Futbol
El Nàstic se queda con ganas de más (1-1)
Los grana desactivaron el Deportivo en un duelo que pudieron sentenciar la primera mitad, pero que se recompusieron en la pegada visitando a la segunda
Nàstic y Deportivo se dieron la mano para firmar un empate que satisfizo a los gallegos, pero no en unos los grana que merecieron mucho más. Los grana se comieron al líder en una primera mitad impecable, en la que tuvieron hasta tres ocasiones claras de gol. El Deportivo aprovechó un error en medio del campo para poner el 0-1 en su única acción del partido entre los tres palos. Los grana supieron reponerse del choque anímico para volver a dominar al rival y conseguir un empate que Germán Parreño mantuvo perdiendo el tiempo y con buenas manos.
El Nàstic recibió el Deportivo con el once de gala. Andy Escudero recuperaron su lugar, de la misma manera que Nacho en el eje de la defensa. Los tres son hombres claves e hicieron notar su presencia pronto. El Nou Estadi Costa Daurada estaba lleno hasta la bandera y la conjunta grana empezó el partido con la intención de marcar territorio a un Deportivo que llegaba lanzado. Los de Dani Vidal plantearon el partido con valentía y en los primeros minutos ya se quedaron con la posesión. Esta superioridad se trasladó en ocasiones matinales.
La primera fue clara y la tuvo Pablo Fernández. Andy y Pablo formaron su vínculo y, después de un centro del alicantino, Pablo remató de cabeza totalmente solo en el área pequeña. Con todo, Germán Parreño, portero del Deportivo, sacó la ocasión con una mano milagrosa. El error no desconectó el equipo, sino todo el contrario. El Nàstic acosó el Deportivo en su área. Los gallegos no podían hacer más que sacar agua delante un Nàstic enchufado. En defensa Pol Domingo y Pablo Trigueros marcaban su ritmo, mientras que Joan Oriol, de momento, desconectaba David Mella, el peligro del Deportivo, con solvencia.
Las ocasiones llegaban una detrás de otra. Marc Fernández tuvo la segunda clara. Pablo inició el contraataque con un sombrero exquisito por encima de un defensor rival y Fernández remató tal como le vino con potencia, pero acabó en las manos de Parreño.
La superioridad grana fue trenzada en un medio del campo controlado. Borja ponía la magia y Sanz el control, pero en un mal choque el joven mediocampista se lesionó. Montalvo suplió su posición, pero el Deportivo agradeció los minutos de oxígeno que le concedió la acción para reorganizarse.
El partido había cambiado, pero el Nàstic siguió poniendo la directa. Después de una gran pase filtrado de Escudero, Marc Fernández tuvo el gol en sus botas, pero su chute fue interceptado por los defensores cuando Parreño ya estaba batido.
El Deportivo consiguió reencontrarse con la pelota, pero sus ataques eran desconectados en el área grana. Joan Oriol y Montalvo, atentos para marcar Mella y Pol Domingo tenía controlado Yeremay. Con todo, los gallegos tuvieron sus aproximaciones, un aviso para un Nàstic sólido que no debió despistarse ni un segundo contra el equipo más goleador de la categoría. De esta manera, el Nàstic fue al descanso con sensación de superioridad, pero había perdonado tres veces al Deportivo, que todavía estaba vivo.
El conjunto gallego salió más fuerte en la segunda mitad y el Nàstic pagó caro el perdón. La presión del Deportivo se hizo más fuerte y provocó el error. Mella le birló la pelota a Montalvo en medio del campo y él mismo se encargó de batir a Varo para poner el 0-1. Los gallegos no necesitan mucho para hacer daño y lo demostraron con un gol que fue todo un choque anímico tanto en la grada como en el césped.
En los siguientes veinte minutos de partido, el Nàstic vivió un proceso de deconstrucción. El empuje y el dominio de la primera parte se convirtió en precipitación y caos. Los grana perdían pelotas fáciles y no conectaban en ataque, pero con el paso de los minutos supieron recomponerse cuando vieron que, a pesar de eso, el Deportivo no dominaba.
La entrada de Concha revolucionó el partido por la izquierda. Después de un mes alejado del césped, el extremo salió fresco como el primer día y asistió el gol del empate. Por la izquierda, Concha vio el agujero y la puso en el segundo palo. Allí estaba Pablo que esta vez no perdonó. El asturiano cruzó el remado para batir a Germán Parreño y hacer justicia al electrónico.
El gol revitalizó en un Nàstic que fue a más contra un Deportivo que estaba contento con el empate. Parreño tuvo tiempo de salvar su equipo una vez más, cuando Borja Martínez remató una pasada exquisitos de Mula a la frontal del área con una mano mágica.
De esta manera, el partido acabó con un empate que satisface el Deportivo, pero no a un Nàstic que mereció mucho más.