Los científicos creen que el cambio climático explica el hallazgo de un murciélago cavernícola en el delta del Ebro
Técnicos del parque natural localizaron a lo largo del pasado 2015 cinco ejemplares de murciélago ratero grande en cajas refugio, un hecho nunca documentado antes en Europa
El único precedente de la presencia de este especie de murciélago en la zona fue el hallazgo de un ejemplar en Sant Carles de la Ràpita el año 2002. Pero no ha estado hasta este 2015 cuando los expertos han conseguido certificar que el mamífero volador podría haberse establecido entre los arrozales y pantanales, lejos de su hábitat natural de cuevas y cavernas de zonas boscosas, lugarescerrados donde caza insectos del suelo. «Es más habitual en los puertos, pero ahora nos lo encontramos en el Delta. Que esta especie se mueva por las lagunas era desconocido», subraya el mismo Flaquer, quien después de consultar con varios expertos de toda Europa ha corroborado que se trata de la primera vezque se documenta un caso de este tipus.En esta ocasión, de hecho, el hallazgo no ha sido aislada o circunstancial. Los cuatro primeros ejemplares fueron localizados el 10 de junio en cuatro cajas refugio diferentes a la zona del Roget, en el término municipal de Deltebre. Los técnicos del parque natural constataron que los murciélagos permanecieron hasta la primera quincena de octubre. El quinto fue observado el 27 de agosto en una caja construida con bobo de arroz en la zona del Rampaire, en Amposta, y se quedó durante tres días. La recogida de excrementos posterior permitió analizar el tipo concreto de dieta. Al fin y al cabo, de acuerdo con los expertos, muestra un comportamiento «atípico» de este murciélago, que mí se había localizado tampoco en este tipo de refugios que suelen acoger especies|especias más petites.Tot y que habrá que estirar el hilo» para entender el fenómeno, para Flaquer es el cambio climático y sus efectos en la vida de los animales, que se ven obligados a adaptar su comportamiento a las nuevas circunstancias ambientales, lo que lo explicaría. «Da la sensación que con el cambio climático estos hábitats, como el delta del Ebro y las lagunas, sean cada vez más un punto de atracción importante para los murciélagos», abunda. Sus inviernos suaves y humedades relativas altas lo están convirtiendo en un espacio relevante, desde el punto de vista biológico, ya no sólo para los pájaros, sino también para estos mamíferos voladores: durante las épocas más frías y de migración encuentran un espacio de atracción, «fuerzan la máquina para acercarse», aprovechando las condiciones climáticas benévolas y la abundancia de insectos para alimentarse. «Alguna cosa tiene el Delta», concluye. En la misma zona, tiempo atrás, apareció una especie del norte de Europa que se consideraba extinguida y que mantiene una población estable de apareamientoe hibernación. De hecho, el parque natural y el Museo de Ciencias Naturales de Granollers estudian del año 2000 la presencia de murciélagos a la zona –con el nuevo hallazgo, se ha constatado la presencia de siete especies. La voluntad de estabilizar y recuperar las poblaciones de estos mamíferos voladores fue objeto también de un proyecto Life, que permitió dotar zonas concretas el parque natural de cajas refugio donde acogerlos, ante la escasez de árboles de la zona. Se trata de un proyecto, sin embargo, que más allá de trabajar para favorecer la riqueza biológica del espacio, ha encontrado también un sentido productivo y económico, gracias a la demostrada acción predador de insectos que permite controlar la población de plagas tan temidas para los agricultores como el barrinador del arroz –se comen las mariposas. «Una caja por hectárea puede hacer llegar a bajar el barrinador del arroz por debajo de los umbrales necesarios para hacer tratamientos», subraya Flaquer, satisfecho porque los mismos campesinos de la zona ven los murciélagos como unos aliados ecológicos de primer orden en su lucha contra las plagas de los arrozales.