Sociedad
Las capturas de angula en el delta de l'Ebre caen a la mitad este 2019
Los pescadores creen que los efectos del cambio climático influyen en la pesca después de la bonanza de este invierno
La campaña de la angula en el delta de l'Ebre se ha cerrado este año con una disminución de prácticamente la mitad de las capturas respecto de las efectuadas el año pasado. Así lo constatan los datos de la Confraria de Pescadors de Deltebre, que centraliza la comercialización de las capturas de todo el Delta: no se ha llegado a los 600 kilos pescados delante de los 1.100 registrados al cierre de 2018. Aunque, tradicionalmente, es una pesca con altibajos en años alternativos, el secretario de la Confraria, Pascual Chacón, ha apuntado que las condiciones climáticas benévolas de este invierno habrían influido decisivamente en esta caída: las temperaturas han sido muy suaves, no se han producido precipitaciones ni grandes nevadas en los Pirineos que hayan incrementado los caudales del Ebro y las llevantades o episodios de viento han sido contados. «El cambio climático nos afecta», asegura Chacón.
No es que no haya angulas. Es la confluencia del tiempo», ha reiterado Chacón sobre el descenso de las capturas experimentado durante esta campaña, que se abrió el 1 de noviembre de 2018 y se ha cerrado este pasado 20 de marzo. A pesar de la espectacularidad de la caída, aclara que no es la primera vez que detectan campañas alternancias irregulares de un año para otro, según la creencia arraigada popularmente en el sector.
Ahora, sin embargo, los pescadores de angula del delta de l'Ebre son conscientes que , más allá de las condiciones peculiares necesarias para la pesca de la angula, el factor climático está influyendo más que nunca en su suerte. Si el año anterior las ventadas del otoño permitieron superar la tonelada, el invierno «climatológicamente primaveral» ha sido decisivo. «La poca pesca que hemos tenido ha sido los tres días que ha hecho mal tiempo», reconoce Chacón. Los caudales fluviales abundantes y los temporales de levante son los reclamos fundamentales para atraer la angula a remontar el río.
Así pues, como cualquier actividad pesquera, recuerda el secretario de la Confraria de Deltebre, el comportamiento de las especies piscícolas –tanto desde el punto de vista reproductivo como del desarrollo- es directamente por las condiciones del medio, requiere unas condiciones climáticas concretas. Y, actualmente, el sector percibe que estas condiciones están cambiando. «Todo el mundo está notando un cambio climático importante. Nos afecta: estábamos acostumbrados que de noviembre a diciembre teníamos vientos de arriba, levantadas, frío y este año no ha sido así. No ha habido deshielo y no ha bajado agua», suscribe.
Todo se ha traducido en jornadas, durante los últimos días hábiles de marzo, con capturas totales en todo el Delta de sólo unos cuatro kilos de angula. En general, calcula Chacón, los cerca de 300 pescadores autorizados en todo el delta de l'Ebre han capturado por término medio unos 2,5 kilos a cada uno. En cambio, estas bajas cantidades no han supuesto un incremento de precios. «No sube. La Unión Europea está dentro el CITAS –el convenio que regula el comercio internacional de especies amenazadas- y no se permite la exportación: sólo al interior de Europa. Va al engorde en buena parte y no al consumidor final», certifica.
Los precios se sitúan entre los 200 y los 300 euros el kilo. Únicamente durante el periodo que va entre noviembre y finales de diciembre, ante la expectativa del incremento de consumo navideño, estas cifras pespuntean hacia la parte superior. Con todo, Chacón precisa que una mayor disponibilidad de angulas atrae más a los compradores, porque facilita y abarata su transporte. A diferencia de décadas pasadas, la producción menos elevada se ha visto compensada con una mejor valoración económica. «Tenemos menos pesquera pero si hubiera ido económicamente mejor, compensaría», cierra.