Recuperando nombres propios

El Nàstic sumó una doble victoria el último sábado contra el Celta Fortuna. Por una parte, los grana confirmaron que jugando contra filiales son un equipo superior y alcanzaron la primera victoria a domicilio desde el mes de noviembre. De la otra, lo hicieron recuperando nombres propios en la plantilla. Antoñín, Víctor Narro, Migue Leal y Gorka Pérez son algunos de los futbolistas que brillaron sobre la verde y llena de múltiples especies de pájaros césped de Balaídos.

La realidad es que el Nàstic empezó con el pie izquierdo el partido. El Abdellaoui, el refuerzo de invierno de 4,20 millones de euros del Celta Fortuna, hizo lo que quiso por la banda de Joan Oriol con la ayuda del lateral Tincho. Los grana estaban espesos con la pelota y demasiado precipitados, pero en medio del caos, un jugador iluminó el ataque de la conjunta grana como la luz de un faro. Antoñín Cortés generó todos los espacios que quiso en la defensa gallega. Sólo necesitaba un pasador, y Gorostidi fue el indicado filtrando una pelota que dejó al andaluz solo ante el portero Manu Vidal. El chute del delantero salió demasiado desviado, pero despertó al Nàstic. La dinámica del partido cambió y, con Antoñín dejándoselo todo para sacar petróleo, salieron nuevos protagonistas.

Víctor Narro volvió a su estado de forma pletórico. De nuevo, hizo y deshizo como quiso para colocar pelotas en el área y demostró, una vez más, porque el equipo no es el mismo cuándo no está. Narro y Antoñín se pusieron de cara el duelo en la pelota parada. Antoñín celebró el gol con rabia, porque significó poner fin a una sequía anotadora que arrastraba desde octubre. Por otra parte, Narro sumó una nueva asistencia –la séptima– que lo coloca empatado como máximo asistente histórico de Primera Federación con 24 pasadas de gol.

Antoñín y Narro ponían los agujeros en ataque y las ocasiones, pero también tuvieron tiempo para brillar en otras zonas del campo. En la retaguardia, Gorka Pérez se hizo fuerte al lado de Antonio Leal. Después de meses alejado de los terrenos de juego por una lesión en el tendón de Aquiles, Gorka Pérez se encontró, por la lesión de Óscar Sanz y las molestias de Borja Granero, jugando su tercer partido consecutivo en una semana. Pérez lo aprovechó para completar un partido sólido que se premió con la portería a cero. Este triunfo particular fue celebrado de la mejor manera, porque, una vez el árbitro silbó el final, los dos centrales se unieron en un abrazo lleno de euforia y rabia.

El otro nombre propio en aparecer fue Migue Leal. El lateral de Villarreal ha entrado como un tren en el Nàstic y ha conseguido aquello que parecía imposible: sentar en el banquillo a Pol Domingo. No decepcionó, y su persistencia y desgaste físico durante el partido prometió que el debate en el lateral derecho podría acabar ganándolo pronto.

Buscando un mediocampista veterano

Montalvo y Gorostidi ejecutaron un partido clínico. Los dos se fundieron físicamente para anular al Celta en medio del campo, pero dejaron clara una necesidad que Dani Vidal confirmó para después: hace falta un fichaje en medio del campo. Con Biel Vicens en la rampa de salida –no fue ni convocado– y la baja de Óscar Sanz –que se prevé que sea mínimo de un mes– y la salida de Álex López dejan al Nàstic con sólo dos mediocampistas disponibles.

Hoy es el último día del mercado de fichajes y la dirección deportiva está buscando un mediocampista con galones y veteranía capaz de emular la gesta de Migue Leal y hacerse un sitio en el once inicial. Un hombre que encontrarán hoy para completar la plantilla como la última incorporación del mercado.