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Un Nàstic superior se lleva el Ciutat de Tarragona contra el Huesca (1-0)

Joan Oriol, de penalti, marcó el único gol de un partido totalmente controlado contra un equipo de Segunda División

Pablo Fernández durante el partido contra el HuescaNàstic

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El Nàstic de Tarragona evoluciona favorablemente. Si contra el Real Zaragoza ya dio un paso adelante, contra el Huesca acabó de crecer para dominar en uno Segunda División sin muchos sufrimientos. Los de Vidal se mostraron más sólidos con la pelota y seguros en defensa con un Leal superlativo. Joan Oriol se encargó de marcar el único gol del partido de penalti, el segundo consecutivo en el Nou Estadi esta pretemporada.

Dani Vidal se presentó al Ciutat de Tarragona con un once que bien podría utilizarse en la primera jornada de liga. Varo en la portería, Antonio Leal y Gorka Pérez en el eje de la defensa y Pol Domingo y Joan Oriol en los laterales. En medio del campo, Gorostidi y Óscar Sanz con Víctor Narro y Jaume Jardí a ambos lados, todo y que Jardín, como buen dorsal '10' tenía libertad absoluta sobre el césped. Finalmente, en la punta de ataque, Antoñín y Pablo fueron los escogidos.

Era el tercer duelo contra uno Segunda División y el Nàstic creció desde el primer minuto. De hecho, los grana tuvieron la primera ocasión del partido. Pablo y Joan Oriol generaron una jugada por la banda izquierda. Jaume Jardí fue el encargado de centrar en el primer palo. Allí donde estaba Antoñín, que remató al primer toque, pero la pelota salió fuera.

La réplica del Huesca llegó pronto. Una imprecisión de Pol Domingo acabó en un contraataque liderado por Soko, el extremo del Huesca. La velocidad del jugador hizo inútil el intento de Gorostidi de cortar la jugada, pero Soko no contaba con el Águila. En el mano a mano, Alberto Varo salió victorioso y evitó el gol. Después de la acción, el de la Canonja sonrió, sagaz, para acabar celebrando la acción. Ser el Zamora de la categoría significa ser clave en este tipo de jugadas.

La presión del Nàstic no era tan intensa como la temporada pasada, pero el partido tampoco lo exigía. El Huesca se mostraba poco afilado y, al final, los minutos dieron la razón a los grana. Los de Dani Vidal generaban por la izquierda y mantenían la posesión sin muchos esfuerzos.

Los grana cerraron el Huesca en el área y este asedio acabó con premio. Una cogida a la pequeña sobre Antoñín acabó con el árbitro señalando penalti. Era el segundo consecutivo en el Nou Estadi, había que pedir un deseo. Esta vez el encargado de chutar las penas máximas estaba sobre el césped. El capitán Joan Oriol resolvió la acción con calma y clase y, con un panenka, hizo el 1-0.

El Nàstic era superior sin demasiadas florituras. El Huesca se aproximó al área en dos ocasiones más, pero no encontró más que el muro grana. Gerard Valentín, exgrana, protagonizó una gran jugada por la banda, pero Joan Oriol se mostró imperial y le birló la pelota antes de que centrara.

A la segunda mitad, el Huesca dio un paso adelante espoleado por los cambios, pero fue insuficiente. El Nàstic mantuvo el control sin sufrir, buscando el segundo gol pero tampoco con el acierto necesario para generar grandes jugadas. Gorostidi, una vez más, demostró que su subida de nivel no fue flor de un día y, con una pasada estratosférica, creó una de estas jugadas que sólo ve él. Antoñín la interceptó en el área, ganó el duelo con el central para habilitar el remate, pero el andaluz se encontró con el portero rival, quién bloqueó el mano a mano.

De los tres rivales de Segunda que pasaron por el Nou Estadi Costa Daurada, el Huesca era el más exigente, pero también se encontró en el mejor Nàstic, uno más seguro y calmado, que aprendió de las derrotas contra el Castellón y el Zaragoza.

El Nàstic se llevó el Ciutat de Tarragona sin sufrir mucho en un duelo de pocas ocasiones y levantó el primer trofeo que entregaba al presidente ejecutivo Lluís Fàbregas.

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