El paro de Casablanca puede suponer la pérdida de 150 MEUR en inversiones

La pérdida de 120 puestos de trabajos altamente cualificados y bien remunerados y, al mismo tiempo, la reducción inmediata de la actividad en el aeropuerto de Reus (donde está la base del helicóptero de Repsol), en el puerto de Sant Carles de la Ràpita y el cierre de la base en tierra, que se ubica en los Garidells. Este es el escenario más visible e inmediato con que se encontrará el territorio si el Consejo de Ministros de mañana viernes no aprueba la concesión de la prórroga para continuar la actividad de la plataforma Casablanca de Repsol, la única plataforma de producción de petróleo de España que se ubica a poco más de una cuarentena de kilómetros de la costa tarraconense.

El plazo de la concesión de la plataforma expira el próximo 27 de diciembre y el gobierno de Pedro Sánchez tendría que dar el visto bueno a la prórroga este mismo viernes para evitar que las instalaciones pare máquinas y cese la actividad.

El cierre de la plataforma Casablanca supondrá la pérdida de inversiones totales próximas a los 150 millones de euros que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos diez años de prórroga de la concesión. Tendría, de hecho, un impacto directo social, ya que supondría también la pérdida de una parte del compromiso de Repsol en el territorio que se materializa en forma de convenio. Algunos de estos convenios han permitido, por ejemplo que se garantice la prestación de un servicio de transporte público adaptado para personas con movilidad reducida y otras necesidades sociales, como en el caso del acuerdo que ha firmado la compañía con el Consell Comarcal del Baix Ebre. Entre estos convenios con las instituciones tarraconenses destacan también los firmados con la Cambra de Comerç de Tortosa, el Ayuntamiento de Sant Carles de la Ràpita, aparte de las becas de formación que otorga Repsol y su colaboración en los proyectos de investigación|búsqueda.

2.000 barriles diarios

La plataforma Casablanca produce alrededor de 2.000 barriles equivalentes de petróleo al día –unos 110.000 euros de riqueza diarios– y es, de hecho, la única de extracción de este combustible que existe en el país. La pérdida de esta cantidad de barriles implicaría tener que importarlo, con el consiguiente impacto que eso supondrá a la balanza comercial del país que prácticamente depende en su totalidad de las compras exteriores de petróleo y gas.

La producción anual de petróleo de la plataforma supone un valor aproximado de 40 millones de euros. A todo eso, hay que sumar el conjunto de actividades de transporte, logística, suministro, entre otros, que se generan en torno a esta instalación. Su producción, histórica en el territorio, es especialmente primordial para comarcas como el Baix Ebre o Montsià, donde hay más necesidad de cualquier tipo de actividad económica.

La concesión le fue otorgada en diciembre de 1979 por un periodo de 30 años, prorrogables por dos periodos adicionales de diez años más. Hace un año, la empresa pidió la concesión de la última prórroga. La compañía ha satisfecho todos los requisitos técnicos y administrativos a fin de que le sea concedida.

El futuro de la plataforma Casablanca depende de lo que suceda el viernes al Consejo de Ministros del Gobierno central que se tiene que celebrar el 21 de diciembre en Barcelona.