El Nàstic hace su rúa de lucimiento (3-2)

Liberación total por Carnaval. El Nàstic de Tarragona se llevó una victoria contra el Barça Atlètic que vale más que tres puntos. El conjunto de Dani Vidal recuperó la versión más reconocible del equipo para reforzar la figura del técnico en un partido que se enloqueció al final de la primera mitad. Joan Oriol, de penalti, Gorostidi y Pablo Fernández fueron los goleadores de una versión ofensiva del equipo en la cual brilló Antoñín como generador de todas las acciones. El Nou Estadi dictó sentencia dando apoyo a Dani Vidal y recibiendo a Alan Godoy como el enemigo.

Este era un duelo marcado en el calendario para los dos equipos. La victoria era necesaria para los dos conjuntos y, por este motivo, la tensión reinaba en los primeros minutos. Vidal hizo movimientos al once y Dani Rebollo entró por Alberto Varo y Óscar Sanz formó una pareja de centrales inédita con Gorka Pérez. En los primeros minutos hubo movimientos en las dos porterías. Primero, Jaume Jardí probó suerte desde la frontal con un remate que Yaakobishvili detuvo y, posteriormente, fue Retoño quien se estiró como un gato por evitar el gol de Dacosta.

Después de los duelos iniciales, el partido se fue estabilizando poco a poco con un conjunto azulgrana interesado en alargar las posesiones. Por otra parte, el Nàstic se mostraban con ansiedad de hacer las cosas bien, con pelota y sin, hecho que les dejaba acciones demasiado precipitadas que se acababan perdiendo. Se vivía un ambiente de final en el Nou Estadi y los nastiquers coreaban el nombre de Dani Vidal en apoyo al técnico desde el inicio. Por otra parte, el otro protagonista era Godoy, quien recibía pitadas.

Eso sí, el Nàstic insistía y su persistencia tuvo premio. En la salida de un córner, Pablo y Alan Godoy luchaban por atrapar una pelota muerta dentro del área. El delantero canario acabó por chutar la bota de Pablo en lo que fue un penalti claro a favor del Nàstic que tuvo que ver al linier. El Nou Estadi enloqueció de alegría con motivos obvios, era la primera pena máxima en casa en dos años. Con todo, el templo grana se llenó de ruido realmente cuando Joan Oriol, de panenka puso el 1-0 en el marcador. Todos los jugadores del Nàstic fueron a celebrarlo abrazándose a Dani Vidal. Un mensaje claro que todo el mundo entendió.

El gol no marcó más que tomar la mecha de un Nàstic totalmente liberado. El protagonista en ataque fue Antoñín Cortés, que generaba ocasiones para sus compañeros de la nada. De hecho, él arrancó lo que acabó siendo el segundo gol del partido. Víctor Narro atrapó la pelota en la banda y, con el guante que tiene en la bota, puso la pelota a punto de penalti. Allí apareció Gorostidi que, a solas, puso el 2-0 en el marcador.

El partido, sin embargo, entró en el caos. El Barça Atlético no se quedó atrás y con una larga conducción que cabe jugador grana interceptó. Toni Fernández cogió la pelota dentro del área y no perdonó para recortar distancias en el minuto de descuento.

El golpe, sin embargo, no lo sintió el Nàstic. En vez de caer a la lona, los grana se levantaron. Antoñín, de nuevo, salvó una pelota en el área y cedió la posesión a Migue Leal. El lateral centró con potencia y Pablo, como un killer, marcó a la media vuelta el 3-1 justo antes del descanso.

A la recuperación, el Barça avisó pronto con un chute desde la frontal de Soma de que Retoño interceptó. Tocaba defender la potencia azulgrana.

Los grana se cerraron en defensa, pero la mala fortuna añadió la tensión siempre esperada en el Nou Estadi. Un remate de Guille Fernández chocó en el cuerpo de Óscar Sanz y desvió la trayectoria para engañar a Dani Rebollo y poner el 3-2 en el marcador.

El Nàstic dijo la suya también en ataque, con un chute de Álex Jiménez que salió lamiendo el travesaño. Por otra parte, Antoñín y seguía insistiendo buscando su gol, pero este no llegó. Con el paso de los minutos, la tensión aumentaba. Como siempre, el Nàstic sufrió hasta el final, pero se llevó una victoria que vale más que tres puntos.