Agricultura intensifica las medidas para recuperar hábitat de cabra salvaje en los Ports

La población de cabra salvaje en los Ports ha disminuido entre un 5% y un 8% a causa del cambio del entorno y, mínimamente, por el brote de sarna detectado hace cuatro años. Una vez presentado el censo durante la última Junta Consultiva de la Reserva Nacional Caza Puertos de Tortosa y Beseit, Agricultura trabajará para intensificar las medidas que permitan recuperar hábitat de cabra salvaje en la zona. El cambio en el entorno, con menos vegetación, ha hecho que la población haya pasado a la mitad en menos de 30 años. El subdirector general de Actividades Cinegéticas, Jordi Ruiz, ha detallado que se trata de recuperar algunas zonas antiguas de pastos: «recuperar bancales antiguos, ambientes agrarios perdidos donde había pasto, que no había cultivo y que ahora se podría recuperar y reabrir el hábitat», ha concretado.

De hecho, las medidas ya se vienen aplicando desde hace un par de años pero ahora desde Agricultura reclaman unas medidas «más específicas» y «de más alcance», según Ruiz, y que se tenga en cuenta que este es un proceso «que no se puede hacer en un año» y que se tiene que hacer de manera gradual. «Se tiene que saber hacer», ha apuntado Ruiz, que dice que se trataría de «volver un poco atrás el ecosistema e ir a etapas más tempranas: donde hay más arbusto y menos árbol, la cabra tiene más oportunidades». Hace unos 30 años, en la misma zona había unas 6.000 cabras salvajes, el doble que hay ahora.

En esta línea, ha explicado que en el momento que el animal recupere el alimento y este sea de calidad, «el resto es automático». «La naturaleza, por suerte, es sabia y si somos capaces de intervenir de manera eficaz, pone las cosas en su sitio», ha dicho. Esta es una medida que también favorecería otros animales que también se resienten de los cambios en el entorno. De momento, con las medidas aplicadas hasta ahora no se ha conseguido revertir el proceso, probablemente porque se ha hecho de una manera tímida, según el subdirector de Actividades Cinegéticas. Ahora, lo trabajarán con una inversión que ya está cerrada y tendría que servir para que haya, como mínimo, una brigada que esté trabajando en la Reserva una serie de meses al año. Todo, coordinado con el Parque Natural.

Ruiz ha explicado que en los Ports, desde hace 20 o 30 años, la vegetación se ha ido abandonando y cerrando, y a medida que pasaba eso, el pasto y la vegetación mejor para la cabra ha ido desapareciendo. Eso hace que las cabras tengan menos espacio y que la cantidad de alimento sea también menor, de manera que los animales crían menos y crezcan poco. Además, una parte de las cabras se tiene que marchar y salir fuera de la Reserva, según el subdirector de Actividades Cinegéticas. «Es un proceso completamente normal pero no es lo que querríamos», explica.

Todos estos datos quedan evidenciadas en un estudio hecho por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), donde se seleccionan diferentes zonas y se hace una comparativa de paisajes, si hay más pasto, más bosque o más roca, cómo ha ido la cría año tras año o qué proporción de machos y hembras hay. En el informe se demuestra que el paisaje ha cambiado y que donde se han registrado más diferencias, más ha cambiado la biología de la cabra.

El brote de sarna

Con respecto a la sarna, la enfermedad no ha avanzado tan deprisa como se creía en un principio. El censo, con una bajada de entre un 5% y un 8% lo demuestra, según Ruiz. «Una parte de estas cabras que han salido de menos son porque las hemos capturado para intentar evitar que pudiera pasar la sarna a una zona más complicada», ha explicado. «No es mucha bajada y una parte puede ser un tema metodológico: que haga más frío o más viento y los animales se escondan más o menos».

Viendo como progresa el brote de sarna, la Junta Consultiva RNC, que reunió Aragón, la Comunidad Valenciana y Cataluña, además de campesinos, ayuntamientos y propietarios, decidió mantener el plan de actuación porque los resultados «estaban siendo buenos» y la enfermedad está avanzando a un ritmo más lento del esperado. De hecho, Ruiz ha recordado que se preveía que la sarna barrería la población en ocho meses y a cuatro años del foco sólo ha disminuido un 8% la población. «Va avanzando pocos kilómetros cada año y hay un proceso, que cuanto más lento sea, mejor: cuando llegue al otro extremo de la reserva, ya se estará recuperando la otra punta», ha dicho.