Diari Més

Admitida la querella del torero Rubén Marín contra los tanteos de Alfara de Carles

Acusa de prevaricación el alcalde en funciones, Josep Mas y la ganadera de toros Àngela Mur reclamando que se cumplan las sentencias judiciales de prohibición de la actividad

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El juzgado de instrucción número 5 de Tortosa ha admitido a trámite una querella por prevaricación contra el alcalde en funciones de Alfara de Carles, Josep Mas, y la ganadera de toros Àngela Mur por supuesta prevaricación. Presentada a través de su empresa Toros Costa Dorada SL, el torero Rubén Marín quiere conseguir que la ganadería de Alfara deje de organizar espectáculos taurinos sin muerte del animal para turistas amparada en una licencia municipal. Aunque el juzgado número 17 de Barcelona declaró ilegal esta práctica en una sentencia del año 2015, el torero no ha dejado de denunciar que durante los últimos veranos se ha seguido celebrando con turistas rusos que llegan a la finca en autocar y pagan tanto por la comida como por el espectáculo prohibido. El pasado mes de marzo, Marín ya presentó un recurso al juzgado contencioso número 2 de Tarragona reclamando que se ejecutara la sentencia.

«Quiero que se cumpla la ley. Igual que yo me he tenido que desplazar a Castellón habiéndomelas inventado. Si yo no puedo, que no lo haga nadie. Que no sea la ley del embudo», ha asegurado el torero tarraconense, contrariado, en declaraciones a la ACN. Acusa al alcalde en funciones, el socialista Josep Mas, que no continuará al cargo ni en el consistorio este próximo mandato, de dar cobertura legal municipal a las carreras de toro turísticas organizadas por la ganadería, saltándose las sentencias y la legislación vigente. «Confío en la justicia plenamente: hay una sentencia firme de 2015 que prohíbe estos espectáculos que organiza la ganadería Mur saltándose a la torera la sentencia. Iremos hasta el final en todos los ámbitos», avisa.

De entrada, Marín quiere que el juzgado de instrucción número 5 de Tortosa, que ha aceptado a trámite la demanda pocas semanas después de su presentación, precinte y cese la actividad, como mínimo, hasta que tenga lugar el juicio. A pesar de que tanto Mas como Mur habían sido citados inicialmente para declarar el pasado martes, el retraso en la entrega formal de la citación ha obligado a posponer la fecha.

Según adelanta el denunciante, con la llegada del buen tiempo, la ganadería tiene la intención de organizar nuevamente autocares de turistas, principalmente rusos, que desplazándose en autocar desde poblaciones de la Costa Daurada visitan su finca y pagan por ver los espectáculos taurinos con la denominación de «corrida», asisten a actuaciones de flamenco y disfrutan de una comida. Añade Marín que, tratándose de un espectáculo, tendría que existir algún tipo de control administrativo sobre el aforo.

«No hay nada regulado»

«No hay nada regulado: igual entran tres como cuatro autocares y quizás caben 50 o 60 personas. Hay cosas que no se portan legalmente», subraya. En la denuncia del pasado marzo, aportó vídeos gravados en la finca de la ganadería Mur donde se observa un hombre con la vestimenta característica y toreando el animal entre gritos de celebración de un speaker y del mismo público. También incluyó catálogos y opúsculos turísticos en hoteles de la Costa Daurada ofreciendo la asistencia a «corridas», denominación que consta también en los tiques que adquieren los turistas por un precio aproximado de unos 82 euros por persona.

Tanto la ganadería como el Ayuntamiento se han escudado habitualmente en el hecho de que el espectáculo cuestionado sea una carrera de toros sin muerte del animal con asistencia de público. Defienden la necesidad de mantener, así, la actividad económica de las ganaderías en el municipio y la califican técnicamente de tanteos. Marín, que se declara inventor y creador de esta modalidad, la cual puso en práctica a la misma ganadería Mur –«ella me robó la idea y sigue haciéndolo clandestinamente», apunta-, asegura que, en ningún caso, se puede calificar eso como un tanteo, una práctica propia de la ganadería para calibrar el valor de los animales, un «trabajo de campo».

«Se están poniendo en la boca del lobo. Les caerá el pelo cuando se pongan ante el juez y me ponga yo con mis armas, explicando lo que es un tanteo y un trabajo de campo por seleccionar: con todo el mundo en silencio, para que la vaca se fije, que tenga bravura, que no se coloque mal delante del caballo, que aquí no hay caballo. Eso es un tanteo: lo que hace esta señora es un espectáculo, una actividad que tendría que estar regulada por la ley estatal de espectáculos taurinos, no con una licencia municipal simplemente. Tendrían que presentar un proyecto a la Generalitat que quieren hacer este espectáculo. ¿Si es un trabajo de campo, qué cabida tienen los recortadores allí? Es un espectáculo taurino», sentencia.

Informe municipal favorable

El torero presentó el otoño pasado una reclamación administrativa al Ayuntamiento de Alfara de Carles, que la tumbó. La resolución del expediente, firmada por el secretario municipal, desestimaba todos los argumentos del recurrente y defendía que la ganadería pueda efectuar lo que considera «proceso de selección de reproductores» de bueyes de raza. Los mismos promotores de estos actos argumentaron que no se castigaba, hería, humillaba o maltrataba los animales, aportando un informe veterinario, y aseguraba que los tanteos eran efectuados por «profesionales del sector».

El secretario municipal acababa diferenciando esta práctica de la «corrida» de toros con muerte del animal y sus rituales concretos. También entendía que un espectáculo con animales era una actividad «complementaria a la actividad de los restaurantes» y aseguraba que la presencia de público a los tanteos era de carácter voluntario al que la ganadería le permitiera el acceso. Sobre la venta de tiques relacionados con las carreras de toros, aducía que la licencia había sido otorgada para «restaurante con espectáculos taurinos».

En ningún momento, el informe municipal hace referencia a la sentencia 44/2015 del juzgado barcelonés, que declaraba ilegal las actividades taurinas con público y obligaba a Mur a cesarlas. El juez consideró, entonces, que la actividad no era en ningún caso un tanteo y sí un «espectáculo taurino incruento para satisfacción de turistas y lucro del ganadero». No es la primera vez, sin embargo, desde entonces, que la celebración de esta actividad es objeto de denuncias y sanciones administrativas. El pasado 2017, el Departament d'Interior abrió expediente informativo a la ganadería Mur para seguir celebrándola a pesar de la sentencia firme.

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