El socio canadiense del proyecto Castor, Dundee Energy, entra en quiebra|bancarrota
La compañía, aliada con ACS en el fracasado almacén de gas submarino, presentó concurso de acreedores en agosto y pone en venta activos para intentar sobrevivir
La sociedad canadiense que puso en marcha inicialmente el proyecto Castor, Dundee Energy, se encuentra en pleno concurso de acreedores después de declarar en quiebra este verano dos de sus filiales. Fundadora y después socia minoritaria d'Escal UGS, la empresa concesionaria controlada por el grupo ACS que ha ingresado cerca de 1.800 millones de euros por la construcción del fracasado almacén de gas submarino, la corporación no ha podido hacer frente a los créditos bancarios pendientes enwl otro lado del Atlántico. El concurso fue aprobado, concretamente, el pasado 16 de agosto, tres semanas después de que los acreedores le reclamaran el retorno inmediato de 57 millones de dólares, más intereses y gastos. Ante la situación de quiebra, la bolsa de Toronto (TSX) excluyó de la cotización las acciones de Dundee Energy el pasado 11 de septiembre. La compañía ha iniciado ahora los trámites para poner vender las propiedades y activos de sus filiales, entre los cuales, yacimientos de gas y petróleo en la región canadiense de Ontario, con el objetivo de intentar sobrevivir.
Dundee Energy Limited Partnership y Dundee Oil and Gas Limited, sociedades que son propiedad de la corporación matriz en su totalidad, iniciaron la «reorganización» interna a medios mes de agosto para intentar negociar un convenio con los acreedores de acuerdo con la Ley de Quiebra e Insolvencia canadiense, según los comunicados oficiales. Esta era la respuesta al requerimiento recibido el pasado 21 de julio por parte de los bancos prestamistas, que le reclamaban que devolviera de forma inmediata la totalidad del crédito principal, por valor de 57 millones de dólares canadienses, además de intereses y gastos generados. Dundee, de hecho, había renegociado con las entidades financieras las condiciones de esta operación cinco años antes, el 31 de julio de 2012. Según anunció entonces la compañía, los acreedores habrían aceptado aplazar el cobro de la deuda a partir de la reorganización interna.
La noticia del concurso de acreedores puso en alerta inmediatamente las autoridades bursátiles del mercado de valores de Toronto, que anunciaron la suspensión inmediata de las operaciones de compra-venta con las acciones de la sociedad matriz. Este pasado 11 de septiembre, fue finalmente excluida de forma efectiva de la lista de sociedades que cotizan en esta bolsa. Delante de eso, la corporación anunció su voluntad de cotizar en otro mercado de valores canadiense, a pesar de admitir que esta opción no tenía ninguna garantía de éxito. Todo llevó a los directivos a iniciar el proceso para encontrar compradores para los activos y propiedades de las dos filiales bajo supervisión judicial. Planean vender «unas cuantas o todas»: explotaciones de gas y petróleo situadas, principalmente, en la región canadiense de Ontario. Eso tendría que permitir garantizar el retorno de las deudas pendientes y cerrar un convenio con los acreedores. El Tribunal Superior de Justicia de Ontario ya ha autorizado la operación de venta, que Dundee espera completar durante la primera mitad de diciembre. Nuevamente, sin embargo, sus responsables avisan de que no tienen ninguna garantía sobre el éxito del proceso o si las autoridades judiciales acabarán aceptando las ofertas.
A pesar de que la participación de Dundee Energy –con un 33% de la propiedad d'Escal UGS- ha quedado a menudo en la sombra del protagonismo indiscutible que a partir del año 2006 asumió el grupo ACS comandado por Florentino Pérez -como constructor y, al mismo tiempo, como principal accionista d'Escal UGS, con un 66%-, fue realmente la corporación canadiense la que ideó y poner en marcha en primera instancia el proyecto Castor como una inversión con grandes posibilidades de negocio. Controlada por el multimillonario canadiense Ned Goodman, que acumuló su fortuna peritando explotaciones y minas de oro, la compañía compró la idea de dos ingenieros de aprovechar el antiguo yacimiento petrolífero de Amposta para almacenar gas natural para la industria de la cerámica de Castellón y creó Escal UGS el año 1998 a través de su filial Eurogas Corporation.
Dundee Energy funcionaba principalmente como un fondo de inversión para proyectos energéticos. De hecho, a la compañía se le conocían pocos activos fuera del Canadá: su principal recurso fuera de este país es una explotación petrolífera en aguas próximas a la costa de Túnez. Tampoco tiene una capacidad reconocida para ejecutar con recursos propios proyectos de explotación de hidrocarburos de envergadura. Este factor resulta clave para explicar el desembarco de la constructora de Florentino Pérez al negocio del proyecto Castor. Así fue como ACS se pudo autoadjudicar numerosas obras para construir el proyecto y llegando a hinchar hasta un 17% el margen de beneficio, que se tenía que limitar por contrato a un máximo del 5%. El coste del proyecto, que los canadienses habían valorado en una fase muy inicial en 250 millones de euros, llegó a dispararse hasta los 1.273 millones.
Los 1.760 millones por el Castor
Finalmente, sin embargo, Escal UGS ha acabado cobrando 1.760 millones de euros por una infraestructura que nunca se ha podido poner en marcha después de generar más de un millar de terremotos a partir de principios de septiembre de 2013. Esta cifra incluye la polémica indemnización de 1.350 millones de euros aprobada por el gobierno español en octubre de 2014 cerca la renuncia a la concesión, así como diferentes cantidades en concepto de retribuciones por|para operación y gastos de mantenimiento hasta finales de este año, cuando Enagás asumió el control de las instalaciones para ponerlas en hibernación. La liquidación del proyecto Castor, sin embargo, acabó también abriendo un conflicto entre los dos socios: así fue como Dundee Corporation presentó una reclamación arbitral contra ACS delante la Cámara Internacional de París acusando al grupo de Florentino Pérez de destinar buena parte del crédito de 300 millones para refinanciar Escal UGS a resarcir únicamente a los inversores de la constructora. El estamento internacional acabó rechazando la reclamación de los canadienses.
Estas desavenencias transcurren paralelas al procedimiento judicial que continúa abierto al juzgado número 4 de Vinaròs, donde los miembros del consejo de administración del exconcesionario nombrado s por las dos sociedades continúan como investigados –hasta un total de 20, incluyendo funcionarios de los ministerios de Medio Ambiente e Indústria- por los presuntos delitos de prevaricación ambiental y delito ambiental como causantes de la oleada sísmica de 2013. El presidente d'Escal UGS situado por los canadienses, Recaredo del Potro, y dos consejeros canadienses de Dundee dentro del exconcesionario, Mohammed Jaffar Khan y Harold Philipp Gordon, han prestado ya declaración en Vinaròs.