
A la reanudación, la tónica fue la misma, hasta que el partido se detuvo con la lesión de Willy Ledesma. El delantero del Lugo cayó en una lucha con Nacho y, después de cerca de cinco minutos con el juego parado, tuvo que ser cambiado. Eso paró el ritmo del duelo y el Nàstic aprovechó para recargar energías. Los grana no estaban acertados en las pasadas, pero cuando fallaba el juego trenzado, aparecía el as de bajo la manga: las acciones de pelota parada. La primera, situada cerca del banquillo de Dani Vidal, sirvió para hacer el primer aviso y, con una jugada ensayada la pelota fue a córner.
Borja cogió la pelota y todo el equipo ya sabía lo que tenía que hacer. Los centrales del Lugo se encargaron de tapar a Nacho i Trigueros en el primer palo, pero era un engaño. El mediocampista grana envió la pelota al segundo palo con un tiro enrollado. En plena lucha con su marca, Marc Fernández alzó el vuelo para marcar el primer gol del partido. La extrema grana ejecutó un tiro que, si no lo hubiera rematado, incluso habría acabado dentro con gol olímpico. Con todo, el de Corbera de Llobregat demostró, un partido más, que es el primer fichaje del Nàstic del mercado de invierno.
El gol fue un puñetazo en el estómago del Lugo e hizo que bajara el ritmo considerablemente. El Nàstic lo aprovechó para apretar el acelerador. Jaume Jardí ponía los obuses desde la frontal, pero que no entraban. El gol tenía que llegar de córner y así fue. Esta vez la centrada estuvo en el primer palo i Trigueros la remató. La pelota botó dentro, muy ajustada a la línea de gol antes de que Tabuaço la sacara fuera. El árbitro, sin embargo, no dudó. Miró al linier y dio gol.
El partido ya había cambiado con el primer gol y la entrada de Gorostidi, pero, con el segundo, estaba dado y bendecido. Después de los esfuerzos sin premio, el Lugo se quedó paralizado. Con todo, el árbitro dio once minutos de añadido en los cuales los gallegos intentaron la última a la desesperada, pero se encontraron el autobús grana aparcado delante de la portería de Varo con la entrada de Recio y Tirlea. De esta manera, el Nàstic cerró la quinta victoria consecutiva y llama a la puerta de las tres primeras posiciones.