Los restauradores ebrenses reclaman más plazas hoteleras para superar al modelo turístico de visitas de un día
El territorio dispone actualmente de sólo unas 5.000 plazas a pesar del potencial de crecimiento de los sector vinculados al turismo
Los restauradores de las Terres de l'Ebre reclaman la creación de nuevas plazas hoteleras en el territorio para poder superar al modelo de visitas turísticas de un solo día que, aseguran, predomina en la actualidad. Así lo han puesto sobre la mesa varios empresarios ebrenses del sector en el marco de la jornada del III Congrés Català de la Cuina que ha tenido lugar este jueves en Poblenou del Delta. Dedicada a los productos autóctonos y la innovación en la restauración y el territorio, el encuentro ha servido para constatar, nuevamente, el elevado potencial de crecimiento del sector pero también las carencias que arrastra en ámbitos como el alojamiento turístico y la formación de profesionales, que le permitan dar el salto.
Según datos de la Càtedra d'Economia Local i Regional del Campus Terres de l'Ebro de la URV, organizadora de la jornada, el año 2016 el territorio contaba con 4.995 camas de hotel -un 1,6% del conjunto del país- de un total de 13.286 plazas de alojamiento –incluyendo las 7.413 de campings y las 878 de turismo rural. Unas cifras que se han estancado a la baja desde el pasado 2012, cuando se registró el pico máximo de 5.377 plazas hoteleras –el 1,8% de toda la oferta catalana.
Es, aseguran los restauradores, la gran asignatura pendiente del sector turístico ebrense, que a pesar de los esfuerzos de proyección continúa todavía bastante estancado más allá del verano, dentro de una dinámica de estacionalidad muy compleja de cambiar. «El Delta se ha convertido en destino de un día y tiene que cambiar, tiene que ser una semana», asegura Fran López, del restaurante Villa Retiro, con una Estrella a Michelin. Argumenta, en este ámbito, que el reto es atraer empresas privadas que inviertan en la creación de plazas hoteleras. «No hay casos de grandes hoteles que vengan, grandes hoteles pero con sentido común: pueden ser con muchas camas pero adaptados en el territorio y con armonía», aclara.
El objetivo de todo es que los visitantes puedan quedarse más días, «conocer más el territorio y haya un volumen importante de gente», durante y más allá del verano. Cree necesario que el crecimiento de la oferta de alojamiento permitiría reforzar el buen momento de la restauración y la gastronomía ebrenses. «El territorio ganaría globalmente, más allá de las empresas», cierra López. «Tenemos que conseguir que haya más camas. Si tenemos que estar días de visita buscaremos lugares para comer», insiste Jeroni Castell, del restaurante Les Moles de Ulldecona, también con Estrella Michelin. Apunta, en este sentido, que los turistas buscan variación en la oferta gastronómica, desde establecimientos con platos más tradicionales en otros que proponen de más innovadores.
El peso de la restauración en las Terres de l'Ebre
El director de la Càedra y profesor de la URV, Juan Antonio Duro, corrobora la percepción del sector sobre la falta de plazas hoteleras, que no ha seguido la misma evolución al alza que ha experimentado en los últimos años la restauración. Según ha precisado, la ocupación en el sector en el territorio ha pasado de las 4.881 personas en el 2012 en los 5.197 de 2018, un millar más. Proporcionalmente, el porcentaje sobre la cifra total de trabajadores que cotizan en la Seguridad Social, 9,6%, se encuentra muy por encima de la media catalana -6,9%.
«Cuantitativamente, el sector es fuerte, pero aquello que quiere la jornada es empezar el proceso congreso para sacar recomendaciones para que desde el país se pueda impulsar la gastronomía ebrense, sus agentes, el correlimos y su marca. Queremos utilizar congreso como palanca para proyectar el Ebre en el país, que se conozca y se haga visible mucho más», razona Duro, remarcando el potencial de desarrollo «impresionando» que las actividades vinculadas con la restauración y el turismo tienen todavía en el territorio. Con este objetivo, la primera jornada ha reunido restauradores y productores «de prestigio», pero con la previsión de abrirse a otros ámbitos en el futuro.
Un potencial que ha afianzado el cocinero egarense, Artur Martínez, del restaurante El Capritx, que ha participado en este primer encuentro en las Terres de l'Ebre en el marco del III Congrés Català de Cuina. El presidente de la Federació i Hosteleria de les Terres de l'Ebre y propietario del restaurante l'Estany, Lluís Garcia, ha confirmado esta percepción, al mismo tiempo que ha reclamado a las administraciones que solucione los problemas de infraestructuras o servicios, especialmente en la zona del delta del Ebre, con carencias importando en materia de carreteras y suministro eléctrico.
Los restauradores también han puesto también dicho sobre una de las llagas que los empresarios aseguran sufrir también actualmente. Con tanta formación estamos desaprendiendo. Falta el modelo», ha cuestionado Martínez, con el ejemplo que muchos estudiantes y cocineros no están preparados para tareas básicas que formaban parte del renombre «cocina emocional» o de la «memoria». Eso obliga los establecimientos a proporcionar esta formación al mismo puesto de trabajo, apuntan. «Hay» que facilitar que la formación llegue al territorio o tendremos problemas con las bolsas de trabajo y el personal», ha avisado, por su parte, Jeroni Castell.