UGT vincula la muerte de un paciente de diálisis con su traslado al hospital en taxi
El Departament de Salut niega la acusación y argumenta que el uso de taxis en el Ebro es vital para el correcto funcionamiento sanitario
Un paciente de diálisis murió el pasado 13 de junio en su traslado en taxi hacia el Hospital Santa Creude Jesús de Tortosa para recibir su tratamiento correspondiente. Ante los hechos, los sindicatos ven en el «colapso» del sistema una causa directa de estatrágicamuerte.
Desde los ServeisPúblics de la UGT en Terres de l'Ebre, sujefe Valentí Marín, asegura que ya existe un concurso adjudicado dondelos viajes programados -independientemente del destino- cuestan 40€. Un importe ya aprobado en los presupuestos de la Generalitat. Es por esta razón que UGT no entiendepor qué se tienen que pagar aparte las carreras que se efectúanpara trasladar a los pacientes en las Terresdel'Ebrey en el conjunto de la provincia tarraconense.
Marín manifiesta, por lo tanto, que hay «un doble vertido» y un posible «colapso». Y se pregunta si el problema es que no hay bastantes efectivos sanitarios. A la vez que cuestiona qué criterio se establece para trasladar a un paciente en taxi hacia el hospital.
Por el contrario, el Gerente de la RegióSanitària Terresde l'Ebredel Departamentde Salutde la Generalitat de Catalunya, Ismael Piñas, desmiente la relación del fatal desenlace con el funcionamiento del transporte sanitario. «Niego rotundamente que la muerte de este paciente esté relacionada con el transporte en taxi. No tiene nada que ver». Piñas explica que, en el transporte sanitario no urgente, hay dos opciones, o bien el taxi o la ambulancia. Ir con uno u otro queda estipulado por prescripción facultativa, comenta el gerente. Y añade que: «No hay ninguna normativa que estipule el tipo de transporte con el que se tiene que desplazar a un paciente. Es el médico quien lo determina».
De hecho, el paciente muerto, durante una temporada, había requerido la ambulancia como método de transporte para ir a diálisis, ya que unas complicaciones en su cuadro médico le habían causado afectaciones de movilidad, apunta Ismael Piñas. «Cuando éstas remitieron, su médico volvió a prescribirle el taxi como medio de transporte», prosigue, ejemplarizando cómo funciona el sistema.
Con respecto a las declaraciones hechas por algunos sindicatos sobre el posible doblevertido de fondos públicos que puede suponer tener una empresa de ambulancias ganadora de un concurso y a la vez los servicios de los taxis, el gerente de la región sanitaria de las Terresde l'Ebrelo desvincula totalmente. «Son dos tipos de transporte diferentes y cada uno tiene sus presupuestos», afirma Piñas. En este sentido, constata que «no se paga de más porutilizar el taxi».
«En el Ebro, tiene sentido que el transporte se haga en taxi, ya que es un territorio muy extenso, con una baja demografía y con núcleos de población pequeños y dispersos», comenta el gerente, comparando la situación de la región conla delAlto Pirineo, donde el uso del taxi como medio de transporte sanitario no urgente también es habitual en aquellos pacientes, a quienes el médico lo haya prescrito. «El taxi tiene una función social en el Ebro y son muchoslos pueblos que nos piden que no se elimine el taxi».
Sobre las insinuaciones de que el taxi podría ser una «competencia desleal» parala empresa adjudicataria del concurso, Ismael Piñas reitera que cada uno de estosmedios de transporte sanitario tieneuna partida de presupuestos establecida, que es de unos 3 millones de euros para este año en el caso del taxi en la región sanitaria del Ebro.
«En el transporte sanitario no urgente, estamos haciendo un esfuerzo de racionalizaciónmuy importante desdehace unos años», remarca Piñas, haciendo referencia a las declaraciones, por parte de los ServeisPúblics de la UGT en Terresde l'Ebre, que dejaban entreverun gasto descontrolado en este ámbito. En el 2010, el transporte sanitario no urgente en esta región tenía un coste de unos 10 millones de euros, en el 2015, se disminuyó hasta los 6 millones, a causa de este ajuste. En esta línea, añade que «se han autorizado unos gastos máximos por trayecto con el objetivo de controlar su coste».
El gerente puntualiza que el transporte sanitario no urgente en el Ebro «no es una cosa nueva». Según Piñas, hace más de 35 años que éste está en activo. «Ya funcionaba antes de que se hiciera el traspaso de competencias al departamento de Salud en esta materia», apostilla.