Fútbol
Antoñín señala el camino de la remontada (2-1)
Gran actuación del delantero del Nàstic victoria contra la Real Sociedad B en un partido disputado en la cual el equipo tuvo que levantar el marcador pronto
Antoñín ha puesto la primera piedra del fortín grana. El Nàstic sumó la segunda victoria consecutiva al Nou Estadi para convertir el templo grana en todo un fortín. Antoñín tuvo un papel fundamental en este hito contra la Real Sociedad B, porque significó la primera remontada del equipo en dos temporadas. Astigarraga empujó en propia meta el primer gol del delantero y, en el segundo, se dejó el alma para rematar y enviar la pelota en el fondo de la red.
Dani Vidal sólo hizo un movimiento al once con respecto a la última semana. Marc Fernández entró por Jaume Jardí para añadir músculo en la presión del Nàstic. El inicio del partido no fue apto para las personas que sufren de vértigo, porque fue toda una montaña rusa. El Nàstic salió con energía y Antoñín tuvo la primera acción del partido. La presión grana fue un éxito y, después de birlar una mala salida de pelota, la pelota cayó a Antoñín que, con un remate potente, forzó en Fraga a actuar en dos tiempos.
El exceso de energía y la presión acabó provocando una cadena de mala suerte y malas acciones. La Real Sociedad B aprovechó una pérdida de pelota de Joan Oriol para armar un contraataque en la otra banda. Entonces, con el cambio de dirección se quedaron Marc Fernández y Pol Domingo para defender la banda derecha. Con todo, no se entendieron y la pelota se filtró entre los dos para llegar a Beitia. El carrilero la Real Sociedad B no se lo pensó, encaró puerta y fusiló la portería de Alberto Varo con un remate potente ajustado al travesaño.
Sólo era el minuto tres y el Nàstic ya había recibido un gancho directo en el rostro. Pero el conjunto de Dani Vidal no cayó, no perdió la sonrisa y la reacción fue instantánea. Los grana dieron un paso adelante en la presión y en el juego. El director apareció. Gorostidi alzó la cabeza y envió una pasada precisa hacia Antoñín. El delantero grana se convirtió en toda una bestia y ganó el duelo y la posesión. Al ver que no podía alargar la jugada hacia otro compañero, decidió rematar ajustando al palo derecho de Fraga. El portero rival la dejó pasar pensando que la pelota iba fuera, pero chocó con el palo y se paseó por la línea de gol. Entonces, Astigarraga, pugnando con Marc Fernández, acabó por enviar la pelota al fondo de la red y poner el empate.
El gol sólo marcó que reafirmar el buen inicio del Nàstic más allá del error en el minuto 3. Los grana mostraron carácter no dejándose hundir y subieron una marcha más para buscar la remontada. El peligro grana se originaba, sobre todo, por la banda izquierda. Allí, Víctor Narro arrancó su motor de reacción. El extremo balear llevó quebradero de cabeza tras quebradero de cabeza a la defensa rival enviando centradas constante e, incluso, internándose entre los defensores como una daga para buscar el remate.
El dominio grana era evidente, así que tarde o temprano tenía que llegar el segundo. De hecho, la presión grana provocó un error en la salida de pelota rival y, en el mano a mano contra Fraga, Antoñín erró. El delantero grana tenía el gol entre ceja y ceja. Primer Astigarraga le birló el gol del empate empujando la pelota dentro y, después, Fraga le ganó el mano a mano. Tocaba volver a intentarlo y, literalmente a la siguiente jugada, obtuvo el merecido premio.
Narro ganó la banda izquierda y centró al punto de penalti. Allí, Antoñín saltó con todo el que tenía, con la cabeza por delante y sin miedo a recibir un garrotazo en el choque contra el defensor rival. Con el alma y el corazón por delante, Antoñín remató para marcar el 2-1 y completar el primer remontamiento del Nàstic en casi dos temporadas completas.
A la reanudación, la Real Sociedad B dio un paso adelante. Ahora era el Nàstic el que tenía que aguantar las estocadas, y lo hizo con orgullo. Poco a poco, el Sanse iba controlando el ritmo del partido. Dani Vidal quiso contrarrestar la tendencia donante entrada con Álex López y, aunque consiguió atenuar la enfermedad, no la pudo evitar. La necesidad y el talento del filial vasco se combinaron para buscar el empate y el Nàstic se tuvo que consagrar a San Pol Domingo. La grana respondió y, entre los esfuerzos de Domingo, Dufur, Sanz y Varo, la conjunta grana selló una victoria de confianza en el Nou Estadi Costa Daurada.