Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries evocan la vida sencilla y la alegría de cantar en su nuevo disco
'Viatge a Buda', el decimocuarto trabajo del grupo tortosino, reivindica el espíritu de autosuficiencia de la isla más grande y amenazada de Cataluña
Cantar como terapia, como divertimiento pero también como instrumento de transformación social, en el contexto de una isla autosuficiente en pleno Delta de l'EbrE. Viatge a Buda , el decimocuarto disco del grupo tortosino Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries da un salto al espacio y en tiempo con voluntad de evocar la vida sencilla que sus habitantes llevaban en este espacio natural. Los Quicos se han querido imbuir de este espíritu grabando las melodías y voces del disco durante los últimos cuatro días desde la misma isla de Buda, la más grande de Cataluña, recuerdan. Lo han hecho también conociendo a la gente que la pobló durante años, con los cuales han grabado uno de los diez temas. El trabajo, que será editado por Discmedi a principios de junio, tampoco olvida el compromiso social del grupo, recordando la amenaza de que sufre este espacio natural ante el avance del mar, la falta de sedimentos y las oscuras perspectivas del cambio climático.
Situada entre dos brazos de la desembocadura del Ebro y el mar, la isla de Buda libra desde hace tiempo una lucha por su integridad territorial ante los problemas que la gestión de los caudales y sedimentos del río Ebro, que se añaden al incremento del nivel del mar y la regresión constante de la línea costera. Allí, sin embargo, los Quicos han encontrado el marco referencial ideal –geográfico, histórico pero también musical y emocional- para dar forma a su nuevo álbum. «Es un viaje a un territorio y también en el tiempo», explica Artur Gaya, álter ego de Quico el Célio.
Viatge a Buda canta a la «vida sencilla» que los habitantes de la isla llevaron en este espacio durante décadas y que se sintetiza en el título del tema que han registrado con un grupo de personas que vivió allí: Buda és un bé de Déu.. «Cogemos a Buda como ejemplo de vida sencilla cuando estaba llena de gente. Las personas mayores recuerdan que viviendo aquí no te faltaba de nada. Era una visión muy sencilla de la vida», apunta Gaya. Arroz, productos de la huerta, caza o pesca en abundancia.
Dentro de esta visión, de este estilo de vida, el hecho de cantar tenía un papel que iba mucho más allá del puro entretenimiento. No es la primera vez que el grupo tortosino aborda esta cuestión, pero ahora ha intentado ir más allá. «La gente cantaba trabajando y durante el tiempo de ocio. Aquí había una taberna y después de trabajar seguían cantando. Reivindicamos el cantar como una herramienta de mejora persona: es muy bueno para la salud y para el equilibrio del cuerpo y el alma. También como herramienta de mejora de la sociedad, que es buena para la transformación social. Allí donde se canta puedes ir a vivir, decían», relata. El tema Canta l'illa de Buda sintetiza esta idea.
La grabación, que empezó hace unas tres semanas con la grabación de las bases rítmicas y las guitarras en los Airestudios de Tortosa, se ha trasladado desde el lunes y hasta este jueves a la masía de la isla de Buda, que actualmente funciona también como alojamiento rural.
Percibir las vibraciones de la isla
«Queríamos grabar en la isla porque creemos mucho en las vibraciones y grabando aquí podíamos experimentar lo que la gente vivía allí., qué pasaba en la isla, levantarte cada mañana en este entorno, conocer a los pobladores, ha ayudado mucho a centrarnos sobre qué queríamos decir» precisa Gaya. En un estudio improvisado se han registrado las últimas melodías y, sobre todo, las voces. La próxima semana empezarán las mezclas.
En esta ocasión, los diez temas de Viatge a Buda provienen, en algunos casos, de canciones de «las personas mayores» que el grupo ha revisado y ha arreglado. Otros se han compuesto desde el principio para el disco. Este es el caso de El Mar es fa gran, el alegato de los Quicos alertando del peligro al cual se enfrenta la integridad territorial de la isla ante fenómenos como el cambio climático y la crecida del nivel del mar que, en buena medida, son provocados por la mano del hombre y amenazan con lastrar el entorno y la vida de las futuras generaciones.
El disco, además, se editará acompañado de una película de cine mudo que forma parte del espectáculo. «Hemos querido llevar a la gente a la época del cine mudo para que vean cómo era la isla y dos elementos emblemáticos: el 'gigante de hierro', el antiguo faro de Buda, el más alto del mundo construido con este metal en su época, y el vapor Anita, con el cual la gente navegaba hacia la isla», ha cerrado Gaya.