Los vecinos de Benifallet, artos por la convivencia «insoportable» con la mosca negra
Los negocios turísticos, agrícolas y ganaderos se ven afectados pero también la cotidianidad y la vida en la calle de los vecinos
El problema de la mosca negra no les es particular. Son muchos los municipios de las Terres de l'Ebre que sufren, sobre todo en los meses de junio y julio, las altas poblaciones de mosca negra, pero Benifallet, en el Baix Ebre, ha decidido levantar la voz y reclamar medidas inmediatas y más contundentes contra esta problemática que afecta a la salud pública y la economía local. El Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad una moción para un control más efectivo de la plaga y un vecino, Josep Mestres, agricultor de huerta ecológica, ha impulsado la Plataforma de Afectats que se presenta este viernes. El COPATE (Consorci de Polítiques Ambientals de les Terres de l'Ebre) ha hecho este jueves el tercero de cinco tratamientos contra las larvas pero los efectos tardarán todavía unos días a hacerse notar.
Antes de las ocho de la mañana los trabajadores de Josep Mestre, agricultor de huerta ecológica, ya recogen coles kale entre vuelos de mosca negra, cerca del río Ebro y la Vía Verde, en el término municipal de Benifallet. «Hoy no es de los días peores», aseguraban entre rociaduras de repelente, este jueves. «Cada día, por la mañana y por la noche, sufrimos nubes de mosca negra. Lo principal es taparse, porque la mejor barrera es la física, y usamos repelentes y tenemos la mano», ha dicho con una risa irónica Mestre.
Hace un año, indignado y enrabiado con la situación, puso en marcha una plataforma virtual de afectados por la mosca negra, que cuenta con medio millar de seguidores en las redes sociales. Este viernes se constituye en asociación, «para empezar a hacer acciones y preguntas a la administración». «Tenemos que exigir qué está pasando porque el problema existe desde hace años y se está gestionando muy mal», ha apuntado. La propuesta es que en esta agrupación haya representantes civiles de todos los pueblos de la orilla del Ebro que sufren la plaga.
La mosca negra está cerca de convertirse, si no lo es ya, en un problema de salud pública en algunos municipios en las Terres de l'Ebre y ha obligado a cambiar hábitos de trabajo y hábitos de vida. «Gritamos en las redes –donde Mestre cuelga vídeos de sus experiencias- pero no podemos dejar de trabajar. Hay días que es insoportable. No puedes abrir los ojos, se ponen por la nariz, por la boca y por todas partes, pero cuando pasa y tienes que coger lechugas, lo tienes que hacer igual. Nos tapamos y acabamos todos enrabiados, pero el trabajo se tiene que hacer», ha lamentado Mestre.
Aunque la mayoría de ebrenses se han inmunizado a las reacciones alérgicas que provocaba al principio la mosca negra, reclaman «poder trabajar y vivir dignamente». «Los niños no pueden salir a la calle por la tarde. Eso no puede ser. Vivimos en un lugar idílico y paradisiaco y tenemos que estar encerrados porque eso es un infierno», ha reclamado el campesino. «Nos tenemos que llenar todo el año, con pantalón y manga larga y ya puede hacer calor, que lo tienes que aguantar o te encienden. No pican, muerden, arrancan la carne», ha añadido Lucrecia Vidal, vecina de Benifallet y secretaria del grupo de ganaderos de ovino y ganado cabrío del Baix Ebre.
Del malestar tampoco se salvan los animales. Vidal recuerda que las bestias ni descansan ni pueden tener una rutina normal. «No se cubren al mismo tiempo y todos los ganaderos de la zona, los corderos, para Navidad, no los tendrán y perderán dinero», ha alertado. Ni las gallinas ni los patos pueden aguantar las incubaciones de los huevos, las cabras se retuercen sobre las hierbas y las ovejas se rascan en los árboles mientras los asnos no paran de rebuznar a la explotación de Vidal. Estos días son muchos sus compañeros que hacen circular vídeos de padecimiento de los rebaños por las redes. «Sólo aguantamos los humanos porque tenemos que aguantar. Los animales sufren demasiado», ha advertido.
«Pedimos soluciones. Lo que no se ha hecho en muchos años, se tiene que empezar a hacer ya. Es tarde pero somos a tiempo», ha insistido Vidal. La ganadera tiene claro que la situación viene provocada por un «absoluto abandono» del río Ebro. «Sólo piensan para tomar el agua, tirar la basura de las nucleares y los residuos», ha criticado. Vidal reclama que se limpien las algas del río pero que las retiren cuando las cortan, y que se aborde el problem de las especies invasoras, como el siluro.
El consistorio alza la voz
El Ayuntamiento de Benifallet ha decidido levantar la voz contra el problema con la confianza en que otros municipios ebrenses siguen su ejemplo. El martes aprobaban una moción, con el voto a favor de los dos grupos del consistorio, Candidatura de Progrés y ERC, donde exigen un control efectivo de la plaga de mosca negra. «Si las actuaciones se hicieran en el mes de enero no llegaríamos a estos extremos. Y si se tiene que hacer 11 de tratamientos, en vez sitio de 5 o 6, que se haga», ha defendido a la alcaldesa Mercè Pedret. «Tenemos el mismo derecho las personas que vivimos en el sur de Cataluña que las que viven en el Passeig de Gràcia en Barcelona. Si pasara en Barcelona seguro de que actuarían con más eficacia y no tendrían el problema que tenemos nosotros», ha añadido.
De hecho, la acción del Govern contra esta «urgencia sanitaria», como se califica desde el consistorio, se centra este año en cinco tratamientos antilarvarios con insecticida BTI en diferentes tramos del río Ebro, que ejecuta el COPATE. Este año se empezaron a hacer a finales del mes de abril. Tarde porque ya había mucha población adulta que no se resiente de los insecticidas. Este jueves se ha hecho el tercer tratamiento. Los técnicos del Consorcio confían que se podrá atacar con buenos resultados el gran relevo larvario que todavía hay en el río porque, por la falta de lluvias, hay muchos macrófitos en el Ebro y son el habitat idóneo para las larvas de mosca negra.
Ahora bien, los técnicos también lamentan el retraso del inicio de los tratamientos que se produce, en muchas campañas, por falta de presupuesto y por no concretar un convenio de actuaciones y recursos a largo plazo. Recordamos a la administración que «las plagas no saben de tiempos administrativos, ni de pautas, ni de convenios» y se compadecen por tener que estar «pendientes del dinero» y otras gestiones. «Eso no ayuda, apuntan».
El delegado del Govern en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarés, por su parte, asegura que se ha insistido a todos los Departament en la necesidad de disponer de más recursos para un tratamiento más efectivo. «Esperan en próximas anualidades volver a firmar el convenio para que se hagan los tratamientos en el mes de enero, si es necesario», ha apuntado a Pallarés. «Que nadie dude de que seguiremos luchando por hacer más soportable la vida con la mosca negra, que no te deja vivir y que es una de las principales preocupaciones que tenemos en el territorio», ha añadido.