Diari Més

Dos minutos de pura magia (0-2)

El Nàstic soluciona un partido trabado por el juego duro de la Real Sociedad B con los goles de los pichichis Pablo y Jaume Jardí

Los jugadores del Nàstic celebrando un gol.Nàstic

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El Nàstic de Tarragona sumó ayer la tercera victoria consecutiva fuera de casa con dos minutos de pura magia. El partido no fue sencillo. La primera parte estuvo interrumpida constantemente por el juego duro de la Real Sociedad B que acabó, incluso, con Varo siendo sustituido después de recibir un corte en la cara que necesitó cinco puntos de sutura. Con todo, los grana se repusieron a la segunda mitad y, en dos minutos, Pablo Fernández y Jaume Jardí, pichichis grana, solucionaron el partido gracias a un activo Alan Godoy.

Después de que Óscar Sanz viera la quinta amarilla contra el Osasuna Promesas, Dani Vidal escogió a Marc Montalvo como su sustituto en medio del campo y el riudomenc no desentonó. El Nàstic empezó activo con la pelota. Los grana llevaban la batuta y concentraban los esfuerzos en la banda|lado derecha. Con todo, el Sanse plantó un muro defensivo ordenado, con dos líneas marcadas por unos mediocampistas sacrificados para ayudar a los centrales. De esta manera, los primeros quince minutos pasaron con un Nàstic intentando encontrar una grieta por donde hacer daño, pero que no pudieron encontrar.

Por otra parte, la Real Sociedad B no necesitaba mucho para colarse dentro del área. Un pase en profundidad de Goti hacia Bryan Fiabema generó una acción uno contra uno que acabó en uno de los peores resultados posibles. Fiabema no llegó a rematar, pero acabó la jugada con los pies por delante y golpeó en la cara de Alberto Varo con los tacos por delante. Fiabema le hizo un corte en la cara del portero de la Canonja y, mientras que él sólo vio una amarilla, Varo tuvo que ser sustituido porque los médicos le tenían que cerrar la herida. Después de siete minutos con el juego parado, entró Dani Parra y el partido se reprendió completamente cambiado.

El Sanse aprovechó para reorganizar sus ideas y, poco a poco, empezaron a alargar las posesiones para controlar el partido. El Nàstic todavía tenía las ocasiones, pero estas eran demasiado tímidas y todas llegaron en acciones de pelota parada. Primero, Nacho González bajó con la cabeza una centrada lateral hacia Marc Fernández, pero la extrema grana no llegó a rematar y, después, el mismo Nacho se encontró una pelota muerta dentro del área, pero su intento de chute al primer toque acabó en las nubes. Ninguna de estas acciones fue entre los tres palos y, con respecto al juego, poco a poco, se enrareció. En cada choque, los jugadores del Sanse dejaban un regalo en forma de codazo o pisotón que resultaba con jugadores grana doloridos en el suelo. El árbitro, José Alberto Pardeiro, no ponía remedio, las tarjetas eran demasiado escasas e, incluso, inexistentes. Y eso acabó en un partido en el cual ninguno de los dos equipos conseguían trenzar jugadas. Finalmente, a pesar de los ocho minutos de añadido al primer tiempo, el partido acabó con una única acción, un coscorrón del Sanse que atrapó a Dani Parra a bocajarro.

El encuentro necesitaba una chispa y Vidal dio entrada a Alan Godoy. El delantero canario fue como un volcán en erupción en el ataque grana y el Nàstic reavivó. Los grana dominaron el esférico a la reanudación y Godoy avisó primero con una centrada envenenada de que se marchó a la izquierda del portero rival. La conjunta grana insistió para, finalmente obtener el premio. Godoy cedió el esférico a Joan Oriol que, no se lo pensó y centró en el segundo palo. Allí estaba a solas Pablo Fernández que, con un golpe fortuito, envió la pelota a la escuadra, imparable para Fraga. De esta manera, el delantero asturiano se convirtió en el pichichi en solitario del equipo, pero este título no le duró mucho. Literalmente en la siguiente acción, cuando la Real Sociedad B reprendió el partido, la alta presión grana provocó un error del central vasco cuando se sacó la pelota de encima. El esférico le cayó a Alan Godoy que vio el agujero entre los defensores y asistió a Jaume Jardí. El extremo reusense insistió durante todo el partido y, cuando le llegó la oportunidad, no falló. Jardí marcó e igualó a Pablo como máximo goleador del equipo con 5 goles.

Los grana solucionaron el partido trabado por las faltas en dos minutos de pura magia. De la misma manera que el Sanse, a la primera vuelta, cambió el marcador en tres minutos, el Nàstic lo hizo en dos.

Con el trabajo hecho, el trabajo de los de Vidal continuó en fase defensiva. El técnico dio entrada a Gorostidi, Tirlea e hizo debutar a Álex Mula. Los grana se defendieron con serenidad y dejaron pasar los minutos sin sufrir ni un solo minuto.

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