El Gobierno se retracta y no sacrificará los toros de la Isla de los Bueyes del río Ebro

El Gobierno ha decidido parar el sacrificio de algunos -se apuntó a la mitad, aproximadamente- de los 17 bueyes bravos que habitan la Isla de los Bueyes del río Ebro. Ante la «controversia y el rechazo» que ha generado la decisión de la Generalitat entre animalistas y protaurinos, el delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarès, ha explicado que se han encargado nuevas evaluaciones a veterinarios y agentes rurales para tomar la decisión definitiva sobre el futuro de los animales. «Paramos y nos tomamos un tiempo de reflexión, y con más informes internos tomaremos una determinación», ha explicado Pallarès. La solución de sacarlos de la isla y cederlos a ganaderos taurinos es la única que queda descartada porque se incumpliría con la ley de trazabilidad y obligaría a sacrificar todas las bestias.

Los primeros «informes internos», que había estudiado el Gobierno sobre qué hacer con los bueyes salvajes de la Isla de los Bueyes, apuntaban al sacrificio de los animales más débiles para evitarles padecimiento y mejorar la situación del resto. Y es que el espacio en medio del río Ebro dónde habitan abandonados desde hace décadas no puede soportar un número tan elevado (17 toros) de estos animales en estado salvaje. De hecho, la polémica resurgió el pasado verano ante la imagen de unos bueyes famélicos y débiles así como restos del cadáver de un ternero que se encontraron en una de las playas de la isla. La situación ha cambiado. Con las lluvias los animales disponen de más vegetación para alimentarse y están recibiendo comida de voluntarios animalistas y protaurinos. Por estos motivo, tomar una decisión no «urge» como hace unos meses, según ha defendido el delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarès.

«En los animales salvajes, hacer una exploración de cada animal es complicado. Sabemos que hay demasiados animales pero tenemos un periodo en que llueve y hay más comida, y tenemos un tiempo para mirar lo que podemos hacer», ha explicado. Como ha reconocido el delegado las opciones pasan por la castración y el control de la reproducción de los toros, por la cual haría falta hacer uno cerrado para los animales, cumpliendo con la normativa de los espacios protegidos, como es la Isla de los Bueyes. Sólo ha quedado «completamente descartada», la opción de sacarlos de este espacio. «No se pueden sacar porque se pone en riesgo al resto de animales del territorio y para determinar si están infectados de la enfermedad de las vacas locas se les tendría que sacrificar», ha explicado Pallarès. En la decisión, como ha pasado los últimos días, se tendrá en cuenta la opinión de los animalistas y de los protaurinos pero no intervendrán en la decisión, de que recaerá en los Departamentos de Territorio y Sostenibilidad y de Agricultura. «Hemos visto que la propuesta de sacrificarlos generó alboroto y rechazo y hemos decidido parar. No tenemos una urgencia para actuar. Tenemos tiempo y miraremos otras posibilidades», ha apuntado a Xavier Pallarès.