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Impulsan el Observatorio del Patrimonio Inmaterial de las Tierras del Ebro, que velará para actualizar el Inventario

El catálogo –ahora con 100 elementos- tiene que servir para dar a conocer la cultura propia y salvaguardarla

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El Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Tierras del Ebro (IPCITE) ha cerrado este domingo la primera fase después de casi tres años. Lo ha hecho con una clausura en la Bodega Cooperativa de Gandesa después de que se hayan inventariado cien elementos propios del territorio que van desde creencias, fiestas o particularidades lingüísticas o formas de sociabilidad. Ahora, se pone en marcha una nueva fase con la creación del Observatorio del Patrimonio Inmaterial, que se pondrá en marcha después del verano, según ha explicado el conseller de Cultura, Lluís Puig. El Observatorio –que integrarán el Museo de las Tierras del Ebro y el Instituto Ramon Muntaner- velará por la actualización y ampliación del inventario, además de buscar aplicaciones de este material en la escuela, el turismo o la gestión del paisaje. «Aquí hay un tesoro para que las mismas Tierras del Ebro lo desarrollen», ha dicho Monte.

Monte, que ha clausurado el acto como conseller, empezó a participar en el proyecto de inventario en el 2014, cuando se gestó, y cuando ejercía como director general de Cultura Popular, Asociacionismo y Acción Culturales. El conseller ha explicado que el inventario, que recoge cien elementos, incluye muy material gráfico, con fotografías y vídeos.

Pero el proyecto no acaba, sino que se hace un pequeño paro para reprenderlo después del verano con el Observatorio, que tendrá la responsabilidad de «mantener, actualizar y ampliar» el catálogo, además de buscar aplicaciones de estos materiales. El impulso del proyecto se ha acordado en una reunión del órgano institucional que se ha celebrado antes de la clausura, en la misma Celler Cooperatiu.

Las aplicaciones «pueden derivar en el mundo de la pedagogía, a la escuela, al mundo del turismo, en gestión de paisaje o del mar,» ha ejemplarizado Puig, que ha explicado que el inventario es «tan transversal» que significa «un tesoro» que el territorio podrá seguir desarrollando. De hecho, ha pedido que los ebrenses «se hagan sede» el inventario. «Eso es muchos ellos, no de una administración, y ahora todo el conocimiento pertenece desde los padrinos hasta los niños, y hace falta que a la gente de aquí se lo haga sede, y así es como nos explicamos en el resto del mundo», ha afirmado. La intención es que a partir de la cultura se puedadesarrollar la economía local.

El catedrático Josep Sebastià Cid, que ha participado en la clausura, ha explicado que la recopilación de elementos de patrimonio inmaterial tienen que ayudar a construir y reforzar más la identidad ebrense. No se quiere estática», ha considerado Cid, que ha explicado que el patrimonio no se tiene que pensar como una simple «herencia». «El patrimonio está pasado pero también una apuesta de futuro, y en el Ebro necesitamos muy futuro ante una situación económica y social complicada», ha detallado. Así, el catedrático cree que los elementos patrimoniales ayudarán a dar bastante a las Tierras del Ebro y también brindarán la oportunidad de crear iniciativas y estructuras.

El conseller ha explicado que con la creación del Observatorio no se creará ninguna nueva estructura porque las tareas las llevarán a cabo «dos de los polos potentísimos que ya han liderado el proceso durante tres años», que son el Museo de las Tierras del Ebro y el Instituto Ramon Muntaner. A ellos se les delega la tarea de velar por la ampliación y también porque|para que de tratar de generar becas de investigación|búsqueda –la Universitat Rovira i Virgili se ha implicado en este aspecto-, así como la difusión de los materiales.

El presupuesto por el impulso del inventario ha sido de 400.000 euros, una inversión que se ha sufragado con ayudas de varias instituciones. Ahora, el conseller ha admitido que hará falta una nueva partida pero ha apuntado que, antes, hará falta «dimensionar qué volumen de actividad y presupuesto piden». «Saldremos adelante», ha dicho.

El proyecto se inició a raíz de la declaración de las Tierras del Ebro como Reserva de la Biosfera. El grupo que ha trabajado en la búsqueda ha intentado buscar el equilibrio entre las cuatro comarcas y también entre las siete categorías que se han creado para buscar los elementos propios del Ebro. Entre estas categorías, se distinguen las actividades productivas; las creencias, fiestas, rituales y ceremonias; la tradición oral y particularidades lingüísticas; las representaciones de juegos y deportes tradicionales; las manifestaciones musicales y sonoras; la salud, alimentación y gastronomía y formas de sociabilidad colectiva.

«Está como un escáner en las cuatro comarcas de todo lo que podemos considerar inmaterial», ha explicado la coordinadora, Pepa Subirats. «¿Qué consideramos inmaterial? Aquello que ha pasado de generación en generación, que la comunidad se lo siente como propio y que está vive», ha aclarado Subairats, que ha admitido que ha sido «muy difícil» consensuar qué elementos entraban y cuáles no en esta primera fase.

Para Subairats, es clave que los ebrenses entiendan qué es el patrimonio inmaterial de sus comarcas, donde hay elementos tan curiosos como la organización de la pesca en las balsas del delta del Ebro o expresiones populares, como «decir 'xeic' o 'mareta meua'», ha explicado Subirats, así como «la transmisión de conocimientos ligados a los fenomens meteorológicos», cómo podría ser vincular la aparición de determinadas nubes en una garbinada.

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