La Confederación Hidrográfica del Ebro mantendrá durante varios días el elevado caudal del tramo final del río

El tramo final del Ebro mantendrá los elevados caudales durante varios días a la espera de que finalice la avenida que baja por el eje central del río y el sistema de pantanos de Mequinenza-Riba-roja-Flix recupere la capacidad de resguardo previa al episodio, según ha informado la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). De momento, este miércoles por la mañana bajan aguas abajo de la presa de Flix 1.850 metros cúbicos por segundo (m3/s), como registra la estación de aforo del paso del Ase –bautizada por la CHE como Ascó-. Un volumen de agua que ha inundado algunos equipamientos deportivos y lúdicos cerca del río, así como varios campos de cultivo situados en zonas bajas de la orilla. De momento, no está previsto, de entrada, incrementar el caudal regulado del tramo final, hecho que podría provocar algunos desbordamientos en zonas urbanas como Miravet. Según la CHE, el embalse de Mequinenza sigue recibiendo un caudal de 2.200 m3/s, sólo 200 por debajo de la cifra máxima, registrada este martes, de una avenida que se desplaza lentamente.

El organismo de cuenca asegura que mantiene los caudales de desembalse en unos 1.800 metros cúbicos por segundo sin haberlos incrementado desde el pasado lunes por la noche. Si bien, aseguran, la avenida se encontraría ya en fase descendente con un pico máximo de entrada en Mequinenza este martes -2.400 m3/s-, el embalse, el de mayor capacidad del sistema, se encuentra en estos momentos al 99,45% de su capacidad y todavía sigue recibiendo aportaciones de 2.200 metros cúbicos por segundo. A diferencia de crecidas anteriores, como la de 2015, la de esta primavera de 2018 sería de un volumen superior y más prolongada en el tiempo. Por eso, justifican, habrá que mantener los caudales elevados, casi al límite del desbordamiento en algunos puntos del tramo bajo, durante varios días, para que los pantanos acaben de contener el agua que baja y recuperen la capacidad de resguardo anterior.

Unos argumentos que no acaban de tranquilizar muchos ayuntamientos y vecinos de las Tierras del Ebro, que contienen la respiración ante un posible desbordamiento. Recuerdan la experiencia de anteriores riadas, con precipitadas maniobras de desembalse que liberaban más de 2.000 m3/s para generar una capacidad de resguardo delante de la avenida que en momentos de operación normal de los pantanos -por parte de la compañía Endesa- es muy limitada. El caso más evidente es el de la población Miravet, donde todavía no descartan en absoluto la posibilidad de que el agua –cuyo nivel subía, por momentos, durante las últimas horas de este martes- acabe invadiendo la parte más baja de la plaza del Arenal y llegue en las puertas de domicilios y establecimientos.

De momento, y con los datos de caudales de este miércoles por la mañana, Protección Civil considera estabilizada la situación. Se mantienen los 1.850 m3/s a la altura del paso del Ase, entre Garcia y Vinebre. Sorprendentemente, sin embargo, la estación de aforo de Tortosa, situada aguas abajo del azud de Xerta, donde se desvía parte del agua del río hacia los canales de regadío de la Izquierda y la Derecha del Ebro, presenta de forma continuada un valor extrañamente más alta que la anterior: en este caso, 1.904 m3/s. Según fuentes de la CHE, esta cifra superior podría ser fruto de un error de calibración de la misma estación de aforo.