Empleo
La URV vincula la disminución del paro a las Tierras del Ebro con la pérdida de población activa
Un informe de la Cátedra de Economía Local y Regional reclama medidas para retener el talento y rejuvenecer la estructura demográfica del territorio
Un informe de la Cátedra de Economía Local y Regional (CELIR) de la URV relaciona, por primera vez, la disminución del empleo en las Terres de l'Ebre con la pérdida de población activa de los últimos años. Así, la reducción del índice de paro de un 17% registrada entre 2011 y 2016 –el último periodo estudiado- coincide, a diferencia de lo que sucede al resto de Cataluña, con una disminución de la población activa de más de 9.800 personas. Según el director del CELIR y coautor del informe 'Reducción del paro y migraciones recientes en las Terres de l'Ebre', Juan Antonio Duro, el territorio no sólo ha experimentado una mayor pérdida de población inmigrante durante estos últimos años, sino que, sobre todo, ven agravada su situación por una estructura poblacional envejecida y la emigración de muchos jóvenes que se marchan a estudiar y se establecen, por la falta de oportunidades laborales, en otros sitios de Cataluña.
Desde principios de la década del 2000 y hasta el año 2010 la población creció de forma considerable –unas 31.000 personas-, atribuido en buena medida gracias al saldo positivo que aportó la inmigración. La tendencia, sin embargo, se revirtió de forma ostensible a partir del momento que la crisis económica deja sentir sus efectos de forma más pronunciada, desde 2011, con una pérdida de casi 10.800 habitantes -180.855 en total. Un descenso del cual, en buena parte, es también responsable la bajada del saldo migratorio externo –con el retorno de moles inmigrando a sus países de origen, que ya no podía compensar la evolución negativa de una población envejecida y el efecto de una emigración selectiva persistente: la de los jóvenes que se marchan fuera de las Terres de l'Ebre a estudiar y acaban fijando su residencia allí donde encuentran su primer trabajo, lejos del territorio.
«Las variaciones negativas en términos absolutos en la población tienden a correlacionarse con mucha claridad con las variaciones negativas del paro en los municipios ebrenses», sostiene en este sentido el estudio elaborado por Duro junto con Josep Maria Piñol, de la Fundación URV. En el caso ebrense, sostienen a los autores, la disminución de la población extranjera ha estado mucho más significativa que en el resto de Cataluña, con una coincidencia entre el periodo de máxima reducción del paro y la emigración de extranjeros. Y si bien en el resto del país el crecimiento demográfico ha sido positivo, un 0,22%, la reducción del paro ha sido superior, hecho que indica que sí se ha creado empleo.
Al fin y al cabo, según Duro, obliga a poner el foco sobre los problemas demográficos y económicos que sufren las Terres de l'Ebre, con una población envejecida y un tejido socioeconómico débil, incluso, en las zonas urbanas. A pesar de la previsión que en el futuro este ritmo poblacional decreciente se detenga, Duro alerta de que el saldo migratorio externo serró negativo. «La demografía de las Terres de l'Ebre sólo se recuperará si volvemos a captar inmigrantes extranjeros y eso quiere decir un cambio en el ciclo económico que sea expansivo; que se frene la emigración hacia el resto de Cataluña, cosa complicada porque no tenemos la misma oferta formativa; y que seamos capaces de retener y captar el talento para rejuvenecer la estructura», subraya, con el retorno de aquellos que se han marchado a estudiar y la llegada de nuevos efectivos. Eso será posible, continúa, con una «economía atractiva», un «territorio atractivo» y la implementación de «políticas de captación y retención del talento, que hasta ahora todavía intentamos buscar.»