Entrevista
Alan Godoy: «Soy un delantero diferente que brilla aprovechando los espacios y dando la lata a los defensores»
El primer fichaje del mercado de invierno del Nàstic habló en su primera entrevista sobre su debut, su racha de ascensos de categoría y sobre lo que puede aportar al club
¿Cuáles fueron las primeras sensaciones después del debut contra el Osasuna Promesas?
«A nivel personal muy bien, me gusta haber debutado en el estadio delante de la afición, pero me fui con un sabor agridulce. Nos merecíamos ganar, pero si no se rematan los partidos, al final el rival te empata y te quedas con un sabor amargo».
¿Se esperaba jugar tanto teniendo en cuenta los pocos entrenamientos?
«La verdad es que no, pero esperaba que el míster confiara en mí».
¿Piensa mucho en su ocasión de gol con el remate de cabeza?
«Con lo que salió peor. Me marché hacia casa pensando en aquella acción. Estaba solo para rematar. Es verdad que era complicado porque tuve que girar toda la cabeza para golpear la pelota, pero de haber marcado habría supuesto poner el 2-1 en los últimos minutos de partido».
Habría sido debut y gol.
«Me preocupa más la posibilidad de sumar los tres puntos más que el hecho de marcar. Pero ahora toca mirar al siguiente rival».
¿Cómo va la adaptación con los compañeros? Sobre todo en el caso de Pablo Fernández.
«Tengo mucha suerte de jugar con él. Somos dos delanteros totalmente diferentes y la verdad es que nos complementamos muy bien. Durante el partido, cuando lo veía preparado para recibir la pelota, tenía que correr rápidamente hacia su posición porque sabía que él acabaría controlando la pelota».
¿Cómo se describe en el ataque?
«Siempre me he denominado un delantero diferente. Estamos acostumbrados a puntas corpulentos que juegan chocando con los defensores, como el mismo Pablo Fernández. Mi fuerte no es ganar las pelotas aéreas ni jugar de espalda a la portería, sino que me gusta aprovechar los espacios, correr a las espaldas de los defensores y dar la lata a los rivales con mis rabonas».
¿El Nàstic era el equipo perfecto para demostrar de lo que es capaz?
«Estuve en contacto tanto con Sergi Parés como con Javi Sanz desde el principio de la temporada. El Nàstic era una de las primeras opciones que surgió, pero al final salió la oportunidad del Mirandés a Segunda División y no lo podía desperdiciar. Por una cosa u otra, decidí salir. Siempre priorizo mi felicidad y la he encontrado aquí».
Se puede ver a simple vista que la intensidad la muestra incluso en los entrenamientos.
«Sí, desde el primer día doy el máximo. Tuve un pequeño accidente durante el entrenamiento del lunes, pero estoy perfectamente».
De 2aRFEF pasó a Segunda División, para acabar a media temporada en 1RFEF en un equipo que compite por el ascenso. No le asustan los retos.
«La verdad es que no me asustan. Nunca lo he visto así, son oportunidades que tengo que aprovechar».
Se marchó muy joven de casa por una oportunidad. ¿Eso ha ayudado?
«Siempre lo he dicho. Me marché de casa a los 12 años para seguir progresando en el fútbol hasta acabar en el Alavés. Eso me ha hecho madurar más rápido».
El año pasado dio el salto para salir del filial. ¿Considera que es una etapa que ya se ha acabado?
«En los filiales estás como en una burbuja. Los compañeros tienen casi la misma edad y los mismos gustos. Cuando te marchas es cuando ves la realidad. Cuando lo hice buscaba protagonismo. A mí me decían que fuera de los filiales hace mucho de frío, pero la realidad es que he pasado un calor de locos. Recibí la recompensa que esperaba por salir a la aventura. Estuve muy bien, pero después de cinco años en la base del Alavés pienso que mi etapa en equipo filiales se ha acabado».
Las pocas salidas que ha tenido han sido exitosas, como el año pasado, ascenso con el Sanluqueño.
«Hace dos años subí con el filial del Alavés a 2aRFEF, el año pasado ascendí con el Sanluqueño a Primera Federación y espero sumar el tres de tres este año con un nuevo ascenso. Ojalá lo conseguimos. Con eso sólo ya me quedaría subir de Segunda a Primera y ya me podría retirar».
El domingo vuelve a tierras vascas. El campo de la Real Sociedad B lo debe conocer al milímetro.
«Y tanto. En estos años en el Alavés me habré enfrentado a la Real Sociedad B unas 24 veces teniendo en cuenta mi etapa infantil, juvenil y División de Honor. Además, también jugué allí con la selección de Euskadi. Tengo medido al milímetro el campo y espero que la portería también».