El caso del pescador que quiso sacar provecho del hallazgo de fardos de hachís acaba en acuerdo
Un pescador encontró droga en el mar arrancó una investigación por falsificación de moneda, drogas, amenazas y grupo criminal
El hallazgo de casi una tonelada de hachís por parte de un pescador en la Ampolla ha derivado en un caso judicial complejo que tiene incluso partes de un guion cinematográfico. Las defensas de doce acusados por delitos contra la salud pública, amenazas, falsificación de moneda e integración en grupo criminal han llegado a una conformidad con la petición del fiscal, que friega los 80 años de prisión y los 12 millones de euros de multa. Los hechos que el fiscal refleja en sus conclusiones provisionales se originan el año 2010 cuando la Comandancia de la Guardia Civil de Tarragona interceptó una falsificación de moneda y documentos públicos que se detectaba mediante una intervención telefónica autorizada por un juez de Tortosa.
La falsificación se realizaba en Gran Bretaña, de donde salían billetes de 50 euros de curso no legal que eran distribuidos a la provincia de Tarragona, por uno de los acusados, S.P.J., de origen británico, en connivencia con un compatriota que los llevaba desde su país. De esta manera se consiguió introducir una pequeña cantidad de billetes falsos en establecimientos de la Ametlla de Mar. Las conversaciones telefónicas derivaron en un segundo caso de tráfico de estupefacientes con F.L.E. (a quién le abrieron un caso judicial diferente y que no pertenece al grupo de acusados) y con K.B., que adquirían y distribuían hachís. Este último actuaba junto con los dos súbditos ingleses, haciendo negocios de compraventa de esta droga en pequeñas cantidades con un valor que superaba en poco los 800 euros. X.B.P., otro de los acusados en este caso un pescador de las Terres de l'Ebre, localizó en el fondo del mar de la Cala Maria de la Ampolla varios abarrotes de hachís.
Según consta en las conclusiones provisionales de la representante del Ministerio Fiscal, con sede en Reus, el pescador quiso sacar beneficio de aquel hallazgo, así que buscó a un comprador, que resultó ser J.B.B., ya condenado por tráfico de drogas previamente, quién se encargó de dirigir la operación para rescatar del mar aquella droga. En aquel rescate participó también J.M.T, J.A.M.D. y J.L.B.V. que se unieron a los anteriores para hacer inmersiones y recuperar la droga. El hachís recuperado era trasladado a una finca de la localidad de Tivissa. Un registro posterior descubrió 850 kilos de esta sustancia en la citada parcela. El precio a que llegaría en el mercado ilícito esta droga era de 1.244.400 euros.
Los anteriores procesados contactaron con otro de los implicados J.F.P.P., en lo que encargaron encontrar comprador para la droga. Así aparecían en escena C.P.G. y M.A.S.F., quién se mostró interesado en adquirir el hachís. Después de estas «negociaciones» se producen diferentes amenazas entre algunos acusados, incluso mostrando con pistola. En uno de los momentos de confusión, J.L.B.V. llamó a la policía local de la Ametlla que, a su tiempo, avisó a la Guardia Civil de Tarragona, que envió agentes que detuvieron a los hombres. Una intervención de la Unidad de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil descubrió cinco abarrotes de drogas más en el fondo del mar en la zona que actuaron los delincuentes. Los hechos, que ya no serán juzgados al haber conformidad, son calificados de delitos de falsificación de moneda, contra la salud pública, amenazas e integración en grupo criminal. Se piden penas que llegan a los 80 años de prisión y multas de más de 12 millones de euros.