Repaso monumental (4-0)

El Arenteiro dio todo un repaso al Nàstic. El conjunto gallego endosó un 4-0 a los grana en un duelo con el cielo descubierto, porque la borrasca estuvo sobre el césped con el juego de los tarraconenses. Los de Dani Vidal estuvieron totalmente desconocidos con la pelota y sin y eso se tradujo en una goleada muy dura.

El Nàstic afrontaba el partido sin su pieza clave en el eje de la defensa. Óscar Sanz no viajó a Galicia por una lesión fibrilar y Dani Vidal tuvo que mover el once. Gorka Pérez fue el escogido para suplir al mediocampista y tenía por delante un partido difícil.

El Arenteiro ha convertido este año el Municipal de Espiñedo en su fortín y en los primeros minutos demostraron el porqué de su efectividad. A pesar de que los grana empezaron el duelo dominante el esférico, fue el conjunto gallego quien tuvo la primera ocasión. Una desconexión defensiva facilitó el mano a mano de Enol delante Varo, pero el delantero local cruzó demasiado el tiro y erró.

Este no era más que un aviso. El Arenteiro no domina, pero sí que aprovecha y hace daño cuando su rival muestra debilidades defensivas. De esta manera, progresivamente, los locales se hicieron con el dominio de las ocasiones. Pol Domingo por la derecha sufría. Los ataques de Simao por su parte y la coordinación local dejaba al Búfalo de la Pobla de Montornès un poco solo sin el apoyo de este caso Gorka Pérez. Eso se tradujo en ocasiones. Primero de Baselga en uno mano a mano y después Alberto Varo tuvo que volar para parar una falta directa que iba hacia dentro.

El Nàstic insistía en rebajar revoluciones. Con la pelota, los grana ralentizaban el duelo y alargaban las posesiones sin generar mucho peligro. De hecho, el Nàstic se debía a Jaume Jardí para que generara espacios. En una acción del extremo, Gorostidi pudo encarar puerta con un remate desde la frontal que salió fuera.

El Arenteiro no bajaba la pistonada y, sin pelota, esperó para su oportunidad. Y la encontró. Un error defensivo grana habilitó un contraataque por la banda derecha grana. Enol se marchaba hacia la portería grana perseguida de Domingo y Dufur. Entre los dos jugadores grana y un poco de esfuerzo del delantero local, el árbitro silbó penalti cuando Enol cayó al suelo. Era muy riguroso, pero el árbitro castigó el Nàstic.

Marcos Baselga ejecutó la pena máxima a la perfección. Con calma engañó Varo y, cuando el portero grana cedió hacia la izquierda, el delantero remató con tranquilidad a la derecha para poner el 1-0. Herido, el Nàstic buscó la réplica y Antoñín la encontró pronto. El malagueño interceptó un mal pase del portero Diego Garcia que, fuera del área, consiguió parar con el cuerpo el remado de Antoñín para evitar el 1-1. El punta grana tenía tiempo y espacio para ejecutar la jugada, incluso, si chocaba con la mano del portero, este habría acabado expulsado, pero buscó la portería rival al primer toque y erró.

El Arenteiro se notaba cada vez más cómodo. Los locales aceleraban el juego y se encontraron en un Nàstic completamente desconocido. Los tarraconenses no ejecutaban la presión elevada característica, con la pelota eran erráticos en las pasadas y fallaban ideas en ataque. Y en defensa se pagaban los pecados.

Una pérdida del Nàstic se convirtió en un contraataque de manual del Arenteiro. Gómez avanzó hasta el área por la izquierda, Jordán hizo una finta para servir el gol en bandeja a Baselga, quien definió a la perfección para poner el 2-0 en jugada para enmarcar. De esta manera el Nàstic se marchó al descanso, con un juego y una sensación de ser un equipo completamente desconocido.

A la reanudación el equipo no mejoró. Los grana continuaban incómodos en el juego y desafortunados en ataque, con uno remado de Pablo que se marchó a las nubes en la salida de un córner. Dani Vidal apostó por mover el banquillo y establecer un hombre más en medio del campo sacando a Gorka Pérez del eje de la defensa.

Con todo, el Arenteiro insistió en ataque hasta que lo encontró. En una jugada caótica, Marcos Baselga atrapó un rechazo de Alberto Varo para marcar su hat-trick particular y hundir un poco más en el Nàstic en el barro.

Esta diana fue la que peor hizo al conjunto grana. Con un hombre menos en defensa, encontraban un abismo de distancia. El Arenteiro estaba de fiesta y el Nàstic no pudo apagar todos los fuegos. De hecho, Joan Oriol vio una amarilla evitando uno mano a mano que podría haber sido el cuarto. Con todo, el 4-0 acabó llegando.

Enol soltó el rechazo de una falta para perforar la portería de Varo con uno remado con el exterior que pasó por debajo de las piernas de su compañero. Este fue un clavo más en el ataúd de un Nàstic completamente vencido.

Los grana sólo querían que el árbitro silbara el final. No fue el día del Nàstic. Incluso, Pablo falló el gol del honor con uno remado de cabeza a bocajarro, extraño en él. Sin competir, el Nàstic se llevó una lección de Espiñedo y suma dos partidos que se tienen que grabar a fuego para aprender y que no se vuelvan a repetir.