Compromís pregunta al gobierno español si quiere convertir el Castor en una gasolinera
El senador Jordi Navarrete reprocha al Ministerio para la Transición Ecológica la indefinición sobre el desmantelamiento y alerta de los peligros de las posibles alternativas
La plataforma marítima del proyecto Castor podría convertirse en una gasolinera, en un punto de suministro de combustible en embarcaciones en alta mar o para la recarga de metaneros. El senador de Compromís, Jordi Navarrete, ha preguntado por escrito al gobierno español si prevé alguna de estas opciones para evitar al desmantelamiento de las instalaciones. La formación ha tenido conocimiento que la administración estatal podría estar enemistando algunas de estas alternativas de reconversión. La inamovible indefinición mostrada por el Ministerio para la Transición Ecológica sobre el desmantelamiento de las instalaciones refuerza esta tesis. Navarrete alerta de que se trataría de una opción «insostenible», además de peligrosa: tanto por los valores ambientales del delta del Ebro y la costa como por la actividad turística.
¿Por qué la extraordinaria dilación de una operación que, habitualmente, la industria petrolera por todo el mundo ejecuta diariamente de forma rutinaria y estandarizada ha dejado la plataforma Castor flotando a 21 kilómetros de la costa durante más de cinco años, expuesta al abandono y la corrosión, convirtiéndose en un caso sin casi precedentes en el mundo? Más todavía, cuando los responsables del gobierno español admiten que el fracasado almacén de gas submarino, que nunca ha llegado a funcionar, ya no se intentará volver a poner en marcha y que la única salida viable, según deja bien claro la Ley de Hidrocarburos en vigor, pasa por su desmantelamiento.
Estas son algunas de las cuestiones que expertos y representantes políticos como Navarrete intentan responder desde hace tiempo interrogando de forma sistemática el gobierno español en instituciones como el Senado. «Desde hace tiempo sabemos que el proyecto ha sido nefasto y que se tiene que sellar definitivamente, con una seguridad perfecta. Lo que nos hace dudar es la indefinición sobre aquello qué quiere hacer el gobierno definitivamente con las instalaciones», razona el senador de Compromís.
Aunque durante los últimos años las especulaciones han sido diversas, el gobierno español sigue manteniendo el habitual hermetismo en torno al futuro del Castor, alimentando las suspicacias. En el contexto de cargar unos 200 millones de euros más en la factura del fiasco del Castor –que asciende a más de 3.000 millones- por su desmantelamiento, la posibilidad de ubicar en la plataforma marítima una gasolinera para embarcaciones en alta mar o recarga de fuselajes metaneros no se puede descartar, según alerta Compromís. «Que lo aclaren. Si, como quiere Compromís, se desmantela el proyecto, se abandona y no se puede hacer ninguna instalación en este antiguo pozo petrolífero, o deciden mantener la indefinición. Es el concepto de sospecha y lo acertarás», subraya.
Especialmente, ante el crecimiento de la actividad conocida como bunkering, es decir, el suministro de combustible para barcos en alta mar. De hecho, las principales empresas gasistas están orientando una parte de su actividad a suministrar gas natural licuado (GNL) a fuselajes metaneros o barcos que se propulsan mediante este combustible.
Actualmente, las ocho regasificadoras en el Estado español ya permiten estas operaciones en ocho puertos. Repsol, entre otros, ofrece bunkering de gasóleo, fuel o GNL en los recintos portuarios de Barcelona, Tarragona, Valencia o Cartagena, entre otros. La idea del sector, sin embargo, es ir todavía más allá y empezar a utilizar de forma inminente embarcaciones que efectúen estas operaciones, con autonomía para grandes distancias.
Navarrete apunta, que por su situación estratégica dentro de las rutas entre los puertos de Barcelona, Tarragona, Castellón y Valencia, las instalaciones del Castor podrían haber sido incluidas como candidatas para reconvertirse un punto de suministro de hidrocarburos en el mar. También por la existencia de un gasoducto que las une con las instalaciones terrestres, conectadas al gasoducto principal entre Tivissa y Paterna –que fue desdoblado hace unos años, entre otros motivos, para abastecer el almacén de gas submarino.
En este sentido, las preguntas del senador de Compromís sobre la existencia de algún proyecto de reutilización de las instalaciones y, nuevamente, también por la opacidad gubernamental en torno al futuro del proyecto –recordando que todavía no se han encargado las auditorías e informes sobre el desmantelamiento en los cuales el ha ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha aludido públicamente-, llegan también acondicionadas por un principio de «precaución».
Consecuencias ambientales y económicas
«Una vez que ya tienen claro que el proyecto no saldrá adelante que no intenten hacer una alternativa insostenible ambientalmente hablando: un proyecto gasístico o de bunkering justo delante de la costa del parque natural delta del Ebro o de la Serra d'Irta, sería un riesgo turístico y ambiental», ha argumentado, recordando el peligro que el trasvase de hidrocarburos en las condiciones a menudo adversas de alta mar podría suponer por estos espacios, ambientalmente muy frágiles y que, en buena medida, viven de la actividad turística también.
Como ya suele ser habitual, el Ministerio para la Transición Ecológica tampoco ha respondido las preguntas que la ACN le ha formulado al respecto.