Las ganaderías ebrenses unen fuerzas para crear una marca que reivindique el buey en el territorio

Las ganaderías de las Terres de l'Ebre han unido sus fuerzas para crear una marca que permita reivindicar el buey en el territorio. El proyecto Ur, impulsado por la ganadería Hermanos Margalef en colaboración con el Departamento de Cultura y el IDECE, se refleja en la marca del 'Buey de Camarga', en Francia. Con esta marca, que se intenta vincular a la Reserva de Biosfera de las Terres de l'Ebre, se quiere enmarcar productos culturales y turísticos y trabajar para que sea representativa de productos alimenticios y de calidad. El impulsor, Paco Palmer, de Hermanos Margalef, ha explicado que el primer paso es «crear conciencia sobre la importancia del buey en el territorio». Por otra parte, apunta que la ganadería extensiva «es el máximo exponente de sostenibilidad dentro de la Reserva de la Biosfera, igual que la agricultura ecológica». Esta marca, según Palmer, podría salvar el mundo del buey a Cataluña, que considera que está «herido de muerte». Así, se lo situaría como motor económico y aseguraría la pervivencia en la región.

El proyecto de crear una marca propia se mira a largo plazo. De momento, los ganaderos mantienen reuniones para ver cómo se desarrolla y para poder trazar una hoja de ruta que permita articular la marca. De momento, no se han constituido en asociación pero no descartan hacerlo. El primer paso, según Palmer, es alcanzar la concienciación de la importancia del animal en el territorio –entre agentes sociales y políticos- y hacerlo mediante el discurso de la conservación del buey en las Tierras del Ebro, que ha tenido un papel clave en el desarrollo económico y en la conservación de hábitats. «El toro extensivo ha estado de siempre en el territorio y es una pieza clave, ayudó a convertir las tierras salvajes en cultivo y para conservar zonas húmedas en el Delta», ejemplariza.

«Es un proyecto de lobbismo», apunta al impulsor, que señala que invitan a participar también en formaciones animalistas como el PACMA para que se entienda que la marca se centra en la conservación de la especie desde una actitud constructiva. «Después ya veremos cómo se conserva o qué necesidades tiene, pero el paso donde nos encontramos es la concienciación que es un animal con importancia en la ganadería extensiva, de gestión de pastos y de ecosistema en el territorio».

Palmer, que ha viajado a la Camarga francesa donde ha mantenido contactos con ganaderos de la zona y organismos públicos reguladores, apunta que en este espacio se da apoyo al buey mediante una marca que ha acabado ligada a los productos alimenticios de calidad. Esta idea es la que Palmer intenta trasladar al Ebro. En esta línea, inició contactos con las ganaderías del territorio para ir de la mano en este proyecto y «la respuesta fue unánime».

A principios de diciembre se celebró una mesa redonda para abordar la cuestión, todo parlante de las raíces del toro en las Terres de l'Ebre, el encaje del buey en la Cataluña del siglo XXI y el turismo rural y sostenible, entre otros temas. El acontecimiento contó con la participación del director del Museo de Scamandre en la Camarga, Serge Colombaud, o el presidente de la Asociación de Ganaderos de Camarga, Jacques Mailhan.

Paralelamente, la ganadería Hermanos Margalef participa en un proyecto europeo de caracterización de una raza minoritaria para definir las características genéticas del toro del Ebro en un estudio de la Universidad de Zaragoza.