El Parlamento europeo estudiará la legalidad de la indemnización por el proyecto Castor
El organismo acepta a trámite la petición de la Plataforma Ciudadana en defensa de las Tierras del Sénia y pide una investigación a la Comisión
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo examinará y estudiará la legalidad, de acuerdo con el derecho comunitario, de la indemnización de 1.350 millones de euros aprobada por el gobierno español para el exconcesionario del proyecto Castor, Escal UGS. El organismo comunitario ha comunicado en la Plataforma Ciudadana en defensa de las Tierras del Sénia que acepta a trámite su petición, presentada en julio de 2015, y ya ha encargado a la Comisión Europea que efectúe una investigación «preliminar» sobre los diferentes aspectos de la cuestión.
La entidad denunció delante el Europarlamento y la Comisión Europea, al mismo tiempo que el decreto de pago de la indemnización, aprobado por el gobierno español en octubre de 2014 y su repercusión posterior sobre la ciudadanía vía recibo del gas vulneran los derechos de los consumidores y de la competencia. El coste total de la operación, puede superar los 4.700 millones de euros a lo largo de los próximos 30 años poruna infraestructura que no se ha llegado a poner en marcha. La Plataforma considera la indemnización supone una «ayuda de Estado» prohibida por el Tratado Fundacional de la UE y subraya la «posición dominante» que se otorga a Enagás en la gestión del pago y la hibernación de las instalaciones.
En su respuesta a la Plataforma, a finales de este pasado mes de mayo, la presidenta del ente del Europarlamento, Cecilia Wikström, apunta que, una vez recibidos los informes solicitados a la Comisión Europea, la petición seguirá siendo examinada. Después de que a finales del año pasado el ejecutivo comunitario se desentendiera definitivamente de la investigación de las posibles vulneraciones de la normativa ambiental comunitaria en las cuales habría incurrido el proyecto Castor, la Plataforma del Sénia ha recibido ahora con satisfacción la notificación de la Comisión de Peticiones anunciando la investigación de uno de los talones de Aquiles del entramado en torno al almacén de gas submarino. De momento, la denuncia planteada simultáneamente y en los mismos términos ante la Comisión Europea —que ya ha aceptado a trámite una muy similar presentada por la patronal catalana Cecot- todavía no ha tenido respuesta.
La reversión del pago de la indemnización en Escal UGS, aprobada por el gobierno español y vehiculada a través del gestor técnico del sistema gasista estatal, Enagás, es uno de los grandes caballos de batalla del movimiento social después del fiasco técnico y ambiental del almacén de gas submarino. «Es una muy buena noticia. Estábamos convencidos de que no nos lo aceptarían. El ambiente no era todolobuenoque queríamos. Pero lo han aceptado: se leerá y se discutirá en Bruselas. Al final, hablamos de un dinero que empezamos a pagar ahora y que siempre hemos dicho que una obra inacabada no se tiene que pagar. Ahora vemos que, en Europa, como mínimo, nos empiezan a dar la razón», ha subrayado el portavoz de la Plataforma, Evelio Monfort.
De hecho, las consecuencias de la operación financiera aprobada en el real decreto 13/2014 del Consejo de Ministros sobre los consumidores y la ciudadanía en general se empiezan a hacer palpables ya este 2016 con el primer pago de más de 100 millones de euros a cargo del recibo del gas. Caixabank, Bankia y el Banco Santander adelantaronlos 1.350 millones de euros en Enagás para pagar Escal UGS hipotecando los derechos de cobro de los peajes fijos sobre infraestructuras gasistas a lo largo de 30 años. Con los intereses correspondientes, l'OCU calculó que, a labaja, todo podría suponer un coste de 4.731 millones de euros para los consumidores.
Para la Plataforma, esta operación vulnera claramente los derechos europeos de los consumidores, que tienen que hacer frente al coste millonario de una infraestructura fallida, que nunca ha entrado en funcionamiento. Consideran, en este sentido, que se trata de una «ayuda de Estado» explícitamente prohibida por la Unión Europea. Pero aducen, también, que vulnera la contra la normativa de la competencia, al otorgar a Enagás un papel «dominante» en el sector después de que el gobierno del PP le encargara directamente la gestión financiera y técnica de la hibernación sin dar opción a la libre concurrencia, un hecho que también evidenciaría una falta de «separación de actividades» por parte del gestor técnico del sistema gasista.
Financiación pública europea
La petición, además, recuerda el papel que la Unión Europea ha jugado en la materialización del fiasco del Castor –causante de más de un millar de terremotos desde septiembre de 2013-, financiando su construcción con una emisión de bonos por valor de 1.440 millones de euros a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Además de convertirse en el primer proyecto agraciado con los llamados'project bonds', la institución financiera pública comunitaria aportó 500 millones de euros públicos para garantizar la viabilidad de la operación.
No es la primera vezque la Plataforma acude a la Comisión de Peticiones. Ya lo habían hecho el año 2009, cuando alertaron de que la tramitación efectuada por el gobierno español no había tenido en cuenta los riesgos sísmicos y ambientales de la construcción y puesta en marcha del proyecto Castor. Entonces, el Parlamento Europeo cerró rápidamente el caso donante la razón en el Estado y argumentando que no se había vulnerado ninguna normativa comunitaria en materia ambiental en la evaluación de impacto. Ahora, creen, el resultado puede ser diferente. «No sabemos cómo acabará», reconoce Monfort, «sin embargo, como mínimo, hay gente que lo está estudiando. Es otro frente abierto, como el judicial en Vinaròs o como todo lo que hemos llevado. Al final tiempo nos ha dado razón». Recuerdan, en este sentido, que además de advertir con antelación sobre la posibilidad de terremotos también denunciaron en la UE, sin resultado, el fraccionamiento del proyecto, finalmente reconocido los tribunales españoles que han declarado ilegal la autorización para construir el tramo de interconexión de la planta terrestre con el gasoducto general. «Dijimos que no se tenía que pagar. Esperemos que no se pague y se devuelva el dinero dado innecesariamente a raíz deunos estudios mal hechos y, a ser posible, que algunos, como el director general de la empresa, Carlos Barat, que tiene el cinismo de decir que no se notaron terremotos, le pongan la cara encarnada», ha sentenciado Monfort.