Policial
Se duplican las denuncias por robos de algarrobas en el Ebro
Uno de los motivos son los precios altos que se están pagando en esta campaña
Las denuncias por robos de algarrobas en las Terres de l'Ebre casi se han duplicado. En esta campaña, que enfila la recta final, los Mossos d'Esquadra han registrado 24 denuncias por el hurto de unos 20.000 kilos de algarrobas, una decena de denuncias y 6.000 kilos más que el año pasado, de momento. Uno de los motivos son los precios altos que se están pagando en relación en campañas anteriores. Actualmente el precio de mercado se sitúa a 0,45 euros por kilo de algarroba, el doble de lo que se vendía pagando habitualmente. Otra medida que ha ayudado a «aflorar» los robos reales, es la campaña en red que llevan a cabo los Mossos con campesinos, sindicatos, administraciones y cooperativas para que comuniquen cualquier información sospechosa y sobre todo para qué denuncien todos los robos y evitar que estas acciones queden impunes.
Los Mossos d'Esquadra trabajan para evitar que los pequeños hurtos a los cultivos de algarroba se acaben normalizando. A través de la colaboración de agentes de proximidades y de una campaña de concienciación y control, este año las denuncias ya han aumentado. Los Mossos han establecido reuniones periódicas con los agricultores y canales de comunicación para alertar de comportamientos y personas sospechosas que puedan estar robando algarrobas. Lo hacen en colaboración con los Agentes Rurales y los cuerpos de policías locales y vigilantes municipales. «Creemos que una parte importante que hace aflorar los hurtos, aparte del precio, es la concienciación del mundo rural que hace falta denunciar estos hechos», ha apuntado al subinspector de la Región Policial de los Mossos d'Esquadra en las Terres de l'Ebre, Damià Larriba.
Larriba ha insistido que que hace falta mantener esta actitud y denunciar cualquier hurto, por pequeño que sea, y a pesar de se haga complicado delimitar la trazabilidad de este cultivo o detectar recepciones y comercializaciones irregulares, aspectos por los que ya se trabaja con los Departamentos de Agricultura y Trabajo. En este sentido, los agentes también hacen controles durante las entradas de producto a los molinos y cooperativas para interceptar toda aquella algarroba de la que no se pueda acreditar la procedencia.
Como ha reconocido el subinspector, «el problema» es que la mayoría de robos acaban siendo delitos leves de hurto que suponen una pena «pequeña» judicialmente, siempre y cuando se pueda demostrar la propiedad del producto interceptado. «Es difícil poner puertas en el campo, pero hay que trabajar desde las administraciones ya que las organizaciones agrarias y las cooperativas inciden al pedir que se consiga la trazabilidad de este cultivo», ha explicado Larriba. «Mientras tanto tenemos que trabajar de manera transversal para hacer presión entre todos o que, al menos, hurtar la algarroba de nuestros trozos no sea tan fácil ni salga tan barato», ha defendido el jefe policial.