El Nàstic resucita en el Toralín (0-1)

Y al tercer partido, el Nàstic resucitó. El conjunto de Dani Vidal volvió a mostrar un estilo guerrero en el cual tuvieron que levantarse de unos primeros diez minutos más que grises para acabar dominando la Ponferradina en defensa, en medio del campo y en ataque. Los apóstoles Álex Mula y Marc Fernández protagonizaron el gol del Nàstic con una grande centrada lateral y, finalmente, el partido lo cerró San Alberto Varo que, lesionado de la rodilla, paró lo imparable para mantener el resultado y llevarse unos tres puntos importantísimos para el Nàstic que se mantiene en la lucha por el liderazgo y se aleja del quinto clasificado.

Dani Vidal planteó un partido de músculo para aprovechar las oportunidades y, por este motivo, le dio una oportunidad a Montalvo como pareja de Borja Martínez y completó el tridente ofensivo con la potencia de Jaume Jardí en el remate, la capacidad de lucha de Marc Fernández y la calidad de Álex Mula. El plan era dejar el protagonismo para la Ponferradina y aprovechar las oportunidades.

Con todo, la ejecución fue mala en los primeros minutos. Los grana tuvieron un mal arranque en el partido, parecía que el cambio de hora les había pillado descuadrados y la Ponferradina lo aprovechó para plantarse delante de Alberto Varo en dos ocasiones bien claras. La primera la tuvo Yeray en el minuto cuatro. Carrique encontró un agujero enorme en la banda izquierda. Joan Oriol había perdido la posición para echar una mano en el centro y Mula cogió el papel de cubrir la banda, pero no llegó y permitió la centrada. Esta, rasa, llegó a los pies de Yeray a pocos pasos del área pequeña y, a pesar de la cantidad de camisetas grana, el extremo de la Ponferradina estaba completamente solo. Por suerte, la definición no fue la correcta y, en el intento de buscar un tiro en la escuadra, la pelota salió fuera. Este era el primer aviso, pero el segundo llegó pocos minutos después. En un servicio de portería, el Nàstic se empeñó para sacar la pelota jugada en corto cuando la Ponferradina había planteado una presión muy elevada. De esta manera, el servicio de portería acabó en un regalo en Yuri que, a solas en la frontal, envió la pelota fuera. En menos de diez minutos, el conjunto local ya había podido adelantarse en el marcador hasta en dos ocasiones.

Después de un primer tramo de partido para olvidar, el Nàstic, por fin, empezó a funcionar. La primera ocasión grana fue para Jaume Jardí. El extremo reusense encontró un espacio en la frontal del área y no dudó a rematar con la izquierda un chute raso, pero potente. Prieto paró el esférico con la pelota y Pablo Fernández, por bien poco, no pudo rematar el rechazo. El Nàstic necesitaba que la Ponferradina temblara y Jaume Jardí era el más atrevido para conseguirlo.

El partido se estabilizó. Una vez las primeras estocadas fueron erradas, la lucha pasó en medio del campo con los dos equipos disputándose la posesión. El Nàstic se había reorganizado en defensa y las centradas laterales y pasadas en la espalda que probaba la Ponferradina se encontraban siempre en Trigueros o Nacho.

Poco a poco, el Nàstic empezaba a romper la defensa rival por la banda de Álex Mula. El extremo encontró un agujero por la izquierda, pero dudó demasiado en el remate al llegar al área rival y un defensa interceptó el chute. Poco después, estas tímidas internadas se convirtieron de nuevo en ocasiones claras. Como no podía ser de otra manera, el protagonista volvió a ser Jardín que esta vez buscó la escuadra y Prieto tuvo que volar para parar el gol. De esta manera, el Nàstic llegó al descanso con mejores sensaciones después de recomponerse de unos primeros minutos grises.

A la reanudación, los de Dani Vidal no repitieron los errores y salieron con el impulso necesario para sorprender el conjunto de Juanfran García. Álex Mula volvió a ser decisivo. El extremo vio el agujero y, desde el vértice del área, ejecutó una centrada envenenada hacia el segundo palo. El esférico botó y los dos centrales de la Ponferradina se la tragaron. De esta manera, la pelota se filtró hacia Marc Fernández que, pillo, se coló entre los dos centrales para rematar a placer a solas ante el portero y poner el 0-1. De tener 10 minutos malos a la primera mitad, a arreglar el duelo en diez minutos al segundo duelo.

Con el marcador en contra, la Ponferradina tuvo que dar un paso adelante en el Toralín y Dani Vidal contestó dando entrada Ander Gorostidi para formar un trivoto en medio del campo para ganar el control. Los de Juanfran García buscaban el empate con centradas laterales, pero se encontraban un muro formado entre Trigueros, Nacho y Pol Domingo por la derecha totalmente infranqueable. Además, en medio del campo había un cordón de seguridad que lideraba un muy mejorado Marc Montalvo. Y si el rival llegaba a superar los dos muros, todavía tenía que ganar Alberto Varo, que se mostró, una vez más, excelente, aunque acabó sufriendo con molestias en la rodilla derecha.

Con el paso de los minutos, el Nàstic optó por cerrar el duelo con un juego guerrero. Los grana buscaban que el tiempo pasara interrumpiendo el juego, para poner nerviosa en una Ponferradina necesitada ante su afición. Era un juego arriesgado, pero salió bien. Incluso, los grana podrían haber tenido un final de partido más plácido si Godoy hubiera aprovechado un error defensivo grave de la Ponferradina, pero la definición con el exterior y buscando el globo al portero fue errada. El Nàstic acabó el duelo con seis defensas, con Dufur sobre el campo y Tirlea más adelantado y con un Godoy muy acertado que sacó de quicio a los jugadores de la Ponferradina.

San Alberto Varo tuvo que aparecer en los minutos de descuento y, a pesar de estar lesionado, paró el imparable para mantener el 0-1.

El Nàstic se lleva los tres puntos i el gol average del Toralín para mantenerse en la lucha contra un Deportivo imparable y deja todavía más atrás el cuarto y quinto clasificado, la Ponferradina y el Celta Fortuna.