Reconvierten las torres de Carrova y Font de Quinto del Ebro en hotel y dispensario

La torre medieval de la Carrova, en Amposta, convertida en hotel durante once días. La de Font de Quinto, en Camp-redó, en un dispensario médico para concertar visitas con los servicios sanitarios. Este es el concepto sobre el cual gira 'Hospitalitat', la obra de Jaume Vidal, que se ha convertido en la ganadora del certamen de arte contemporáneo XYZ, organizado por Lo Patio Centre d'Art de las Terres de l'Ebre. Un proyecto «más conceptual que decorativo,» con el cual el artista ampostí quiere hacer reflexionar sobre conceptos como los usos del patrimonio, especialmente los turísticos, la competencia furibunda en materia de alojamientos que han abierto nuevas plataformas por Internet o la falta de servicios que sufren los pequeños núcleos de población. Una forma también de acercar el arte contemporáneo a la población y una representación del llamado «artivisme», según la directora del XYX, Antònia Ripoll.

Vidal ha destinado los 4.000 euros del premio a habilitar y poner en práctica su proyecto en dos monumentos singulares del curso final del Ebro, conectando simbólicamente dos torres casi gemelas y separadas por el río, que fueron erigidas en el siglo XIII para controlar y defender la zona. El artista recuerda, sin embargo, que tanto Templarios cómo Hospitalarios, las órdenes que las controlaban, también «querían dar auxilio y alojar a los peregrinos» con estas construcciones. A partir de aquí se desarrolla la idea de que la Carrova sea un hotel a lo largo de once noches, todos los viernes y sábados entre el 15 de julio y el quince de agosto, además del 14 y el 24 de agosto.

Un gran cartel con luces leds instalado en la fachada anunciará la nueva función de «hotel». Desde este miércoles a las nueve de la mañana se abrirá el periodo para formalizar las reservas a través de la dirección de internet www.hotelcarrova.jaumevidalarasa.cat. Se podrá pasar una noche en la torre medieval de forma gratuita. En el primer piso se ha habilitado el dormitorio, con una cama y una mesa con desayuno. Los alojados no dispondrán ni de luz eléctrica ni agua corriente: se tendrán que adaptar a las condiciones del lugar, a diferencia de los hoteles. La intervención está pensada para un periodo de tiempo limitado con una razón muy clara, según Vidal. «Cuando convertimos una de estas torre en parador las paramos para toda la vida. No vamos a los paradores. Cuando las abrimos durante un mes es cuando las hacemos nuestras, darle uso y cuando es comunitario, es nuestro», subraya.

En cambio, en la torre de Font de Quinto de Campredó, el concepto gira más en torno a la atención sanitaria y la reivindicación de servicios que los núcleos de población más pequeños no dejan de perder. Así, Vidal ha planteado, durante las mismas fechas que en el caso de la Carrova, instalar en estas dependencias un punto de atención sanitario, con una mesa y un ordenador conectado a Internet, donde se podrá acceder al portal del Institut Català de la Salut para concertar visitas o efectuar trámites en línea. Eso supondrá abrir también el espacio y hacerlo visitable al público durante los mismos días. En el contexto de Campredó, EMD de Tortosa que en los últimos tiempos ha sufrido el fenómeno de pérdida de servicios, esta reconversión sirve como acción reivindicativa.

Al fin y al cabo, según ha subrayado la directora de XYZ, Antònia Ripoll, encaja en la idea que plantea el certamen de arte público e instalaciones en espacios singulares de las Terres de l'Ebre, que llega a la tercera edición y al cual se han presentado doce proyectos, tres de los cuales fueron seleccionados como finalistas. No sólo de una forma de innovar y hacer llegar el arte contemporáneo, a menudo tildado de elitista, a la población en general. A través de la recuperación, el replanteamiento de espacios y su comunicación se consigue generar preguntas y poner sobre la mesa planteamientos sobre su utilidad o funciones. Es el llamado «artivisme».

«Nos encontramos con una de las características más importantes del arte contemporáneo: artivisme, activismo de pensamiento 'político'. El arte contemporáneo no es sólo estética sino que habla de poder pensar, se amplía planteando muchas preguntas no sólo emocionales o conceptuales. Por qué un hotel, por qué durante sólo quince días o por qué ponemos un dispensario en Campredó. Entonces entramos en alguna cosa mucho más importante: hacer activismo para cambiar las mentes, para cambiar a la gente y crear opiniones,» ha cerrado Ripoll.