Diari Més

Descubren pinturas rupestres en Mas de Barberans de más de 8.000 años de antigüedad

El Departamento de Cultura y el Parc Natural dels Ports recuperan y protegen en secreto durante un año y medio el abrigo, que relata una escena de caza

La pintura representa una escena de caza.

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En el Parc Natural dels Ports se ha descubierto un conjunto de pinturas rupestres, en la zona del Cocó de la Gralla, en el Mas de Barberans, en el Montsià. Desde hace un año y medio, en absoluto secreto, el Departamento de Cultura, con la colaboración del Parc Natural dels Ports, ha estado recuperando y protegiendo este nuevo abrigo que fecha de aproximadamente 8.000 años, entre el postpaleolítico y el principio del neolítico. Entre las figuras, que describen una escena de caza, destacan dos hileras de arqueros, varios animales, como un jabalí o cabras, huellas y otros detalles del atavío de los cazadores como son plumas y varios ornamentos. Las pinturas son de estilo levantino y ocupan una franja de más de 3 metros de la parte superior de la pared del abrigo. El aviso lo dio a un antiguo cazador que hacía muchos años q las había fotografiado pero no lo había explicado. Ahora se ha cerrado el perímetro y el Ayuntamiento del Mas de Barberans decidirá los términos con que se podrán visitar.

Desde el Departamento de Cultura de las Terres del Ebre se han presentado, este miércoles, las acciones del plan para tratar y conservar las pinturas rupestres de Cocó de la Gralla que se desarrolla desde hace un año y medio. El conjunto pictórico se encuentra en el barranco de Montpou, en el término municipal del Mas de Barberans, en un abrigo orientado al sureste de unos 10 metros de longitud. El hallazgo es mérito de Domingo Ribas, vecino de Santa Bàrbara, quién hace al menos 15 años las encontró y fotografió pero no explicó ni le dio más importancia. En el año 2014 le enseñó las fotografías a un amigo geólogo y con las indicaciones de Ribas –que actualmente se encuentra incapacitado- se pudieron localizar.

El plan integral de tratamiento del conjunto rupestre ha servido para protegerlo, documentarlo, conservarlo y hacer difusión. En concreto, se ha hecho el levantamiento topográfico del conjunto pictórico y se ha instalado una valla en todo el perímetro para proteger las pinturas de posibles agresiones incontroladas. La brigada del Parc Natural dels Ports ha retirado la vegetación que escondía el conjunto con el fin de proteger las pinturas contra posibles incendios y permitir que el visitante las pueda contemplar íntegramente.

Durante este 2017 se ha trabajado en la conservación, consolidación y recuperación del color de todo el conjunto pictórico y se ha intervenido para retirar la capa cálcica que, en algunos casos, no permitían ver las figuras a simple vista. Finalmente, se ha instalado un panel informativo con un calco de la escena y un texto explicativo de las características y el valor patrimonial del conjunto pictórico. «El esfuerzo ha sido hacerlo con la máxima discreción posible para que no generara vandalismo y de aquí el motivo de este cierre tan espectacular de protección, espectacular porque que es desagradable encontrarte una valla en medio de la montaña pero no tenemos de otra manera», ha explicado Josep Castells, jefe de la sección de Información y Estudios del Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat.

Una escena «única y extraordinaria»

El panel pintado ocupa una franja larga y estrecha de unos 3 metros de longitud por 40 centímetros de anchura y está situado en la parte más alta de la pared del abrigo. Se identifican 69 figuras de estilo levantino o naturalista. Los más importantes los 27 arqueros y otras figuras humanas que aparecen. También hay tres cabras, un jabalí, un cuadrúpedo así como una bolsa, tres arcos y flechas y un personaje bastante particular que no se puede acabar de identificar. Los arqueros forman dos hileras, orientados a la izquierda y a la carrera, representando posiblemente una escena de caza, y ornamentados con plumas y otros objetos.

Entre los arqueros de la hilera superior también se observa un personaje particular de apariencia mitológica y sobrenatural, con una gran cabeza en forma elipsoidal. En la base del panel pintado, hay otro grupo de figuras con un arquero orientado a la derecha en posición de disparar un arco, un cuadrúpedo y una cabra. En el pequeño techo del abrigo se documenta otra escena de caza con un arquero, una cabra herida por una flecha y trazos que podrían representar restos de sangre.

El conjunto pictórico ha sido declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), con categoría de zona arqueológica y se ha incorporado al programa Corpus de Pinturas Rupestres de Cataluña atendida su singularidad y espectacularidad. «Son muy trascendentes, tienen un valor extraordinario y es un hallazgo único en este territorio. Tipológicamente son figuras que no las tenemos documentadas en Cataluña, al menos de esta manera, con una hilera de guerreros o arqueros todos a la marcha con sus arcos y flechas puestos en filas es una escena espectacular y única», ha asegurado Josep Castells.

El jefe de Información del Servicio de Arqueología ha intentado definir los motivos por los cuales habrían pintado la escena. «Es complicado pero por la manera como está pintado y las figuras pintadas querían mostrar su importancia y existencia como grupo importante. Quizás sí que es una caza, marcan un desplazamiento o un ritual», ha apuntado. La última escena que menciona, de componentes más místicos, es una de las partes más estropeadas y menos claras del conjunto.

El Cocó de la Gralla un punto geográfico importante y estas pinturas se relacionan y comunican directamente con las Tírig y el Valle Torcido, en la Comunidad Valenciana, pero también con las de El Perelló, en el Baix Ebre, y Ulldecona, también en el Montsià. Castells ha defendido que la ubicación donde se ha encontrado el conjunto rupestre «no es causal» ya que era una zona de entrada y salida al puerto marítimo. Las vistas que ofrece el paraje son la prueba más clara.

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