La afloració de los fruteros vuelve a convertirse en atracción turística en la Ribera d'Ebre

La Ribera d'Ebre vive este mes de marzo una nueva edición de la Ribera en Flor, una iniciativa turística que se viene consolidando en la comarca en los últimos años. «El espectáculo cromático» que regala la floración de los fruteros es una atractivo efímero pero extraordinario que la Ribera d'Ebre pone a disposición de sus visitantes con experiencias de «fruterismo». Este año, en las rutas y mapas para disfrutar de la Ribera en flor se añaden propuestas con catas de vinos, vermúes, viajes por el Ebro, rincones literarios y vestigios de la Batalla del Ebro. La fiesta de la clocha y las jornadas gastronómicas completan los paseos por los fruteros.

La iniciativa tiene cada vez mejor acogida y, siguiendo la estela de territorios leridanos donde está muy consolidada, la Ribera d'Ebre ofrece una variedad paisajística diferenciada. «No sólo tenemos melocotoneros y nectarinas que hacen la flor rosa sino que tenemos ciruela, cereza y las floraciones no van a la vez. Tan pronto ves grandes explanadas con almendros, como la floración de los cerezas que es más tarde. Es un punto diferencial, está más diversificado, y quizás se alarga un poco más», ha destacado Gemma Carim, presidenta del Consejo Comarcal de la Ribera d'Ebre.

«No lleguemos a lo que es Aitona (Segrià) pero todo es un empezar», ha apunta Carim. La presidenta ha destacado que cada campaña hay más interés por esta propuesta y se percibe la llegada de más visitantes. «Cada vez hay más gente que llama y que hacen más actividades en la comarca. Es lo que tenemos que ir haciendo, los cambios se tienen que hacer poco a poco», ha añadido.

También las actividad propuestas desde el pueblos no paran de crecer y este año se han combinado la oferta turística existente con las visitas a los fruteros floridos. Algunos ejemplos son las rutas en bici que acaban con una visita en el refugio antiaéreo de la Font Gran en Benissanet, o rutas por los caminos de campesino y el camino de Sirga de l'Ebre. En Flix se combina con catas de vermú al paso de barca del río Ebro y con una visita al patrimonio cultural e histórico del municipio. Finalmente, en Vinebre, también se puede descubrir vinos rosados entre flores rosa de melocotoneros.

Aquellos que prefieren ir por libre, pueden optar por el 'touring', a través de un mapa donde se señalan las rutas en coche que permiten admirar los paisajes en flor de la comarca y encontrar las mejores vistas panorámicas. El mapa distingue las diferentes zonas de floración de la comarca en función de la especie de frutero, los almendro, los melocotoneros, los ciruelos o los cerezos, entre otros, un rasgo diferencial que permite alargar esta iniciativa turística durante tres o cuatro semanas.