La Cooperativa de Gandesa celebra su centenario rememorando el trabajo de los socios fundadores

Este martes se cumplen cien años de la aprobación de la construcción de la Cooperativa de Gandesa. El edificio, una de las principales Catedrales del Vino de Cataluña, proyecto del arquitecto César Martinell, lo levantaron palmo a palmo, en sólo un año, una cincuentena de familias gandesanes decidías a hacer del vino sumodus vivendi. Este lunes por la noche, Gandesa se ha vestido de gala para rememorar esta efeméride que cambió la historia del municipio y de la comarca. Con la consellera de Agricultura, Teresa Jordà, de anfitriona se ha dado el pistoletazo de salida a un año de actividades, homenajes, exposiciones y catas con que se recordará, época a época y superación tras superación, el éxito del esfuerzo colectivo que ha mantenido de pie uno de los pilares económico de municipio.

La celebración del centenario ha empezado a tomar forma con el estreno de un documental con testimonios y vivencias de este cien años de picar piedra y sobre todo con una fiesta que hará valer la historia de la construcción de esta Catedral del Vino donde se aglutinan cien años de trabajo vitivinícola de éxito. La bodega la levantaron palmo a palmo 48 familias. En un año, con el trabajo diario de mujeres, hombres y adolescentes, levantaron esta imponente joya que actualmente es una de las maravillas arquitectónicas del país. «La gente de Gandesa, cuando ve el edificio, sea o no sean socios, entienden que es un patrimonio del pueblo, de la comarca, de las Terres de l'Ebre y de todo el país. Es un edificio tan precioso y bonito que la gente que lo hizo seguro que no pensaban que cien años después la gente se maravillaría al verlo», ha destacado Pere Bové, presidente de la Cooperativa de Gandesa.

Nuevos proyectos

Después de las grandes reformas que se ha hecho en los últimos años, con la mejora del techo y la rehabilitación de la antigua bodega, la actual Junta no renuncia a recuperar nuevos espacios, como la sala de catas que se habilitó encima de las bóvedas de cielo y que necesita un nuevo acceso. La Cooperativa tiene en marcha un proyecto para construir un ascensor y unas escaleras, simulando una tina, para poder ofrecer una visita enoturística donde se podrá disfrutar de la cubierta y de todo el paisaje de Gandesa y entorno. «Aprovechando que estamos en el centenario queremos hacer huella y hacer una pizca más de lo que se ha hecho hasta ahora», ha explicado Bové.

La cooperativa de Gandesa es obra del arquitecto César Martinell –discípulo de Josep Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí-. Su nieto ha asistido a la inauguración del centenario. Actualment la Cooperativa comercializa tres líneas de vino: los Gandesola, los SomDinou y, la última, los Puresa, presentada hace unos meses, con vinos monovarietals con uva de viñas de más de 40 años. Las ventanas modernistas de la cooperativa, con un diseño de Francesc Bové, presiden la etiqueta de esta línea. Un blanco y un negro de Puresa se han embotellado especialmente para el centenario.

También se ha inaugurado una exposición que recuerda a las personas que han pasado, con fotografías históricas de la construcción del edificio, buena parte extraídas del fondo documental de la familia Forcades, y que incorpora objetos de valor histórico cedidos por los mismos socios, como un arrancador de cepas de principio del siglo pasado y una embotelladora de botellas de vermú del años cuarenta. En la muestra se repasan todos los momentos históricos que han condicionado el funcionamiento de la Cooperativa, sobre todo la Batalla del Ebro y la Guerra Civil española.

«Fue una época muy dura y fue muy difícil sacar adelante la bodega pero unieron esfuerzos por salvarla como fuera. Aquí cayó un proyectil y el agujero no se reparó hasta 1944», explica Pilar Ferrando, guía de las visitas que ofrece la Cooperativa. El proyecto para elaborar un vermú, el vermú Terra Alta, volvió a «ilusionar» a los cooperativistas. «Se recuperaron las ganas de trabajar la tierra y que la bodega funcionara», como observación Ferrando.

Junto con la línea de vinos Puresa, recuperar aquel vermú ha sido uno de las últimas iniciativas productivas de la Cooperativa. «En los bares guardaban expuestas las botellas de vermú y hemos recuperado el producto y la etiqueta y la gente del pueblo se ha ilusionado y vendemos mucho a Gandesa y están muy satisfechos del nuevo producto, que no es nuevo, es un viejo nuevo», ha destacado al presidente.

El programa del centenario se alargará hasta el 2020 y se han programado, entre otros, catas de vinos antiguos. El añada de 1919, la primera cosecha y el primer vino de la cooperativa se hizo agrio en algunas almazaras. Desde semillas antiguas añadas se guardan al cementerio de Gandesa y se hará una jornada especial con prensa especializada y prescriptores del vino con catas dirigidas de aquellas producciones. También se pondrá el acento al homenajear los millares cooperativistas que han hecho posible un sueño al cual auguran cien años más de excelente viticultura.

En la fiesta de estreno del centenario, la consellera Jordà ha destacado que el cooperativismo crea puestos de trabajo, arraigados en el territorio, y ha defendido que es uno forma de organización laboral «que no es nueva pero innova y que permite maximizar los beneficios económicos y sociales».