La URV debate sobre la desigualdad y la pobreza en la XIX jornada de economía de las Tierras del Ebro
Los ponentes señalan que sigue creciendo la exclusión social en el Estado a pesar de la ligera recuperación económica
La URV ha debatido sobre la desigualdad, la pobreza y la exclusión social en la decimonovena jornada de Economía de las Tierras del Ebro que se ha celebrado, este viernes, en Tortosa. Con la intervención de Carlos Gradín, catedrático del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, de Marina Vidal, de Cruz Roja Internacional, de Agustí Castell, director de Càritas Diocesana a Tortosa, y de Josep Casadó, secretario de CCOO Tierras del Ebro, se ha hecho una discusión, desde la vertiente macronecòmica y también social, de los efectos más crudos de la crisis económica. Aunque en las Tierras del Ebro no se acumulan «grandes bolsas de pobreza», Càritas continúa se atienen un 5% de la población. Los agentes sociales han insistido en que hacen falta políticas educativas que rompan con una «pobreza hereditaria», que pasa de padres a hijos, en el 80% de los casos.
Carlos Gradín, catedrático de la Universidad de Vigo, ha defendido, en el decimonoveno Encuentro de Economía de las Tierras del Ebro de la URV, que la desigualdad no siempre es mala pero puede «perjudicar el desarrollo económico». Su intervención ha servido para repasar los motivos por los cuales la desigualdad en el estado español no para de crecer y es de las más elevadas de Europa, según el índice de Gini. Según ha expuesto al catedrático de Vigo, la desigualdad ya existía y no ha hecho más que acentuarse con la crisis económica porque no se crea empleoa partir de «políticas de redistribución fiscal», es decir, haciendo que los más ricos paguen más impuestos.
Gradín atribuye la gran desigualdad de rentas en España al hecho de que haya una masa social importante con rentas muy bajas y una clase media muy reducida, a políticas fiscales no redistributivas y que el grosor de las prestaciones sociales sean en concepto de desempleo o jubilación, en ningún sitio de otros tipos de ayudas universales a las familias que sí se aplican en otros países europeos.
Acto seguido se ha llevado a cabo una mesa redonda con entidad sociales y sindicatos donde se ha lamentado la falta de acción política y la evasión de las instituciones a resolver los problemas sociales que genera la creciente pobreza y exclusión social. Como ha detallado el director de Càritas Diocesana a Tortosa. Agustí Castell, un 5% de la población ebrense ha tenido que ser atendida por la entidad. «Eso quiere decir que 1.000 de cada 20.000 ciudadanos acuden a Càritas», ha apuntado. «Los números a veces quedan diluidos pero quiere decir que hemos afrontado más de 11.000 dramas, porque no venden sólo para buscar información, sino que los ayudamos a buscar una salida a la angustia que están viviendo que, de vagadas, no sólo es económica», ha explicado Castillo.
Castell ha señalado que «los más vulnerables» en estas situaciones de pobreza son los niños y las familias con niños (que suponen el 66% de las familias que atienden a Càritas). Por eso, ha reclamado el fomento de «buenas leyes de educación» que acaben con la pobreza hereditaria. «8 de cada 10 niños que pertenecen a familias pobres, cuando sean grandes también lo serán. Se trata de romper este ritmo con educación», ha reivindicado Castell. Los datos de su entidad avalan que con más educación, los jóvenes tienen más herramientas para hacer frente a situaciones de exclusión. El director de Càritas Diocesana de Tortosa también ha insistido en que tienen que ser las administraciones quienformen buena parte del trabajo que hacen entidades como la suya. «Tenemos 750 voluntarios y les pedimos que no se conviertan en mano de obra barata de los ayuntamientos y las instituciones. Tienen otras funciones que se acompañar para que esta gente salga de la pobreza», ha apuntado.