Fútbol
El peor Nàstic sucumbe contra un Bilbao Athletic enchufado (0-2)
Los grana han sufrido la primera derrota contra un filial en un partido gris tanto en ataque como en defensa
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Marc Montalvo durante el partido contra el Bilbao Athletic.
El Bilbao Athletic se zampó el peor Nàstic del curso. El conjunto de Dani Vidal sufrió la primera derrota contra un filial en un partido en el cual los grana mostraron su versión más gris. Los tarraconenses no pudieron igualar el ritmo del Bilbao Athletic en ningún momento y sólo olieron la portería rival en dos ocasiones esporádicas.
Nàstic y Bilbao Athletic chocaron con intensidad en los primeros minutos de juego. Era todo un pulso entre dos equipos en racha, pero esta prueba de fuerza la ganó el Bilbao Athletic. El filial vasco, simplemente, se veía más fluido sobre el césped. El juego asociativo vasco marcaba el ritmo del partido y el Nàstic sufría en defensa. En un cuarto de hora, los de Lezama forzaron dos córners y los grana pagaron los platos rotos en el segundo.
Los de Dani Vidal erraron en su especialidad: la pelota parada. La centrada en el segundo palo no la pudo rechazar nadie a pesar de pasar por el área pequeña. Ibai Sanz fue el más rápido y se avanzó a su marca para poner el 0-1 con un remate con la pierna. Este fue el premio a la insistencia a un filial vasco que era superior.
Con el marcador en contra, el Nàstic se quedó contra las cuerdas en este primer asalto. En ataque los grana no progresaban. Roberto Torres era el único jugador con iniciativa, pero la precipitación y los errores en las pasadas dejaron en el Nàstic en fuera de juego. En más, tampoco ayudaba que el colegiado Millán Bárcenas pitaba cada pequeño choque como falta en ataque.
Esta ausencia en el partido de los grana la aprovechó el Bilbao Athletic para brillar. El juego ordenado de los vascos les permitía llevar la pelota de una parte a otra sin que la defensa grana la pueda rechazar. De esta manera, los de Lezama generaban ocasión tras ocasión contra un Nàstic que estaba grogui sobre la lona.
El único brote verde de la primera parte la tuvo Narro. El extremo se asoció con Torres en un contraataque y probó suerte fusilando la portería con un tiro potente que Santos detuvo con una mano. Esta fue la única ocasión de un Nàstic que llegó al descanso pidiendo tiempo muerto.
A la reanudación, la situación no cambió. Los grana querían el empate, pero la voluntad no es suficiente para igualar un partido en el cual el rival te supera en todas las demarcaciones. Dani Vidal quemaba sus opciones dando entrada a David Concha y Antoñín para despertar el equipo, pero no sirvió para nada.
En el Nàstic no le salía ninguna jugada, no estaba acertado en ninguna de las acciones. También hubo pequeños brotes verdes. Antoñín, a la media vuelta, se generó uno mano a mano que Santos paró. Este no fue más que un espejismo, porque el Nàstic no tuvo opción de remontada. De hecho, fue Bilbao Athletic quien sentenció el duelo.
Los vascos necesitaron sólo dos transiciones. La primera, Varela probó suerte con un tiro desde la frontal que salió fuera por bien poco y, en la segunda, él mismo la envió hacia dentro en una situación similar.
Finalmente, los grana se despidieron del partido con un control esférico de un equipo que parecía que deseaba que el árbitro silbara el final de un partido para olvidar.