El Morenillo entra a formar parte de las variedad de uva autorizadas para la DO Terra Alta
La ley de ordenación vitivinícola ha abierto la rendija para regularizar una variedad que es exclusiva de la comarca
La variedad de uva negra Morenillo estará incluida pronto a la lista de las recomendadas y/o autorizadas para|por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Terra Alta. Esta era una reivindicación histórica para una variedad de uva que se cultiva únicamente en la zona de producción de la DO y donde existen viñas con casi cien años. En cambio, estaba excluida de la lista de variedades comerciales del estado español y a pesar de haber pedido oficialmente al INCAVI su regularización, ya hace diez años, no se aceptaba. Ahora, con la tramitación de la nueva ley de ordenación vitivinícola, el Morenillo, como la Cariñena, han aparecido a la lista de variedades comerciales catalanas y el Consejo Regulador podrá modificar su pliego de condiciones para incluirla entre las autorizadas.
El sector vitivinícola de la Terra Alta ha renacido en la última década abanderado con una de sus variedades autóctonas, la Garnacha (o Vernatxa, como la llaman los 'terraltins'), sobre todo blanca pero también negra. Producir la tercera parte mundial de esta variedad ha servido para ofrecer un valor diferenciado y para defenderla como el distintivo de calidad, ganado a pulso por la Denominación de Origen y las bodegas de la comarca. Pero la Garnacha no es la única variedad autóctona de la Terra Alta ni le es exclusiva. En el arco mediterráneo se producen más de 200.000 hectáreas.
La única variedad que sólo se puede encontrar en la zona de producción que conforman los doce pueblos de la zona es la uva negra Morenillo. Hasta ahora, el Morenillo no formaba parte de la lista de variedades de uva comerciales que configura el estado español y eso impedía que la DO Terra Alta la incluyera entre las variedades recomendadas y/o autorizadas. No aparecía a los etiquetados, se generaban muchos obstáculos con la certificación de los vinos, se camuflaba y en algunos casos se registraba como hectárea de producción de otras variedades, «esperando que se hiciera justicia» con una variedad centenaria y singular, muy adaptada en la zona de producción de la Terra Alta.
Esta «alegalidad» hace ahora que se desconozca cuál es el alcance exacto de la producción de esta variedad en la comarca, una incógnita que con la regularización se resolverá pronto. «De cara a la próxima campaña se podrá saber exactamente cuántas hectáreas de Morenillo hay», ha celebrado el secretario del Consejo Regulador de la DO Terra Alta, Jordi Rius.
Este 2018 se cumplen diez años desde que, por unanimidad, el Consejo Regulador hizo la petición al INCAVI para poder incorporar el Morenillo entre las variedades de la DO Terra Alta. Desde entonces se han hecho estudios y pruebas experimentales para demostrar la salubridad de la planta, pero hasta ahora no había habido ningún avance. Registrar una nueva variedad puede tardar más de dos décadas y se hacía camino con estos plazos. «El INCAVI estaba trabajando para resolver nuestra inquietud pero no veíamos que estuviera cerca», ha reconocido Rius.
La sorpresa ha sido mayúscula cuando con la tramitación de la ley de ordenación vitivinícola, el estado español ha incluido esta variedad en el Reglamento general del registro de variedades comerciales de Catalunya, publicado en el BOE del pasado 30 de octubre.
Eso ha abierto una rendija para que la DO Terra Alta modifique, en los próximos días, su pliego de condiciones y la incluya. «Ahora se podrá hacer más vía, no se trata de hacer las cosas mal si no de tramitar la inclusión de esta variedad más rápido», ha apuntado al secretario del Consejo Regulador. Los cambios del pliego de condiciones tienen que recibir el visto bueno del Ministerio de Agricultura y de la Unión Europea pero se confía en que el Morenillo ya será una variedad regulada en la próxima campaña de vendimia.
Las particularidades de los Morenillo
La variedad de cepa negra Morenillo estaba muy extendida en la comarca de la Terra Alta hace varias décadas. Cuando el vino de la comarca se empezó a pagar por grado alcohólico, color y cantidad de producción, muchos campesinos optaron por arrancarla y buscar una alternativa ya que se trata de una uva que no tiene ninguno de estos tres atributos. Con los efectos del cambio climático, en los vinos de la Terra Alta ni les falta graduación ni color y el Morenillo se ha convertido en una variedad que se adapta muy bien a las cualidades del vino que más demanda el consumidor. Tanto en vinos monovarietales -que ya producen algunas bodegas con excelentes resultados de calidad-, como aportando un porcentaje de Morenillo a la mezcla, se consiguen unos vinos tintos con menos graduación, menos acidez y muy frescos, «que es que lo demanda hoy en día el consumidor de vino», como ha apuntado Rius.
La cariñena también en las etiquetas
Otro cambio significativo que ha permitido el nuevo Reglamento estatal es que se podrá etiquetar la Cariñena con su nombre, y no como Samsó, como se tenía que hacer hasta ahora. Para no confundir al consumidor con la DO Cariñena aragonesa, el INCAVI recomendaba etiquetar esta variedad con el nombre de Samsó en los vinos de la Terra Alta, pero también del Priorat y Montsant. «Siempre se ha llamado Cariñena y ahora se podrá etiquetar como tal», ha agradecido Rius.