El rendimiento medio de los arrozales del Delta donde se trabaja el programa Origins de Kellogg's vuelve a crecer un 5%
El IRTA y los campesinos aplican en parcelas «vitrina» las técnicas más eficientes y sostenibles para optimizar recursos
El rendimiento medio de los arrozales del delta del Ebro, donde se desarrolla el programa Origins de Kellogg's, ha vuelto a crecer por cuarto año consecutivo. En concreto, en la cosecha del 2016, el incremento a llegado a un 5%. El programa trabaja directamente con los campesinos. 'Se les enseña a mejorar, entre otros, el análisis de suelo, la siembra, el manejo de agua o el control de malas hierbas, plagas y enfermedades. De hecho, como ha apuntado Mar Catalán, investigadora encargada el proyecto, la fertilización ha sido uno de los puntos clave para mejorar el rendimiento de los campos «vitrina», las parcelas experimentales donde trabajan. De momento, el programa Origins se aplica en 3.820 hectáreas de arroz, casi el 20% de la superficie total del Delta. Este año se ha incentivado la participación de las mujeres y se hace una prueba piloto con la creación de un grupo de expertos, formado por agricultores que ya han trabajado en el programa, y que aportarán conocimientos.
Es el cuarto año que el IRTA y Kellogg's desarrollan en los arrozales del delta del Ebro el programa Origins. Este martes, se presentó en una jornada de puertas abiertas donde participaron más de 300 asistentes. El objetivo era dar a conocer en el resto de productores de arroz del Delta los detalles y los resultados del programa, con el objetivo de extender los beneficios a toda la región arrocera. En la jornada se hicieron encuestas para calibrar cuál es el interés y las posibilidades de ampliar el programa a nuevos participantes.
En el nuevo programa de formación para este 2017 se ha incentivado la participación de las mujeres para que el número de hombres y mujeres participantes sea igual y «su papel sea más activo». La otra novedad de este año es el grupo de expertos de agricultores, que ya han sido formados y han participado en la experimentación en sus campos «vitrina», y que ahora podrán compartir conocimientos, de manera que sea un intercambio «más interactivo». «Que no sólo nosotros- el IRTA- los digamos como lo tienen que aplicar, sino que serán los propios agricultores con quienes debatiremos las acciones a hacer. Será muy enriquecedor para todos», ha destacado Mar Catalán, investigadora del proyecto Origins.
El programa ha acercado, todavía más, el IRTA a los arroceros. Ha facilitado aplicaciones de conocimientos previos o poder desarrollar ensayos de estudios independientes, como ha sido el caso de los fertilizantes nitrogenados de liberación lenta (pruebas que ha pagado Kellogg's y ha permitido dar respuesta a una demanda del sector). «Estamos poniendo en valor muchos conocimientos, nuestros y del propio Departamento, ya que se han podido aplicar estudios que ya estaban hechos», ha destacado Catalán. «Estamos llegando a pie de agricultor y el programa es un ejemplo de cómo la industria puede llegar al productor», ha añadido.
El funcionamiento
Los arroceros que participan en Origins ceden una de sus parcelas, conocidas como «vitrina», donde ejecutan las buenas prácticas agronómicas que les recomienda el IRTA, con el objetivo «de optimizar los recursos, mejorar la rentabilidad del cultivo y disminuir el impacto. «Se trata de aplicar el sentido común: no hacer un tratamiento si no hay una plaga con unos determinados niveles, y si se tiene que tratar, utilizar siempre el producto que toca, con la dosis que toca y en el momento adecuado», ha descrito la investigadora Mar Catalán.
El asesoramiento para mejorar la fertilización ha sido clave para los buenos resultados. Se han hecho muchos análisis de suelos y se han determinado las carencias o los excesos de fertilizantes. Los arroceros han recibido consejos sobre el mejor tipo de abono a usar y en qué momento aplicarlo, según los tipos del suelo de su campo. «Se trata de optimizar los recursos y dar en cada momento aquello que hace falta. Esta sería la filosofía: aplicar las buenas prácticas», ha remarcado Catalán.