Campredó, la Aldea y Amposta se unen para recuperar la memoria de la batalla del Ebro
Los ayuntamientos encargan a la URV un estudio que tiene que permitir poner en valor los vestigios del tramo final del río, escenario de una sangrante maniobra de distracción republicana
El EMD de Campredó (EMD) y los ayuntamientos de la Aldea y Amposta han encargado un estudio a la URV para valorizar los restos de la batalla del Ebro en el tramo final del río. El objetivo de todo, aseguran, es recuperar la memoria del conflicto bélico y poner en valor vestigios, como bunkeres y trincheras, para aprovecharles como parte de una ruta histórica y de «turismo bélico». Justamente, estos municipios fueron el escenario del primer episodio sangrante de la batalla, con la maniobra de distracción desplegada por el ejército republicano el mismo 25 de julio de 1938 para facilitar el cruce del río por la zona de la Ribera de Ebro. Los historiadores de la URV se dedicarán a hacer investigación en los archivos militares, recopilar datos e imágenes que sirvan para documentar unos hechos que, según remarcan, nunca han sido estudiados a fondo. A partir de aquí, se diseñarán las acciones concretas que se desplegarán sobre el terreno en el ámbito turístico y de difusión.
Los consistorios y la URV han firmado este jueves por la mañana, en la torre de Campredó, el convenio para poner en marcha este proyecto. Los consistorios aportarán conjuntamente, y en función de la población de cada uno, un total de 7.000 euros para la redacción del estudio. El decano de la Facultad de Letras de la URV y catedrático de Historia Contemporánea, Josep Sànchez Cervelló, será el encargado de coordinar la investigación en torno a un episodio «poco conocido» de la batalla del Ebro. «Se ha estudiado poco porque es una acción secundaria y estas siempre pierden relevancia ante los aspectos centrales de la batalla», certifica. Habrá que averiguar, por ejemplo, cuáles fueron las órdenes concretas del Estado mayor republicano para concentrar a los brigadistas franceses de la Marsellesa en la zona de Font de Quinto, en Campredó.
El objetivo era desplegar una maniobra de distracción para permitir que el grosor de las tropas cruzara el río por la Ribera de Ebro y se dirigiera a Gandesa. El mando franquista se acabó dando cuenta de ello y acabó impidiendo que los republicanos recuperaran la ciudad. El intento de cruzar el río entre la zona de la torre de la Carrova y el barranco de la Galera acabó con unos 2.000 muertos, una cifra que también se tiene que precisar. Muertos «innecesarios» fruto de decisiones estratégicamente controvertidas que, según, Sánchez Cervelló, no contaban con los medios necesarios para conseguir el objetivo. Y es por eso que el historiador cree que la batalla del Ebro «no se puede parcialitzar» y, desde Amposta en Mequinenza, hay que explicar con todos los detalles también las operaciones secundarias. «Quizás tendremos que reformar la visión del Comebe (Consorcio Memorial de la Batalla del Ebro)», ha apuntado.
La colaboración entre los tres municipios en la línea de espolear la investigación, la dignificación y la valorización de bunkeres y trincheras, pero también de nombres, fechas y espacios, quiere situar esta parte del territorio y del episodio bélico en el mapa del «turismo bélico» que cada vez cuenta con más adeptos por todas partes. Especialmente, en el contexto de un territorio con una de las rentas per cápita más bajas de Cataluña, donde este tipo de acciones pueden sumar para dinamizar la economía y, también, recuperar la memoria, según ha remarcado el rector de la URV, Josep Anton Ferré. «Les Terres de l'Ebre estamos en la cola pero tenemos oportunidades que no han sido aprovechadas», ha apuntado al alcalde de Amposta, Adam Tomàs, en este sentido.
El convenio firmado, ha asegurado al alcalde del EMD de Campredó, Damià Grau, tiene que convertirse en un «embrión», el principio de un proyecto de un alcance todavía más amplio –con la posible incorporación de otros municipios- para identificar nuevos elementos vinculados con la memoria histórica del territorio. Hasta ahora, ha añadido, Campredó, que pidió poder formar parte del Comebe, trabajaba en «solitario», con entidades y particulares. La proximidad del 80 aniversario de la batalla del Ebro, el próximo año, tiene que servir para espolear la materialización de los resultados. Los tres municipios formarán una mesa, con el asesoramiento de la URV, para determinar posteriormente las acciones a emprender para dar publicidad a los hallazgos, «dignificar» y hacer «accesibles» los espacios.