Se cae un 20% la población invernal de aves acuáticas al Delta del Ebro
Los grupos de pájaros que han sufrido más la bajada han sido los ardeidos, los somormujos y las anátidas, aunque por especies la respuesta ha sido muy desigual
La población invernal de aves acuáticas ha descendido un 20% al Delta del Ebro desde el 2011 por las medidas tomadas para combatir el caracol manzana como el secado invernal de los arrozales o la alternancia de periodos de inundación entre agua marina y dulce.
Según expone el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, los datos obtenidos a partir de los últimos censos invernales de aves acuáticas a la zona indican «la pérdida de la capacidad de acogida» que ha sufrido el hábitat en las últimos años.
El recuento invernal de aves acuáticas en el Delta del Ebro, integrado dentro del International Waterbird Census (IWC), ha contabilizado durante este invierno un total de 208.785 aves acuáticas, correspondientes a 97 especies diferentes.
El grupo más numeroso ha sido el de las anàtides (76.527 ejemplares, 36,7% de los efectivos).
Las limícolas constituyen el segundo grupo de aves acuáticas mejor representado, con 70.541 ejemplares (33,8% del total).
En términos globales, la población de este invierno ha mostrado un valor muy similar al de los niveles de referencia (+ 1%).
No obstante, un análisis más detallado muestra que las especies más íntimamente asociadas a los arrozales inundados han sufrido bajadas significativas.
El International Waterbird Census (IWC) cuantifica anualmente el número de aves acuáticas que hibernan además 80 países de Europa, Asia y norte de África.
Los datos obtenidos permiten conocer, a escala global, el estado de conservación de estas especies y, a escala local, evaluar la capacidad de acogida de las zonas húmedas del territorio.
En el Delta del Ebro, este censo se ha llevado a cabo entre enero y comienzos de febrero, gracias a la participación de 27 observadores, entre técnicos del parque natural, agentes del Cuerpo de Agentes Rurales y voluntarios.
En los primeros inviernos (2011 y 2012), con una superficie inundada de entre el 50 y el 60% de los arrozales del Delta, no se produjeron cambios significativos en el número global de efectivos y en riqueza de especies, aunque sí se observaron modificaciones importantes en su patrón de distribución geográfica.
En los dos últimos inviernos (2016 y 2017), la superficie inundada de arrozales ha disminuido hasta el 15-45%, cosa que parece haber repercutido negativamente sobre el conjunto de la avifauna acuática, con entre un 10 y un 20% de disminución de la población, sobre todo de aquellas especies más dependientes de este tipo de hábitat.
En el resto de zonas húmedas catalanas también se ha notado una merma de aves este invierno.
Así, la habitual situación de Cataluña como en su sitio de cobijo de aves del norte ha cambiado porque la meteorología de enero les ha sido desfavorable.
Además, más en el norte ha hecho incluso más calor, cosa que ha provocado que algunas especies simplemente no hayan llegado a nuestro país.