Los pescadores de la Ràpita capturan más de una tonelada diaria de cangrejo azul en enero
Los precios continúan estancados en torno a los 2 euros el kilo mientras la población se multiplica y se esparce por la costa mediterránea
Los pescadores de la Cofradía de Sant Carles de la Ràpita están capturando más de una tonelada de cangrejo azul por término medio por cada día de salida al mar durante lo que llevamos de enero. Una cifra -12,3 toneladas en sólo dos semanas- que supone ya un récord mensual absoluto. Más todavía: supera la cifra de 12 toneladas que los pescadores llevaron a la lonja durante todo el 2017 y amenaza con sobrepasar las 60 de todo el año pasado. La multiplicación de las capturas y el consiguiente exceso de oferta, sin embargo, ha provocado que los precios, más allá de un ligero repunte durante las pasadas fiestas navideñas, hayan vuelto a caer y se hayan estabilizado en torno a los dos euros el kilo. Los pescadores creen que hay que seguir estimulando la demanda de este crustáceo invasor que ya está colonizando diferentes puntos de la costa mediterránea.
Detectado en la costa del delta del Ebro a finales de 2013, no fue hasta el verano de 2016 cuando los pescadores de Sant Carles de la Ràpita lo decidieron pasar por lonja para ofrecerlo a los consumidores aprovechando que el gobierno español tenía incluido este cangrejo invasor en la lista de especies comerciales. En todo el mes de agosto de aquel año se capturaron 107 kilos.
Desde entonces, la progresión ha sido imparable, multiplicando-a un ritmo «exponencial», según subraya el secretario de la cofradía de pescador sancarlense, Joan Balagué. Después de las 12 toneladas capturadas en el 2017, durante el pasado 2018 se produjo el gran salto, con la captura de 60 toneladas, cinco veces más. Durante este principio de 2019, la tendencia no ha hecho más que acentuarse. «Es una barbaridad. Con lo que llevamos de enero ya hemos superado cualquier mes anterior. Son 12.300 kilos hasta ahora, cuando el mes que más capturamos el año pasado fueron 12.000. Y todavía faltan unos días para que acabe enero», subraya.
Este incremento sin traba está teniendo su repercusión en los precios que se pagan en la lonja. Así, después de alcanzar frecuentemente los 11 o 12 euros el kilo durante los primeros tiempos de comercialización, la creciente sobreabundancia de cangrejos acabó haciendo el precio hasta los 1,5 euros sólo hace unos meses atrás. El anuncio del Departament d'Agricultura de crear una plano de cogestión para sobreexplotar esta especie y encontrarle una salida comercial ayudó a dar a conocer el producto y animar las ventas, situando los precios en torno a los 3 euros.
De hecho, según precisa Balagué, el cangrejo azul, en estos momentos ya sigue prácticamente la misma dinámica de precios comerciales que otros crustáceos, marisco y pescados apreciados. Eso hizo que durante los días previos a las fechas navideñas alcanzara en la lonja los 5 euros el kilo. «La gente lo ha conocido, lo ha encontrado bueno y lo ha comprado. Una vez pasadas las fiestas, cuando el marisco y el pescado de calidad suben, la especie tampoco ha sido ajena a la baja de precios del mes de enero», ha razonado. Así, en estos momentos, el precio medio se sitúa en torno a los 2 euros.
Revalorizar el exceso de oferta
Habiendo asumido como «muy difícil» su erradicación de la costa, los pescadores y la Generalitat han asumido que sólo se lo puede combatir con la «sobreexplotación pesquera» para evitar que sigan ocasionando quantiosos daños sobre las especies locales, como los cultivos marinos de mejillones, ostras y otros. Pero el actual «exceso de oferta» dificulta su salida y mantiene los precios muy bajos. «Hay mercado, pero cuesta», admite Balagué. «Tenemos que conseguir buscar mercados con consumidores de este producto, que a la gente lo conozca y lo pueda comprar para que se revalorice», apunta.
Esta era la idea del plan de cogestión puesto en marcha por Agricultura. Pero lejos de visualizar en el horizonte ya no su erradicación, sino el control de la población, siguiendo el ejemplo de países como Grecia, el invasor sigue extendiéndose por la costa mediterránea catalana -ha llegado a la Costa Brava- y la de la Comunidad Valenciana -invadiendo la Albufera. «Se desplaza por toda la costa. Al final se integrará como un cangrejo propio», concluye Balagué.