Las últimas lluvias en las Terres de l'Ebre mejoran ligeramente la previsión de cosecha de oliva

Las últimas lluvias en las Terres de l'Ebre han hecho mejorar las perspectivas de cara la cosecha de la oliva, por la cual se esperaban pérdidas del 80% por la sequía. Ahora, gracias al agua, la media se situará en un 50% de pérdida de cosecha, dependiendo de la zona. Según Hilari Curto, el coordinador territorial de Unió de Pagesos, la campaña ha sido buena porque casi no ha habido mosca y la calidad es muy buena pero los rendimientos son bajos, entre el 10 y 16%, cuando la media está entre el 16 y el 25%. «Como la oliva tiene poco calibre, no tiene pasta y aceite sale muy poco», ha explicado. Los precios se mantienen en la línea del año pasado –entre 2,7 y 3 euros- con los cuales, segundos en qué casos, servirán justo para cubrir costes.

La producción variará según los territorios. Así, según Curto, las pérdidas rondarán entre el 80 y el 90% en zonas como Roquetes, Reguers (Tortosa), Aldover o Alfara de Carles, mientras que zonas como La Galera, Mas de Barberans, l'Aldea o Camarles mejoran las previsiones porque la pluviometría ha sido mayor. Así, en estos términos la reducción estará en torno a un 30 o 50%. La variación también depende de la variedad que se cultiva en cada territorio, ya que, por ejemplo, variedades como la Sevillenca –la más temprana- o La Fragua, no han mejorado el calibre porque las lluvias fueron demasiado tardías, mientras que variedades como el gorgojo sí que se han aprovechado del agua.

Aunque las últimas lluvias fueron buenas para la oliva, si ahora venden más y se mantiene la humedad, «es probable que entren hongos», como la jabonosa. «La oliva en este momento está muy sana y si perdura la humedad, se puede empezar a deteriorar», ha explicado Curto, que, por el contrario, ha admitido que la lluvia iría bien para el árbol, que necesita restituir la falta de agua de los últimos meses de cara la cosecha que viene. «El problema no lo tenemos sólo para este año, el año que viene, a causa del padecimiento que ha tenido el árbol, que no ha vegetado, hay poca esperanza de cosecha», ha afirmado el coordinador.

Por otra parte, Curto ha recordado que el stock que queda de la campaña anterior hoy día «es bajo» y para este año tampoco hay previsiones que sea alto. Así, cree que se puede repetir la situación del año pasado en que hubo «ciertos momentos en que se podía pensar que podíamos llegar a no tener aceite para cubrir la necesidad del mercado». Eso podría pasar hacia final de la campaña de consumo, es decir, entre septiembre y octubre.

Los precios

Con respecto a los precios, este año se mantienen aunque «no quiere decir que sean los óptimos», según Curto, pero son mejores que en campañas anteriores, donde los precios del aceite eran muy bajos, de entre 1,6 y 1,9 euros el kilo, dependiendo de la calidad. Con todo, la rentabilidad es baja porque el coste de recoger la oliva es más elevado que en otros años. El coordinador en las Tierras del Ebro de UP ha explicado que «en el árbol le tienes que hacer lo mismo tenga 30 kilos de oliva o tenga 100». «Haya 30 o 100, las borrasses las pondrás igual y harás vibrar el árbol igual para hacer caer la oliva», ha detallado Curto, que explica que si hay poca oliva, en cinco minutos caerán 40 kilos y si hay mucha, caerán 80 en el mismo lapso de tiempo.

Aunque el coste de producción se incrementa, los precios por la campaña de este año no son malos, aunque están lejos de las campañas de hace entre 10 y 15 años, cuando los precios estaban en 3,50 o 4 euros el kilo «Entonces tenías para cubrir costes y cubrías también beneficio», ha recordado al coordinador territorial, que ve difícil que los campesinos cubran los costes si tienen poca producción.