Reclaman poner en valor las trincheras de Alcanar que ha dejado al descubierto el último temporal
Se trata de la línea de fortificación que unía los dos nidos de ametralladora de la Guerra Civil en la playa del Estanyet
El último temporal marítimo ha dejado al descubierto las trincheras de la fortificación militar, construida por el ejército republicano, en 1936, al inicio de la Guerra Civil española, en la playa del Estanyet de les Cases d'Alcanar (Montsià). Se trata de una de las estructuras de defensa que formaba parte del conjunto de fortificaciones militares que se construyeron en Alcanar, así como en el resto del litoral catalán, como elemento disuasivos a posibles desembarques del bando nacional. En concreto, la llevantada ha destapado la trinchera que unía los dos nidos de ametralladora que están unos metros introducidos en el agua y, actualmente, desplazados de su ubicación original. La Asociación Cultural Lo Rafal de Alcanar ha reclamado que se aproveche el descubrimiento para documentar las trincheras y emprender un proyecto de recuperación que ponga en valor esta parte del patrimonio contemporáneo del municipio.
El presidente de la Asociación Cultural y Vecinal Lo Rafal de Alcanar, Joaquim Buj, ha explicado que tenían constancia de la existencia de las trincheras en la playa de las Casas de Alcanar por el gran volumen de documentación, pero no las habían visto hasta ahora. Buj ha reclamado que, aprovechando las grabaciones y las fotografías que se hicieron los días posteriores al temporal, momento en el cual las antiguas infraestructuras de defensa se veían mejores, se impulse la recuperación de esta parte del patrimonio bélico del municipio. Con los paso de los días el mar ha vuelto a tapar buena parte de estos elementos de fortificación y desde 'Lo Rafal' reclaman una actuación del consistorio.
La asociación cultural han pedido en el Ayuntamiento de Alcanar que se incluya el nuevo descubrimiento en la declaración de bien Cultural de Interés Local (BCIL) que preparan para el conjunto de fortificaciones de la Guerra Civil que hay en el término municipal. «No sé si haría falta hacer otro BCIL y mirar que se hace aquí – en el Estanyet-, pero nos gustaría que fuera una actuación integral y no una cosa aislada», ha señalado Buj. La entidad apuesta para excavar las trincheras, documentar que hay, hacer una planimetría, y emprender un proyecto de recuperación. De hecho, 'Lo Rafal' ha pedido que se estudie una actuación prioritaria en estas trincheras por diferentes motivos.
«El Estanyet es un sitio emblemático del municipio. Son las fortificaciones más próximas al pueblo y en las cuales está más fáciles de acceder», ha apuntado al presidente de la entidad cultural canareva. 'Lo Rafal' trabaja desde el 2008 al recuperar y «reivindicar» el patrimonio de la Guerra Civil en Alcanar. Entre 2009 y 2011, se desarrolló un estudio sobre la línea de costa fortificada que se puso a disposición del consistorio, y han trabajado arreglando elementos antiguos y haciendo visitas guiadas para dar a conocer todo el patrimonio existente de este periodo de la historia contemporánea de la población. «Es patrimonio del pueblo y somos una entidad que luchamos mucho para que forme parte. Que no sea sólo la cultura íbera, si no que la cultura contemporánea esté al alcance de todo el mundo porque es uno actúe más que tenemos en el municipio», ha defendido Buj.
El origen
Como ha explicado Damià Grinyó, arqueólogo e historiador de Alcanar, todas las fortificaciones de defensa de la línea de costa catalana, incluida la del municipio del Montsià, se empezaron a construir a partir del fatídico bombardeo que llevó a cabo un fuselaje del bando nacional, nombrado 'Canarias', en Roses (Alt Empordà) donde hundió un barco guardacostas y produjo grandes destrozos.
En Alcanar, según Grinyó, documentadas, hay una treintena de estructuras a lo largo de todo el litoral. Se trata de bunkeres, baterías, nidos de ametralladores, trincheras y fortines, entre otros. La estructura de la playa del Estanyet consistía en dos bunkeres (o nidos de ametralladoras) encarados al mar y distanciados unos 50 metros entre ellos, con una trinchera de evacuación cada uno que confluían en la trinchera principal de la playa – la que ha descubierto la llevantada-. Esta daba acceso al refugio polvorín donde se guardaba el armamento, descasábamos o dormían los soldados. Las estructuras eran ocupadas por destacamentos de 4 o 5 personas que hacían turnos.
El arqueólogo también ha defendido la necesidad de «conservar y preservar» todo este patrimonio ante el paso del tiempo y, especialmente, de los temporales que los están «degradando».