La residencia de abuelos de Amposta tendrá cocina más de tres años después de su inauguración

La residencia de abuelos de Amposta dispondrá, más de tres años después de su inauguración, de una cocina propia a los bajos del mismo edificio. Proyectada inicialmente por el anterior gobierno municipal como un equipamiento externalizado dentro de la residencia, con voluntad de obtener rentabilidad ofreciendo servicios de catering también a privados, el Ayuntamiento ha tenido que modificar finalmente el proyecto porque se trataba de un uso no permitido por la normativa según corroboraron varios informes técnicos. Finalmente, la nueva cocina, que costará unos 550.000 euros -400.000 menos que el presupuesto anterior-, podrá preparar menús para unas 350 personas –ampliables a 600- y dar servicio a otros equipamientos, siempre que sean públicos. El consistorio, que hace un año remunicipalizó el servicio que todavía se presta desde la antigua residencia de abuelos, prevé que las nuevas instalaciones se puedan poner en marcha cuando acaben las obras en un mes y medio.

«Cumpliremos los requerimientos cumpliremos que el Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales nos hace, de tener la instalación acabada, porque ahora estamos a precario, y ofreceremos un servicio más de proximidad a los usuarios de la residencia», ha celebrado el alcalde de Amposta, Adam Tomàs, después de presentar este miércoles por la mañana el proyecto en el espacio reservado del mismo equipamiento. El planteamiento, ha remarcado, «parte de cero», con una cocina «más moderna, con máquinas más innovadoras y eficientes». Eso es traducirá, ha precisado el ingeniero responsable, Manel Conesa, en unas instalaciones que dejan atrás los tradicionales fogones de gas para implantar máquinas multifuncionas eléctricas, más eficientes energéticamente y que pueden hacer todos los tipos de comida de forma estandarizada. Es decir, «comidas para diabéticos o sin sal se harán siempre de la misma manera», manteniendo el gusto y las propiedades, además de preservar el calor de los alimentos de forma automatizada.

En función de los procesos de preparación, de las máquinas que se instalarán podrá elaborar la comida para un centenar de personas. La otra, para 600. Conesa, sin embargo, calcula que la cifra prudente que podrán abarcar es la de 350 comidas. Con la instalación de una máquina adicional, se podría casi duplicar. La idea, según ha abundado el alcalde, es que esta cocina pueda dar también servicio a equipamientos públicos como la Residencia de Deportistas, el Hospital Comarcal o a personas mayores que viven solas. En ningún caso, ha precisado, podrá servir como actividad para generar beneficios a partir de la externalización y la prestación de servicios a privados. En este sentido, Tomàs ha recordado que «buena parte de la viabilidad de la residencia», tal como la diseñó el anterior gobierno de CiU, «se sustentaba en los caterings que podía hacer la empresa privada que gestionara la cocina». Los informes de Secretaría e Intervención municipales rechazaron este planteamiento y obligaron a remodelar el proyecto. El consistorio, además, acabó rescindiendo hace un año el contrato en la empresa Sodexo, por valor de 2,5 millones anuales, que «se renovaba ilegalmente» y ha remunicipalizado el servicio, donde trabajan doce personas.

Finalmente, los recursos previstos que no se obtendrán por la vía de la explotación privada, ha precisado Tomàs, provendrán en buena medida de la financiación de las cerca de 80 nuevas plazas de residencia públicas que la Generalitat aprobó hace un año y que han permitido que el equipamiento pueda acoger en estos momentos a 210 usuarios.