Nueva campaña de limpieza del Delta del Ebro
Las acciones organizadas por ayuntamientos y voluntarios del parque natural permitieron, el año pasado, retirar cerca de seis toneladas de residuos, un 80% de los cuales eran plásticos
Los siete ayuntamientos y los voluntarios del parque natural del delta del Ebro vuelven a poner en marcha la campaña Per un Delta Netpara recoger y retirar los residuos que el mar, el viento, el río y, sobre todo, la acción incívica humana derraman por el espacio natural protegido. Si bien la acción de limpieza colectiva convocada la mañana del próximo domingo, 11 de marzo, será uno de los actos más visibles y representativos de la iniciativa, sus impulsores recuerdan que la clave sigue siendo la concienciación y la educación, tanto de la población autóctona como de los visitantes. También quieren que los diversos agentes socioeconómicos del Delta asuman compromisos efectivos en la resolución de un problema con implicaciones ambientales pero también económicas. Consideran que hay que cambiar los hábitos y patrones de consumo de la población, reduciendo considerablemente la generación de desperdicios. El año pasado, unas 220 personas contribuyeron a recoger cerca de seis toneladas de residuos, un 82% de los cuales eran plásticos.
La del próximo día 11 no será la primera acción de limpieza que se organiza este año en el marco de la campaña. Los pasados 24 y 25 de febrero, 57 voluntarios recogieron 3.800 kilos de desperdicios –plásticos en un 84%- de la zona de la punta de la Banya. También el próximo 13 de mayo está prevista una nueva acción en la Playa de Eucaliptus en el marco de la campaña Let's Clean Europe y, el 18 de medio, tendrá lugar un maratón de limpieza entre Sant Jaume d'Enveja y l'Ametlla de Mar. Para los voluntarios y los ayuntamientos, sin embargo, se trata de actos principalmente simbólicos que, a la larga, tienen que servir principalmente para concienciar y educar la ciudadanía sobre el grave problema ambiental –y económico- que supone la presencia de residuos en un espacio natural tan sensible.
«Creemos que, realmente, lo que importa de esta campaña es la sensibilización: que la gente se dé cuenta de la problemática de la basura|maleza en los espacios naturales. Es intentar cambiar los hábitos de consumo de la gente, reducir al máximo la reducción de basura y que no llegue a los espacios naturales. Es realmente esperpéntico y un reflejo del mundo en que estamos», argumenta Pere Mangrané, presidente de la Asociación de Voluntarios del parque natural. «Eso sólo pasa por la educación y la concienciación de las personas», ratifica Anna Giménez, teniente de alcalde de Dinamización Económica y Enfoque Turístico y Cultural de Deltebre, ayuntamiento que participa en la campaña al lado de los de l'Aldea, l'Ampolla, Camarles, Amposta, Sant Carles de la Ràpita y Sant Jaume d'Enveja.
Con este objetivo, paralelamente a las acciones de limpieza, los consistorios y voluntarios que impulsan la campaña organizarán mesas sectoriales en los diferentes municipios para encontrar la manera de implicar activamente los agentes socioeconómicos del delta del Ebro y que «adquieran compromisos» para hacer frente a un problema que afecta entornos naturales y también urbanos de la zona, con consecuencias económicas, como por ejemplo, en el caso de la limpieza de playas y las consiguientes quejas de los turistas. El debate se trasladará a las escuelas a partir de las charlas dentro de un programa de educación ambiental, así como en ferias y con un acuario en la Casa de Fusta. Los voluntarios, por su parte, llevarán a los diferentes plenos municipales mociones para que los ayuntamientos de la zona adopten definitivamente el uso de vasos y cubiertos reutilizables en las fiestas y acontecimientos populares que celebren. También se ha pedido una subvención al Grupo de Acción Local de Pesca del Mar del Ebro para crear un protocolo de limpieza de playas y avanzar en programas educativos.
Aunque cuantitativamente no se considera representativo, las acciones de limpieza permiten valorar el tipo de residuos y sus efectos sobre la fauna y el entorno natural. De los 5.830 kilos recogidos el año pasado, una inmensa fracción, el 82%, eran plásticos. Unos 600 kilos de este material fueron trasladados a una fábrica de Montpellier donde se transformaron en 180 kilos de tapones para botellas champú. La destinación de los que se puedan sacar este año, sin embargo, no está decidida. La composición restante de los residuos estaba en un 6% metales, un 5% textil, 4% vidrios y resto un 3%. «Es resistente y dura, pero tiene como contrapartida que no es degrada. Dentro en el mar, por la acción del viento y las corrientes, se fragmenta en microplásticos y están derramados por el medio: la fauna se ve resentida», recuerda Mangrané. Precisamente, el parque natural participa también este año, en los meses de abril, julio y octubre en la campaña Act4litter, junto con una veintena de áreas marinas protegidas del Mediterráneo, que caracteriza los residuos en un tramo de playa de playa de 100 metros y tiene que servir para programar acciones conjuntas para preservar los ecosistemas de la basura.