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El Málaga gana el primer asalto

El ‘killerRoberto Fernández marca un doblete con un córner rápido y una diana de penalti para superar un Nàstic que había plantado cara a una Rosaleda llena hasta la bandera para animar a su equipo

Jaume Jardí el darrer dissabte.

Jaume Jardí el último sábado.Carles Borrachero

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El Málaga gana la primera batalla, pero no la guerra. Roberto en dos golpes puso el 2-1 final de un Nàstic concentrado y defensivo, que aguantó el empuje de la Rosaleda y de un Málaga motivado. Dos goles con polémica superaron el Nàstic, con un primero de córner cuando el equipo sacaba una segunda pilota sobre el césped y un segundo de penalti por la cogida dentro del área. Sin embargo, con un golazo de Concha y una salvada increíble de Pol Domingo para evitar el 3-1, el Nàstic todavía está vivo.

A pesar de las casi 30.000 personas vibrando en la gradería de la Rosaleda, el Nàstic no se encogió. De hecho, la primera ocasión no tardó en llegar. Entre Pablo y Godoy y Godoy y Pablo surgió la magia. El canario le filtró la pelota hacia Pablo que, a solas, se adentró en el área pequeña. El asturiano devolvió el favor a Godoy y le sirvió el remate en bandeja. El rayo del Nàstic encañonó la portería, pero Alfonso Herrero demostró porque es de los mejores porteros de la categoría y lo paró. Era una ocasión clarísima y, el partido, empezó de la misma manera que el Ceuta-Nàstic, con los de Dani Vidal perdonando.

El Málaga no retrocedió y, espoleados por su afición, subió la velocidad del partido y Ferreiro obligó a Alberto Varo a presentarse con un gran estirón. Poco a poco, el Málaga cogía más dominio del esférico. En una de estas ocasiones, Roberto se escapó de entre Trigueros y Nacho para encarar la portería de Varo. Trigueros lo atrapó y, cayéndose, también tiró al suelo al killer del Málaga. La Rosaleda reclamó penalti, pero el árbitro no lo vio.

En ataque, el Nàstic no tuvo mucho más que las ocurrencias de David Concha. El extremo probó puerta con uno remate lejano, pero potente y colocado, que Alfonso Herrero tuvo que esforzarse mucho para parar. En la otra portería, el Málaga insistía con un Roberto especialmente descontrolado para la defensa grana. Al descuento del primer tiempo, el Nàstic recibió el primer puñetazo. A la salida de un córner, Batanea no dejó tiempo para pensar y colocarse a la defensa grana y, centrando en el primer palo, encontró a Roberto para marcar el 1-0. Ningún jugador del Nàstic estaba preparado para defenderlo y, además, el gol subió al marcador con dos pelotas sobre el césped. Cuando Alan Godoy quería retirarla del campo, vio la centrada y dejó caer la pelota dentro del área. El árbitro, a pesar de las protestas de los jugadores, decidió dar por válida la jugada. Y hacer marcharse al Nàstic al descanso con la amargura del error y la impotencia de la decisión arbitral.

Tocaba volver a levantarse. Dani Vidal se encargó de hacerlo en el descanso. En la reanudación, el Nàstic salió con las fuerzas renovadas y, a la primera, marcó el empate. Pablo Fernández, el sábado espléndido en la ayuda a sus compañeros, generó el espacio para que Magic Concha actuara. El extremo encaró el área y, con la derecha, encontró una brecha que sólo él vio para marcar el 1-1.

El gol no hundió al Málaga, sino todo lo contrario, lo volvió a encender. El empuje local llegó por las bandas mediante centradas laterales que conectaban con los rematadores, aunque no iban entre los tres palos. Con todo, los locales llevaban la batuta y, en un córner, el árbitro silbó penalti a favor del Málaga por una cogida en el área.

Varo adivinó la dirección, pero Roberto acabó marcando el 2-1 con un tiro ajustado al palo derecho. El Nàstic no renunció completamente al ataque y, poco después, en la otro área, Óscar Sanz se cayó de la misma manera que Roberto, pero el criterio que se aplicó no fue lo mismo y el árbitro no vio nada. Con el equipo contra las cuerdas, Roberto tuvo el 3-1 en un mano a mano contra Varo que, entre Nacho y Pol Domingo, evitaron para dejar el Nàstic vivo en la Rosaleda.

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