Medio Ambiento
Los criadores del Ebro reivindican el papel del toro como gestor de la biodiversidad
La asociación venderá carne y productos elaborados, impulsa dos museos del toro y estudia como abrir las fincas al turismo
Reinventarse o morir. Esta filosofía ha sido la clave para que los criadores de bueyes bravos de las Terres de l'Ebre, con una decena de ganaderías y una población estable de unas mil cabezas de ganado, se unieran el año pasado. Han puesto en marcha una asociación para reivindicar el animal pero sobre todo para hacer «renacer y refundar» el mundo del buey, con criterios científicos, medioambientales y económicos, y no sólo con «golpes en el pecho» y argumentos de «fiesta y tradición». Reivindicar el toro como uno de los principales gestores de ecosistemas y fijador de la biodiversidad en los dos parques naturales, centrará la segunda Mesa Redonda que han organizado el domingo. El año que viene empezarán a vender carne de toro con una marca propia y crearán dos museos sobre la historia del toro en el Ebro, en el Delta y en los Ports, mientras trabajan para abrir las fincas a actividades turísticas reguladas.
En las Terres de l'Ebre hay más de un millar de cabezas de toro criados en cultivo extensivo, es decir, al aire libre. Mientras que el censo de vacas mansas u ovejas es, actualmente, una quinta parte de lo que había sido el año 2005, la población de toros se mantiene estable. Es así en buena parte porque, a diferencia de vacas u ovejas, detrás hay una actividad económica regulada, como son los correbous, una tradición no exenta de polémica, aunque forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Terres de l'Ebre.
Ahora bien, los criadores tienen claro que no pueden subsistir sólo de las fiestas con toros y están convencidos pueden desarrollar muchas otras actividades económicas y culturales en torno a sus rebaños de ganado. Por este motivo, la Associació de Criadors de Braus de l'Ebre, formado por diez ganaderos del territorio, se ha puesto a trabajar para reformular su futuro y para defenderse desde criterios científicos y medioambientales. «Estamos ante un renacimiento y una refundación de la cuestión del toro desde el punto de vista medioambiental, un discurso adaptado para buscar más argumentos de los que son la fiesta, pegarte golpes en el pecho y gritar que es tradición», ha defendido Paco Palmer, presidente de la entidad y propietario de la ganadería de toro más antigua de Cataluña, Germans Margalef.
El proyecto, del que se sienten muy orgullosos y que genera altas expectativas, se despliega en tres líneas de trabajo: la medioambiental, la gastronómica y la turística. Por una parte, empiezan a impulsar estudios en defensa de la raza 'Ur' de toro del Ebro, que es única en la península, y se han puesto a trabajar para demostrar que el toro en libertad es un importante gestor del ecosistema del Delta y los Ports. Como explica Palmer, a raíz de la canalización de los márgenes derecho e izquierdo del delta del Ebro, los bueyes se introdujeron en las zonas yermas, a finales del siglo XIX, para comerse la boba y el semill, para hacer la estopa dura, para abonar la tierra y marcar los colmillos. «Fueron las desbrozadoras de hace 150 o 200 años», ha remarcado el presidente de los criadores de toros ebrenses.
En este periodo, que compran desde 1850 hasta 1920, los toros contribuyeron y permitieron el crecimiento económico y demográfico del Delta pero después, entre 1920 hasta 1984, cuando se implanta el Parque Natural y se despliegan las medidas de protección del espacio, los toros permitieron que sobrevivieran «a la Guerra y al monocultivo del arroz» cuatro de los espacios de más valor de la plana deltaica. La Bassa de l'Encanyissada, las Olles, los Ullals de Panxa y la playa del Eucaliptus son un ejemplo. «Si no, el hombre los hubiera transformado en campos de arroz», ha dicho Palmer.
«Gracias a la actividad regulada de los correbous, las vacas bravas han contribuido, en su medida, en la que el Parque Natural del Delta del Ebro sea una realidad. Los toros están tan ligados a nosotros y no tenemos intención de soltarlos», ha defendido. Otros espacios naturales conservados por la presencia de toros en el territorio son las Foies y las Rases de Alfara de Carles (Baix Ebre), las Eres de Horta de Sant Joan (Terra Alta), el barranco de Lloret de Roquetes (Baix Ebre) o Montsagre de Paüls (Baix Ebre), todos ellos en el Parque Natural de los Ports.
Justamente en la segunda Mesa Redonda que celebrarán este domingo, en el marco de la Fira de Mostres d'Amposta, se situará el toro como gestor de los ecosistemas y la biodiversidad. Ejemplos como el avetoro (Botaurus Stellaris), que nidifica en más cantidad en espacios de pasto de los bueyes – porque le abren pasillos a las bobes-, o especies de plantas que dependen de su pasto, justifican esta defensa. El hecho de que desde 2013, las Terres de l'Ebre sean Reserva de la Biosfera por la UNESCO también los lleva a defender «unos derechos y unos deberes para mantener la sostenibilidad de la interacción del hombre y la tierra», reflejados en zonas de más tradición como la Camarga francesa, Reserva de la Biosfera desde 1975.
Producto alimenticio ecológico y de proximidad
Otra de las estrategias que se desplegará en breve es la marca propia, The Aurochs Project, con el que se comercializará carne de toro y productos elaborados. Empezarán a promocionar estos productos, a partir de la primavera, en algunas ferias gastronómicas y multisectoriales del territorio. Se han elaborado chorizos y cecinas –mientras se trabaja en otras posibilidades como paté de toro. Se harán demostraciones en vivo y degustaciones para hacer difusión y promoción.
Turismo con historia
El Museu de las Terres de l'Ebre está elaborando los proyectos de museización para crear dos centros sobre la historia de los bueyes bravos en el territorio. Se crearán dos espacios, uno en el Delta y el otro en los Ports. La propuesta de que se ha hecho a los alcaldes es abrir un concurso público analizar cuál tiene que ser el municipio que los acojas, valorando la ubicación más idónea y el proyecto con más viabilidad.
Y es que, amparados en un estudio de la Universidad de Zaragoza, los criadores han documentado que la presencia del toro en las Terres de l'Ebre viene de muy atrás. El rey Alfonso I de Aragón habría repoblado la zona del Valle del Ebro – la cuenca actual del río-, ofreciéndola a los militares francos que lo habían ayudado en la reconquista de la zona contra los musulmanes. En estos nuevos repobladores estaría el origen del toro del Ebro y se ha impulsado un proyecto para demostrar con estudios genéticos que el Ur del Ebro tiene una línea genética derivada de razas germánicas, francesas o griegas, entre otros.
Actividades turísticas reguladas
Con respecto a las posibilidades turísticas de las explotaciones, se ha hecho la petición para instalar carteles informativos y se ha pedido financiación al Gobierno. La idea es ubicar al visitante para que entienda que es a día de hoy el buey bravo para las Terres de l'Ebre, «adaptarlo a nuestros tiempos», ha defendido Palmer. No descartan más adelante hacer una página web y buscar la manera de abrir las fincas a visitas turísticas reguladas donde poder explicar al trabajo que es hace, el papel medioambiental de los toros en los espacios naturales protegidos del territorio o promover la degustación y venta de la carne y los productos elaborados que comercializarán. Ya advierten que no proponen nada similar a algunas actividades turísticas que se habían hecho en algunas ganaderías para turismo extranjero y que fueron motivo de denuncia por parte de los animalistas.