Fútbol
Derrota merecida para despedirse del 2024 (1-0)
El Nàstic cayó contra el Unionistas en un partido frío y sin ocasiones entre los tres palos del conjunto grana
El Nàstic recibe carbón de forma anticipada. El conjunto de Dani Vidal se despidió del 2024 con una derrota bien merecida en el campo del Unionistas. Los salmantinos tuvieron bastante con un golazo de falta de Pau Martínez en los cinco minutos de partido para superar un Nàstic nefasto a nivel ofensivo. De hecho, los grana sólo remataron una vez y no fue entre los tres palos. El Unionistas sigue siendo la bestia negra que el Nàstic no puede ganar.
El Nàstic salió decidido a cambiar la dinámica de derrotas grana a Castilla y León. Los grana salieron con toda la carne en la parrilla, con el único cambio de Concha por la izquierda en sustitución de Narro y Jaume Jardí por la derecha. De esta manera, los de Dani Vidal consiguieron la primera ocasión de peligro. No hay que decirlo, a la salida de un córner. La centrada en el segundo palo la recibió Óscar Sanz, que alargó la jugada con la cabeza. Él mismo fue el encargado de acabar soltándola el rechazo, pero el tiro fue fuera.
Cuando parecía que todo estaba controlado, una sola acción lo cambió todo. Gorostidi se distrajo a la hora de controlar una pelota y perdió la posesión en la frontal del área. El vasco, reactivo, paró la jugada cometiendo una falta muy peligrosa que brindaba al Unionistas un tiro directo bien centrado a dos pasos del área grana. Rebollo colocó la barrera y se estiró con todo, pero no fue suficiente para evitar que Pau Martínez marcara el golazo de falta directa. En un abrir y cerrar de ojos, el ímpetu y la energía grana de los primeros minutos se fundió y el Nàstic recibió una vez del cual costó levantarse.
El gol transformó la seguridad en inseguridad y la ambición ofensiva en desajustes. Los grana perdieron las ideas, aunque estabilizaron el duelo conservante la posesión, no sabían como superar un Unionistas bien replegado en defensa. De hecho, quien más cerca del gol estuvo fueron los locales. Los salmantinos no necesitaban más que imprecisiones para acercarse al área, y las encontraron. Mientras que los grana se pasaban la pelota de lado a lado sin saber acabar ni una sola jugada, el Unionistas avisó del segundo con un tiro de Llega que sorprendió a todo el mundo. También a Rebollo, que hizo la estatua asumiendo que la pelota iba fuera. Por suerte, el tiro se estrelló en el travesaño. De esta manera, el partido fue al descanso, con un Nàstic necesitado de ideas.
No las encontraron. De hecho, a quien pudo marcar en los primeros minutos de la segunda parte fue el Unionistas. Los centros laterales del conjunto local entraban como querían. Esta vez, estuvo en el segundo palo donde había dos delanteros con sólo Joan Oriol cubriendo la posición. Por suerte, el capitán se hizo valer para evitar el peligro.
Los grana continuaban sin ideas. Se encontraban atascados en la salida de la pelota y poco verticales. El Unionistas tenía bien controlado el equipo grana y sólo sufrió cuando, por una vez, el Nàstic fluyó por la izquierda. David Concha ejecutó un centre lateral y Pablo remató fuera en el primer palo. Era la mejor ocasión de peligro del equipo y se convirtió en la única del segundo tiempo. Los grana no insistieron en el que mejor saben hacer y el partido se fue muriendo sin ocasiones.
Se podrían haber jugado 90 minutos más y el Nàstic seguiría sin rematar en portería. Aparte de falta de ideas en la producción ofensiva también se los notaba con poca intensidad hasta que cerraron el partido con el 1-0 para certificar una derrota para cerrar el año.